Biden reivindica su pol¨ªtica exterior de alianzas e insta a Trump a mantenerlas
El presidente saliente de EE UU ha defendido su legado sobre Gaza, Ucrania o Afganist¨¢n en un discurso en el Departamento de Estado
En plena cuenta atr¨¢s para dejar la Casa Blanca, en su ¨²ltimo lunes entero como presidente de Estados Unidos ¡ªdejar¨¢ el cargo a mediod¨ªa del lunes pr¨®ximo¡ª, Joe Biden ha reivindicado su pol¨ªtica exterior de cultivo de alianzas y relaciones con otros pa¨ªses, para asegurar que gracias a ella, y al abandono del aislacionismo que practic¨® Donald Trump en su primer mandato, el pa¨ªs ha reforzado su liderazgo mundial y se encuentra en mejores condiciones para ¡°ganar el futuro¡±. Y que la Administraci¨®n entrante de Trump debe aprovechar las oportunidades que la suya ha creado para seguir ampliando esas ventajas.
¡°Estamos en un punto de inflexi¨®n... en estos cuatro a?os ha empezado una nueva era¡±, ha asegurado el presidente estadounidense en un discurso en el Departamento de Estado. ¡°Gracias a nuestra Adminsitraci¨®n, Estados Unidos est¨¢ ganando la competici¨®n mundial. Estados Unidos es m¨¢s fuerte. Nuestras alianzas son m¨¢s fuertes, nuestros competidores y adversarios son m¨¢s d¨¦biles, y no hemos tenido que combatir una guerra para lograrlo¡±.
¡°Estados Unidos deber¨ªa aprovechar por completo las oportunidades diplom¨¢ticas y geopol¨ªticas que hemos creado. Seguir colaborando con otros pa¨ªses para hacer frente a los desaf¨ªos que presenta China, para hacer que la guerra de Putin concluya, que Ucrania logra una paz justa y duradera, que se logre un Oriente Pr¨®ximo m¨¢s estable e integrado¡±, llamaba el presidente saliente. Entre sus recomendaciones al futuro Gobierno de Donald Trump: impedir que la ca¨ªda de Bachar Al Asad en Siria permita el regreso del Estado Isl¨¢mico al pa¨ªs, o que Ir¨¢n consiga un arma nuclear.
Su discurso en el Departamento de Estado inicia una semana de actos de despedida como jefe de Estado, y que incluir¨¢ un discurso a la naci¨®n el pr¨®ximo mi¨¦rcoles, para defender su legado antes de que la historia decida y ante un electorado que le despide con un enorme escepticismo. Las encuestas apuntan a que, d¨ªas antes de su marcha, es el presidente saliente m¨¢s impopular de los ¨²ltimos tiempos: solo una cuarta parte de los ciudadanos considera que ha sido un ¡°buen¡± o ¡°gran¡± presidente. En 2021, una tercera parte ten¨ªa esa impresi¨®n de Donald Trump. En 2017, la mitad de los estadounidenses ten¨ªa una opini¨®n positiva del mandato de Barack Obama.
El presidente, que con su marcha de la Casa Blanca cierra una carrera pol¨ªtica de m¨¢s de medio siglo centrada en las relaciones internacionales durante su etapa como senador, y que se ufana de conocer personalmente a buena parte de los l¨ªderes globales desde hace a?os, defendi¨® su pol¨ªtica internacionalista de reforzar alianzas y crear otras nuevas como el mejor modo de apuntalar el liderazgo de Estados Unidos.
En su primer discurso sobre pol¨ªtica exterior como presidente, en febrero de 2021, Biden anunci¨® que Estados Unidos estaba de vuelta tras la etapa aislacionista de Trump, y apunt¨® que el gran foco ser¨ªa China. Orden¨® el regreso a los acuerdos clim¨¢ticos de Par¨ªs, reforz¨® las relaciones con los socios de la OTAN, lanz¨® nuevas alianzas, como el Aukus con Australia y Reino Unido en Asia Pac¨ªfico. Pero apenas un a?o m¨¢s tarde, la invasi¨®n rusa de Ucrania desbarat¨® esos prop¨®sitos, que terminar¨ªan de saltar por los aires con el comienzo de la guerra en Gaza en octubre de 2023.
