Los delincuentes tambi¨¦n ven la televisi¨®n
Sobrellevar una investigaci¨®n policial y una estrategia informativa a la vez: una de las peores pesadillas del polic¨ªa
Hay delitos menores, delitos mayores y delitos que generan alarma social, circunstancia esta ¨²ltima que multiplica hasta l¨ªmites insospechados el trabajo policial. Es el ejemplo de los casos de ¡°inter¨¦s general¡±, cuando la pausa necesaria para una rigurosa investigaci¨®n policial se contradice con las necesidades informativas de los medios y la presi¨®n de las autoridades para satisfacer esa demanda (y a veces sus intereses pol¨ªticos). El polic¨ªa se encuentra ante la obligaci¨®n de informar al juez, ante el acoso period¨ªstico que se ampara en una demanda ciudadana y ante la exigencia del cargo de dar respuestas en tiempo real. ?Hay una pol¨ªtica informativa dise?ada para casos as¨ª? ?Un protocolo de actuaci¨®n? La respuesta es muy sencilla. No.
Sobrellevar una investigaci¨®n policial y, al mismo tiempo, una estrategia informativa es una de las peores pesadillas del polic¨ªa. El juez exige secreto; el periodista, informaci¨®n, y el pol¨ªtico, progresos. Fuera de los despachos, en la calle, camina un delincuente, sigue actuando o simplemente est¨¢ atento a la prensa para saber si le quedan huellas por borrar. Leen la prensa y ven la televisi¨®n.
¡°A m¨ª, algunas investigaciones me las ha echado por tierra el delegado del Gobierno de turno que ha terminado ofreciendo detalles ¨²tiles para los delincuentes¡±. Esta severa acusaci¨®n la profiere un experimentado polic¨ªa con a?os a sus espaldas en la lucha antiterrorista y el narcotr¨¢fico. ¡°Lo peor para cualquier polic¨ªa es la presi¨®n de los mandos pol¨ªticos. ?Qui¨¦n le niega a los jefes un dato?¡±. La respuesta es sencilla. Nadie.
El caso del pederasta de Ciudad Lineal en Madrid representa uno de estos ejemplos. Como antes lo fue el de la ni?a Asunta, en Galicia. Por cierto, el juez que lo instruye acaba de publicar una novela sobre una situaci¨®n muy parecida. ?Casualidad? Es su segundo libro: dos casos medi¨¢ticos, dos libros. Otra eventualidad que afecta a la investigaci¨®n: cuando al juez le gustan las c¨¢maras.
Lo peor es la presi¨®n de los mandos pol¨ªticos. ?Qui¨¦n le niega a los jefes un dato?¡±
En el caso del pederasta de Ciudad Lineal, la polic¨ªa se encuentra ante un delincuente atrevido y peligroso. Act¨²a al aire libre, bajo el anonimato de una gran ciudad. Sus v¨ªctimas son menores. El eslab¨®n m¨¢s d¨¦bil de la cadena. Es el caso paradigm¨¢tico que origina gran alarma, m¨¢xime si las autoridades lo declaran ¡°enemigo p¨²blico n¨²mero uno¡±, condici¨®n innecesaria a efectos policiales. ?Mejora esa declaraci¨®n la investigaci¨®n policial? La respuesta es igualmente sencilla. No.
Se divulgaron pormenores sobre b¨²squeda de im¨¢genes en c¨¢maras de seguridad de bancos y establecimientos, supuestos detalles de un retrato robot, especulaciones sobre el uso de diferentes veh¨ªculos. ¡°A veces, los periodistas no se dan cuenta de que ciertas informaciones ofrecen datos ¨²tiles para los delincuentes. Les estamos ense?ando a no cometer errores¡±, apunta un comisario. En una investigaci¨®n compleja, donde el secreto tiene v¨ªas de agua, algunos se atreven a dar pistas falsas para que el delincuente cometa errores, piense que la polic¨ªa va por un camino equivocado o reciba cierta informaci¨®n. En el caso del pederasta de Ciudad Lineal, la polic¨ªa hizo especial hincapi¨¦ en que las dosis de Orfidal que recib¨ªan algunas de las v¨ªctimas, a las que adormec¨ªa, pod¨ªan ser letales: la intenci¨®n de esta informaci¨®n era que el criminal lo tuviera en cuenta: ¡°Ten¨ªamos miedo de que matara a su pr¨®xima v¨ªctima¡±, reconoce uno de los mandos del caso.
¡°No hay protocolos¡±, sostiene un antiguo jefe de prensa policial. ¡°No tenemos una hoja de ruta. En estas situaciones, los pol¨ªticos nos llevan ventaja: saben manejar mejor la relaci¨®n con la prensa, las entrevistas off the record, las reuniones confidenciales con periodistas¡±. De todo eso hubo en el caso de Ciudad Lineal, que lleg¨® a su colof¨®n con una conferencia de prensa en directo, dirigida por el ministro del Interior, acompa?ado de altos cargos nacionales y locales. El enemigo p¨²blico n¨²mero uno hab¨ªa sido detenido.
La alarma social ha desaparecido. Las c¨¢maras se van retirando. Ese enemigo p¨²blico es ahora un presunto culpable. Para la polic¨ªa y el juez prosigue la fase de instrucci¨®n. Para las autoridades pol¨ªticas es un caso cerrado.
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