La er¨®tica de Charles James
Se exponen en Nueva York bocetos de vestidos y dibujos er¨®ticos in¨¦ditos del dise?ador, un revolucionario de la moda
"Est¨¢n esperando a que me muera [para estudiarme]. Como hicieron con Balenciaga", solt¨® Charles James (1906-1978) en mitad de una entrevista realizada en la habitaci¨®n del Hotel Chelsea en la que pas¨® sus ¨²ltimos 20 a?os de vida. Y ten¨ªa raz¨®n. Aunque probablemente no imagin¨® que tendr¨ªan que pasar tres d¨¦cadas desde su fallecimiento -muri¨® solo y arruinado en su suite del m¨ªtico hotel neoyorquino- para recuperar el lugar que le correspond¨ªa entre los pioneros de la moda mundial.
Tras Charles James: Beyond Fashion, la gran exposici¨®n retrospectiva que le dedic¨® el Metropolitan de Nueva York este a?o, el productor Harvey Weinstein y su mujer, Georgina Chapman, dise?adora de Marchesa, anunciaron la compra y relanzamiento de su nombre como marca de lujo. Y ahora, el National Arts Club de la ciudad ense?a una nueva cara del "arquitecto de la moda" en la muestra Charles James: Beneath The Dress (Debajo del vestido). Compuesta por m¨¢s de 80 dibujos que el dise?ador realiz¨® entre los a?os sesenta y setenta, en las paredes de la gran galer¨ªa de este club exclusivo de Gramercy Park se mezclan bocetos de vestidos, como el que dise?¨® a Marlene Dietrich o el que le hizo a su amigo "Madame Salvador Dal¨ª", con dibujos de escenas er¨®ticas que nunca se hab¨ªan visto hasta ahora.
"Los dibujos son muy expl¨ªcitos", dice R. Coury Hay, relaciones p¨²blicas, escritor y due?o de todos esos dibujos que fue comprando a su amigo para ayudarle con sus finanzas. Cuerpos desnudos de hombre y mujer en escorzos sensuales, escenas de sexo homosexuales e interraciales. En marcador o l¨¢piz, a gruesos trazos negros o en difuminados rojos. En realidad, a nadie que conozca un poco los dise?os de Charles James y su vida le sorprender¨¢n las ilustraciones. Como dice Hay: "Debajo de los vestidos de Charles James s¨®lo encuentras una cosa: sexo".
Hijo de una americana rica y de un militar, Charles James eligi¨® su profesi¨®n para desafiar a su padre. Nunca escondi¨® su homosexualidad, pero tampoco la proclamaba. Mantuvo relaciones con hombres (como con su disc¨ªpulo, dise?ador y amienemigo, Halston), y estuvo casado con Nancy Lee Gregory siete a?os. "No creo en la homosexualidad. Creo que hay gente sexual o no", dice James en el documental de 1977 que se proyecta en la exposici¨®n.
Los pliegues de sus trajes concebidos como obras de ingenier¨ªa y arte eternas y las formas redondeadas de sus siluetas, inspiradas en las flores de Georgia O¡¯Keefe, estaban hechos para resaltar la sensualidad del cuerpo femenino. "Si ves algunos de sus vestidos de noche ¨Cdec¨ªa Hay en la New York Magazine¨C se pliegan como vaginas, ?se puede ser m¨¢s atrevido que eso?".
James jug¨® siempre entre la alta costura y el esc¨¢ndalo. Inspir¨® el New Look de Christian Dior, pero tambi¨¦n invent¨® el Taxi Dress, ideado para que la mujer se pudiera cambiar en un trayecto en taxi. La actriz Gertrude Lawrence dijo una vez que nunca hab¨ªa llevado nada "tan correcto y tan indecente al mismo tiempo". Fue un pionero y un revolucionario en la moda. No solo porque creara el primer abrigo de plumas, el primer sujetador deportivo o el primer vestido cruzado (antes que Diane Von Furstenberg), sino porque adem¨¢s apel¨® a la sexualidad y sensualidad de las mujeres a trav¨¦s de vestidos que las hac¨ªa "sentirse duquesas".
Esa fina l¨ªnea de provocaci¨®n en la que se mov¨ªa, su fuerte car¨¢cter y su largo proceso creativo (mientras Balenciaga produc¨ªa m¨¢s de 300 vestidos al a?o; James no hizo m¨¢s de 2.000 en cuatro d¨¦cadas) le condujeron a la ruina y el ostracismo en los ¨²ltimos a?os de su vida. Aunque ¨¦l siempre estuvo convencido de su talento y su genio. "Charles James era un rebelde y un artista que nunca dud¨® de ¨¦l o de su trabajo", confirma Hay. James sab¨ªa que alg¨²n d¨ªa, como el pasado lunes en la inauguraci¨®n de Beneath the Dress, una galer¨ªa estar¨ªa llena de miembros de la alta sociedad neoyorquina (Kimberly Rockefeller, Amanda, Anne, Patricia o Gillian Hearst) admirando sus vestidos y hasta sus dibujos er¨®ticos. M¨¢s vale tarde.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.