Durante su mandato, Biden ha sido un firme aliado de Kiev, a la que Estados Unidos ha enviado cerca de 183.000 millones de d¨®lares en asistencia militar desde el comienzo de la invasi¨®n. Frente al creciente escepticismo entre la oposici¨®n republicana ¡ªy su l¨ªder Trump, que aseguraba que una vez llegase al poder pondr¨ªa fin al conflicto en 24 horas¡ª sobre la utilidad de esa ayuda, el dem¨®crata reiteraba una y otra vez que Washington entregar¨ªa a Ucrania todo lo que necesitase, durante el tiempo que lo necesitase. Su argumento, entonces y ahora, ha sido siempre que la derrota de Ucrania envalentonar¨ªa al presidente ruso, Vlad¨ªmir Putin, y pondr¨ªa en peligro otros territorios europeos, y con ellos, la seguridad nacional de Estados Unidos.
¡°Ucrania sigue siendo un pa¨ªs libre e independiente, con el potencial de un futuro brillante, y hemos sentado las bases para que la pr¨®xima administraci¨®n pueda proteger el brillante futuro del pueblo ucranio¡±, ha insistido en su discurso.
Pese a la enorme inversi¨®n, y a haber ido concediendo con m¨¢s o menos entusiasmo las peticiones de armamento que llegaban de Kiev ¡ªtanques Abrams, sistemas de defensa ATACMS, cazas F-16¡ª la guerra permanece estancada, las fuerzas ucranias est¨¢n exhaustas, y no parece que el conflicto est¨¦ pr¨®ximo a una conclusi¨®n o est¨¦ en marcha ning¨²n plan para lograr la paz de manera inminente.
La guerra en Gaza ha sido el otro gran punto de inflexi¨®n en su pol¨ªtica exterior. Desde el primer momento el presidente estadounidense, que se define a s¨ª mismo como ¡°sionista¡±, apoy¨® a Israel de manera decidida con el env¨ªo de miles de millones de d¨®lares en armamento. Mientras las negociaciones para un acuerdo de alto el fuego e intercambio de rehenes han recibido un nuevo impulso, y la Casa Blanca vuelve a expresar su optimismo por la posibilidad de un pacto inminente entre Israel y Ham¨¢s, Estados Unidos hab¨ªa anunciado recientemente una nueva transferencia de armamento a su pa¨ªs aliado por valor de 8.000 millones de d¨®lares.
Ese apoyo incondicional, y su rechazo a utilizar la ayuda militar como herramienta de presi¨®n, puede haber jugado un papel fundamental en la derrota dem¨®crata en las elecciones de noviembre, al enemistar al presidente con la comunidad ¨¢rabe estadounidense -muy numerosa en el Estado bisagra de M¨ªchigan- y ganarle las cr¨ªticas del ala progresista de su partido.
Si Gaza le ha valido cr¨ªticas, tambi¨¦n le llovieron por su gesti¨®n de la retirada de Afganist¨¢n. A su llegada a la Casa Blanca, prometi¨® terminar esa guerra, uno de los ¡°conflictos interminables¡± arrastrados desde la era de George W Bush, y asegur¨® que las fuerzas afganas resistir¨ªan al empuje talib¨¢n. No fue as¨ª: la rapidez del avance del grupo fundamentalista tom¨® por sorpresa a Washington, que evacu¨® a toda prisa a 125.000 personas en medio de un caos que incluy¨® un ataque suicida en el que murieron decenas de afganos y trece soldados estadounidenses en el aeropuerto de Kabul. Muchas afganos aliados de Estados Unidos quedaron atr¨¢s. Las mujeres afganas quedaron privadas de los derechos m¨¢s b¨¢sicos.
Pero Biden record¨® ayer: ¡°Soy el primer presidente en d¨¦cadas que no entrega a su sucesor la resposabilidad de una guerra en Afganist¨¢n¡±. ¡°Acabar la guerra all¨ª era algo necesario, y creo que la historia me dar¨¢ la raz¨®n¡±, se defendi¨®.
Acerca de China, Biden ha acabado desarrollando una pol¨ªtica similar a la de Trump, que lanz¨® una guerra comercial con Pek¨ªn. El dem¨®crata ha mantenido los aranceles que impuso su predecesor, y una visi¨®n en la que el gigante asi¨¢tico no solo representa un riesgo econ¨®mico, sino tambi¨¦n de seguridad nacional.Este mismo lunes la Casa Blanca anunci¨® nuevas medidas para proteger su industria de semiconductores avanzados y evitar que China pueda tener acceso a ellos. Durante su mandato ha tejido y reforzado una tupida red de alianzas de seguridad en Asia Pac¨ªfico, desde el Aukus a acuerdos militares con Jap¨®n y Filipinas, pasando por una renovaci¨®n de la cooperaci¨®n con Se¨²l y Tokio.
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