Ocho letras de Madrid
Me extra?a esa tendencia de Mas de dirigirse al Gobierno como ¡°Madrid¡±
Madrid tiene seis letras, eso lo sabe todo dios, lo que pasa es que Agust¨ªn Lara le puso tanto ¨¦nfasis al descubrimiento que convirti¨® ese recuento en algo parecido a lo que le sucedi¨® a Jos¨¦ Luis Coll cuando fue a ver El Escorial.
El genial humorista serio volvi¨® asombrado de la belleza. Al llegar al Caf¨¦ Gij¨®n, se plant¨® ante los tertulianos (Manuel Vicent, Manuel Aleixandre, ?lvaro de Luna, Jos¨¦ Manuel Cervino...) y exclam¨®, como un periodista dando una noticia: ¡°?Estuve en El Escorial y es cojonudo!¡±.
Pues a Lara, el legendario compositor, le pas¨® lo mismo. Vio Madrid (le bastaba s¨®lo con ver la palabra) y cont¨® las letras, hasta seis. Azor¨ªn la vio como un lugar pedregoso al que le faltaba la luz de Mon¨®var. Y por aqu¨ª pasaron, poni¨¦ndole adjetivos, gente tan diversa como Manuel Aza?a (que prefer¨ªa Alcal¨¢, era m¨¢s que Madrid para ¨¦l), Pla o P¨¦rez Gald¨®s, que se sentaba en Las Vistillas para adivinar el mar a lo lejos.
No me resisto a creer que Madrid sea un apellido o una colina, sino un sitio
Ahora pregunto a j¨®venes de d¨®nde son, y algunos son de Madrid. En los a?os setenta, cuando empec¨¦ a venir y a¨²n hab¨ªa librer¨ªas en la Puerta del Sol, mucha gente no era de Madrid, as¨ª que se escuchaba mucho en los sitios que uno frecuentaba que este o aquel se iban al pueblo, pues la palabra pueblo era muy usual en aquel verano de los tiempos.
As¨ª que Madrid es como quieras, y est¨¢ llena de gente muy diversa; es un continente m¨¢s peque?o que Londres o Par¨ªs, y habr¨ªa gente que no la cambiar¨ªa por nada, como ocurre con las peque?as patrias. Es tambi¨¦n un apellido, c¨®mo no; tuve una compa?era periodista que se llama Laura Madrid, que es de Murcia, y tengo un compa?ero escritor que se llama Juan Madrid, que es de todas partes y tambi¨¦n de M¨¢laga.
Pero no me resisto a creer que Madrid sea un apellido o una colina, sino un sitio. Por eso me extra?a hasta la incomodidad esa tendencia que observo en Artur Mas de dirigirse al Gobierno de Espa?a, al Parlamento y a sus distintos adversarios (as¨ª los llama) como ¡°Madrid¡±. Como si Madrid, repito, fuera un apellido.
Espa?a no es el Gobierno ni las Cortes. Es un conjunto humano que refleja como pocos lugares la diversidad de este pa¨ªs Rubio Llorente
Como el apelativo esconde una posici¨®n pol¨ªtica y el d¨ªa anterior hab¨ªa estado escuchando hablar de pol¨ªtica en la presentaci¨®n de Democracia Federal (Turpial) al exministro gallego (de Justicia) Francisco Caama?o y al profesor Francisco Rubio Llorente (que fue presidente del Consejo de Estado) y al expresidente Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, entre otros, quise saber de algunos de ellos a qu¨¦ viene esto de Mas de referirse a Madrid como si fuera un apellido.
Me dijo Rubio Llorente: ¡°Espa?a no es el Gobierno ni las Cortes. Es un conjunto humano que refleja como pocos lugares la diversidad de este pa¨ªs¡±. Y me dijo el autor del libro: ¡°Madrid no es un apellido, no; no es, por supuesto, Rajoy. Es un centro pol¨ªtico que atrae a parte del poder; en mi tesis Madrid deber¨ªa tener dos letras m¨¢s: Madrid DF. Pero a los nacionalistas les gusta contraponer: Madrid y nosotros. As¨ª encuentran un enemigo. Madrid no es el enemigo exterior. Esa din¨¢mica hay que romperla¡±.
Cuando pase este temporal, probablemente el ciudadano Artur Mas se aventure en Madrid, vea lo que es y deje de convertirlo en un apellido. Se podr¨¢ acercar al Caf¨¦ Gij¨®n y exclamar, como Jos¨¦ Luis Coll, al volver a Barcelona: ¡°?He estado all¨ª y el Madrid DF es cojonudo!¡±.
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