Excepciones en una era turbulenta
China, Jap¨®n e India act¨²an con liderazgo y acierto para la paz y la estabilidad global
Con la crisis candente en Ucrania, los yihadistas construyendo ej¨¦rcitos en Irak y Siria y la propagaci¨®n incesante del ¨¦bola, es evidente que hemos entrado en una era excepcionalmente turbulenta de la pol¨ªtica mundial. Los Gobiernos de Occidente se desviven por apagar incendios. Sin embargo, lejos de estas crisis y de las desiguales respuestas que est¨¢n teniendo, existe una regi¨®n con un futuro m¨¢s prometedor de lo que cab¨ªa pensar.
El en¨¦rgico liderazgo ejercido en China, Jap¨®n e India ¡ªlos tres mercados m¨¢s importantes en la regi¨®n m¨¢s importante para el futuro de la econom¨ªa mundial¡ª ofrece uno de los pocos motivos internacionales para el optimismo.
Xi Jinping en China, Shinzo Abe en Jap¨®n y Narendra Modi en India han arriesgado sus carreras pol¨ªticas al atreverse a implantar unas reformas trascendentales y necesarias desde hac¨ªa mucho tiempo. Y lo extraordinario es que ninguno de ellos se ha visto empujado a actuar debido a una crisis. Lo hacen para evitar futuros problemas.
En diciembre de 2012, Shinzo Abe fue elegido primer ministro con el mandato m¨¢s amplio de cualquier dirigente japon¨¦s desde hace al menos 10 a?os, y ha aprovechado su capital pol¨ªtico para implantar su Abenomics, el audaz plan de reformas econ¨®micas ¡ªmonetarias, fiscales y estructurales¡ª que le est¨¢ permitiendo impulsar la econom¨ªa de su pa¨ªs despu¨¦s de dos decenios de estancamiento. En 2013, Xi Jinping asumi¨® el poder en China y puso en marcha unas reformas econ¨®micas concebidas para transformar su econom¨ªa, basada en las exportaciones, en un modelo m¨¢s sostenible, basado en el consumo. En mayo de este a?o, la victoria arrolladora de Narendra Modi dej¨® claro el firme apoyo popular a la campa?a nacional para recuperar el crecimiento econ¨®mico en India.
En los tres pa¨ªses hay grandes expectativas, y es mucho lo que est¨¢ en juego. Los tres l¨ªderes se enfrentan a la resistencia de los grupos de poder que pierden influencia con estos cambios y a unas econom¨ªas complejas que no se pliegan f¨¢cilmente a diversas formas de liberalizaci¨®n. Los norteamericanos y los europeos no pueden esperar que estos gobernantes ofrezcan gran ayuda en Oriente Pr¨®ximo, ?frica Occidental o Europa del Este, pero sus esfuerzos para recuperar el crecimiento en sus respectivos pa¨ªses y proporcionar m¨¢s estabilidad al este y el sur de Asia son todav¨ªa m¨¢s valiosos.
La probabilidad de que las reformas se tambaleen es mayor en China
Todav¨ªa veremos algunos titulares alarmantes sobre la regi¨®n. China y sus vecinos seguir¨¢n lanz¨¢ndose alguna que otra llamarada ret¨®rica. Las tensiones entre el gigante y Vietnam y Filipinas en el Mar del Sur de China disparar¨¢n las alertas.
Pero los l¨ªderes de China, Jap¨®n e India parecen ser conscientes de que a todos les interesa la estabilidad y el ¨¦xito de los dem¨¢s. En septiembre, Narendra Modi regres¨® de Jap¨®n con el compromiso de inversiones en infraestructuras indias por valor de unos 35.000 millones de d¨®lares. Poco despu¨¦s, mientras eran noticia las ¨²ltimas disputas fronterizas entre China e India en el Himalaya, Modi recibi¨® a Xi Jinping, con el anuncio de unas inversiones chinas de 20.000 millones de d¨®lares en infraestructuras y zonas industriales que establecen un nuevo v¨ªnculo comercial entre los tradicionales rivales.
