Do?a Sof¨ªa, turista en Toledo
La madre del Rey, que dispone de m¨¢s tiempo libre desde la abdicaci¨®n, visita en privado la exposici¨®n ¡®El Greco: arte y oficio¡¯ en el Museo de Santa Cruz
Desde que dio un paso atr¨¢s el pasado 19 de junio cuando su hijo accedi¨® al trono, la reina Sof¨ªa lleva una vida m¨¢s privada y menos p¨²blica, o al menos lo intenta. Sus movimientos, salvo raras excepciones, ya no figuran en la agenda oficial del palacio de la Zarzuela, pero es dif¨ªcil que su presencia pase inadvertida. Sucedi¨® ayer en Toledo. La Reina acudi¨® por cuarta vez en seis meses a la ciudad para asistir a los actos organizados alrededor de El Greco. En esta ocasi¨®n quer¨ªa visitar la exposici¨®n El Greco: arte y oficio, y antes, tomarse un caf¨¦ en alguna de las terrazas cercanas al Museo de Santa Cruz. Esto ¨²ltimo fue imposible. Se filtr¨® que la madre del Rey iba a llegar al mediod¨ªa y los servicios de seguridad recomendaron suspender el caf¨¦ y entrar directamente en el museo.
¡°?Qui¨¦n viene?¡±, preguntaban los visitantes. ¡°La Reina¡±, respond¨ªan los responsables de la muestra ¡°?Pero cu¨¢l?¡±. ¡°Do?a Sof¨ªa¡±. Y es que mientras que la Reina saliente dedicaba la ma?ana a una de sus aficiones, la pintura, la otra, do?a Letizia, acompa?aba a don Felipe en Holanda dentro de la gira de presentaci¨®n que ambos est¨¢n realizando por las casas reales europeas.
Do?a Sof¨ªa dispone ahora de un tiempo que antes no ten¨ªa, pero sigue sin contar con el anonimato que pretende.
Ayer pidi¨® a Gregorio Mara?¨®n, presidente de la Fundaci¨®n El Greco 2014, que no se alterase el normal funcionamiento de la exposici¨®n. No puso ser. Cuando lleg¨®, un grupo de chavales del colegio Juan de Padilla sal¨ªan de ver las 92 obras del pintor y se dispon¨ªan a comerse un bocadillo. Al reconocer a la Reina pidieron quedarse para verla de cerca. Como si de una estrella pop se tratase, los colegiales reclamaron selfis y aut¨®grafos, a los que do?a Sof¨ªa respondi¨® con una sonrisa, pero nada m¨¢s. Los selfis son cosas de los actuales Reyes.
La Reina acudi¨® a Toledo con un discreto servicio de seguridad. Lo hizo vestida de sport, con pantalones, una prenda que siempre le ha gustado pero a la que renunciaba en sus visitas oficiales. Desde que vive m¨¢s retirada luce un rostro relajado y una figura m¨¢s esbelta. A sus 75 a?os, se mantiene muy bien de salud. Su c¨ªrculo m¨¢s cercano asegura que est¨¢ ¡°muy contenta¡± por c¨®mo se ha desarrollado el relevo en la Corona y por la acogida que su hijo est¨¢ teniendo en sus primeros meses de reinado. Ella lo dijo en su d¨ªa: ¡°Nada va a cambiar¡±. Se refer¨ªa a que la transici¨®n iba a ser tranquila en la Casa del Rey, no como en otras monarqu¨ªas.
Do?a Letizia ha asumido las tareas de su suegra en lo que se refiere a representaci¨®n. As¨ª que a ella le corresponde ahora asistir en nombre de la familia real a los grandes actos relacionados con el mundo de la cultura. Por eso, su primer acto en solitario como Reina fue en el Museo del Prado, precisamente en otra muestra sobre El Greco. Pero no por ello do?a Sof¨ªa ha dejado de estar presente en todos los actos organizados alrededor del pintor. La madre del Rey es una gran experta en Dom¨¦nikos Theotok¨®poulos, como lo demostr¨® ayer en sus conversaciones con Leticia Ruiz G¨®mez, comisaria de la exposici¨®n, en la que se encuentra uno de sus cuadros preferidos, Santiago mayor el peregrino, un ¨®leo sobre lienzo que recuerda mucho a algunas tablas bizantinas. Do?a Sof¨ªa se hizo fotos junto a la obra, pero antes tuvo que esperar a que un ni?o se apartara. Era un chaval holand¨¦s de visita con sus padres en Toledo y pegado a su audiogu¨ªa. Desconoc¨ªa qui¨¦n era la se?ora que se paseaba por la sala.
No ocurri¨® lo mismo con un grupo de personas discapacitadas, que al encontrarse con do?a Sof¨ªa primero se sorprendieron y despu¨¦s se acercaron a saludarla, alguno con l¨¢grimas de emoci¨®n.
Cuando la Reina abandon¨® el Museo de Santa Cruz hora y media despu¨¦s de llegar, la gente se agolpaba a la entrada. La visita hab¨ªa dejado de ser del todo privada. Do?a Sof¨ªa agradeci¨® los aplausos lanzando besos y se meti¨® en su coche para marcharse a almorzar a un sitio m¨¢s discreto con Gregorio Mara?¨®n y la comisaria de la exposici¨®n. All¨ª siguieron hablando de pintura.
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