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La mejor manera de protegernos del ¨¦bola es enviar medios a los pa¨ªses afectados en ?frica
Mientras en Espa?a y Estados Unidos, los dos pa¨ªses en los que se han producido contagios secundarios de ¨¦bola fuera de ?frica, la mejor¨ªa de los afectados y sus contactos hace prever una evoluci¨®n favorable, las v¨ªctimas de la epidemia no dejan de aumentar en los tres pa¨ªses en los que sigue activa. Guinea Conakry, Liberia y Sierra Leona siguen luchando con menos medios de los que son necesarios contra la infecci¨®n. La OMS lleva contabilizados 9.000 contagios y 4.400 muertes; los expertos coinciden en que esas cifras est¨¢n lejos de reflejar toda la realidad.
De no destinarse r¨¢pidamente m¨¢s medios a reforzar los sistemas sanitarios de esos pa¨ªses, la epidemia puede llegar a causar hasta 10.000 nuevos infectados por semana, 10 veces m¨¢s de los que ahora se producen, con una mortalidad del 70%. A pesar de estas predicciones, la respuesta internacional sigue siendo tibia. Hay m¨¢s preocupaci¨®n por el in¨²til intento de sellar las fronteras al virus que por atajar el problema donde realmente puede combatirse: en ?frica. Los ministros europeos de Sanidad ni siquiera se han puesto de acuerdo en una estrategia com¨²n; mientras, algunos pa¨ªses aplican o debaten medidas de dudosa eficacia, desde la suspensi¨®n de vuelos al control de la temperatura de los pasajeros procedentes de las zonas afectadas. Con la medici¨®n de la temperatura se podr¨ªa descubrir y diagnosticar alg¨²n caso y evitar los contagios que pudieran derivarse, pero eso no impedir¨ªa que el virus entrara a trav¨¦s de pasajeros infectados que a¨²n no presenten s¨ªntomas. Y es una medida que tiene el grave inconveniente de generar muchos falsos positivos pues una persona puede sufrir fiebre por otros motivos. Y tambi¨¦n falsos negativos, con lo que el riesgo de contagio no se elimina.
Los pa¨ªses occidentales reaccionan de forma inadecuada. Es en ?frica, el lugar de origen de la epidemia, donde debe combatirse el ¨¦bola, y el hecho de que en dos lugares ¡ªNigeria y Senegal¡ª se haya logrado contenerla muestra el camino a seguir. Es, sobre todo, una cuesti¨®n de recursos. Los ciudadanos deben saber que la mejor forma de protegerse no es cerrar las fronteras, sino enviar medios y profesionales sanitarios al foco de la epidemia. En un mundo tan interconectado, la pretensi¨®n de que lo que ocurra en ?frica no nos afecta es err¨®nea. Tarde o temprano, lo que no hagamos ahora por ayudar se volver¨¢ contra nosotros.
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