La animosidad hist¨®rica entre China y Jap¨®n hace que no se pueda descartar alg¨²n aumento ocasional de las tensiones. En un sondeo realizado por Pew Research en la primavera de 2014, solo el 7% de los japoneses ten¨ªa una opini¨®n favorable de China y solo el 8% de los chinos ten¨ªa buena opini¨®n de Jap¨®n. En noviembre de 2013, las tensiones entre los dos pa¨ªses estallaron cuando Pek¨ªn declar¨® una Zona de Identificaci¨®n de Defensa A¨¦rea (ZIDA) que exige que todos los aparatos que sobrevuelen territorios en disputa sigan las instrucciones dictadas por las autoridades chinas. Al mes siguiente, Shinzo Abe visit¨® el santuario de Yasukuni, un lugar vinculado al militarismo japon¨¦s.
Occidente deber¨ªa agradecer el respiro que dan estos pa¨ªses mientras dure
No obstante, ambas partes trataron de evitar una peligrosa escalada. Jap¨®n cuenta con 23.000 empresas que trabajan en China y tienen a 10 millones de trabajadores chinos en sus n¨®minas. Ese es un buen motivo para que los dos Gobiernos controlen las tensiones. En julio, Jap¨®n recibi¨® la cifra m¨¢s alta de turistas de su historia, y muchos de ellos eran visitantes chinos, el doble que en el mismo mes del a?o anterior. Las reuniones entre los dos Gobiernos incluyen a cargos cada vez m¨¢s altos, y el discurso de Shinzo Abe en Naciones Unidas fue muy conciliador.
El alivio de las tensiones ha coincidido con unas fases m¨¢s complicadas para sus respectivos procesos de reforma. Ahora que ha emprendido la m¨¢s dif¨ªcil de sus ¡°tres flechas¡± ¡ªcrear una estrategia integral de crecimiento¡ª, Shinzo Abe no puede permitirse el lujo de distraer a sus bases ni causarles frustraci¨®n econ¨®mica con tensiones geopol¨ªticas. Por su parte, Xi Jinping ha avanzado tanto en sus medidas anticorrupci¨®n y sus propuestas de cambio econ¨®mico que los chinos m¨¢s influyentes y m¨¢s interesados en que se mantenga el sistema actual est¨¢n empezando a cuestionarse sus objetivos. Es l¨®gico que, cuanto m¨¢s ¨¦xito tenga, m¨¢s reacciones provoque entre unos individuos que ven c¨®mo pierden poder.
Xi, Abe y Modi est¨¢n logrando ciertos ¨¦xitos y su atenci¨®n se centra en superar los obst¨¢culos que impiden sus reformas internas, por lo que tendr¨¢n mucho menor inter¨¦s en crear inestabilidad geopol¨ªtica. Ese peligro solo asomar¨¢ si las reformas fracasan por completo.
La probabilidad de que las reformas se tambaleen o topen con seria oposici¨®n es mucho mayor en China. La crisis de Hong Kong muestra los numerosos riesgos que entra?a la agenda de Xi. Si Pek¨ªn reacciona con demasiada fuerza, podr¨ªa granjearse el oprobio internacional y acabar con este periodo de serenidad. Y, si Pek¨ªn hace la menor concesi¨®n a los manifestantes ¡ªincluso la dimisi¨®n del gobernador de Hong Kong¡ª, sentar¨ªa un peligroso precedente que podr¨ªa reproducirse en otras ciudades chinas. Pek¨ªn prefiere reprimir cualquier voz pol¨ªtica alternativa antes que aceptarla, y, a medida que Xi lleve adelante sus reformas, van a surgir muchas voces de ese tipo.
Sin embargo, por ahora, tres de las principales econom¨ªas del mundo quieren mantener la paz geopol¨ªtica en su regi¨®n. En un mundo de enorme agitaci¨®n, las potencias occidentales deber¨ªan agradecer ese respiro mientras dure.
Ian Bremmer es presidente del Eurasia Group y profesor de investigaciones globales en la New York University. Pueden seguirle en Twitter en @ianbremmer o @eurasiagroup.
Traducci¨®n de Mar¨ªa Luisa Rodr¨ªguez Tapia
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