Pol¨ªticas que curan el hambre
Resulta sorprendente que tengamos que dar la enhorabuena a los pol¨ªticos, pero lo hacemos Hoy hay en el mundo 124 millones de hambrientos menos que hace una d¨¦cada
Acostumbrados ya a referirnos a la inacci¨®n pol¨ªtica, a la pasividad de la comunidad internacional o al desinter¨¦s de los de gobernantes para hablar de gran parte de los males del planeta, resulta sorprendente que hoy tengamos que dar la enhorabuena a los pol¨ªticos. Sin embargo, es nuestra obligaci¨®n reconocerlo, y hacerlo sin paliativos: hoy hay en el mundo 124 millones de hambrientos menos que hace una d¨¦cada, pese a que el planeta cuenta con 1.000 millones m¨¢s de habitantes que en el a?o 2000 y a que este crecimiento demogr¨¢fico se concentra en pa¨ªses en desarrollo. As¨ª, 63 pa¨ªses en desarrollo han cumplido el primer Objetivo del Milenio a tiempo, mientras que la prevalencia de la malnutrici¨®n ha ca¨ªdo del 18% al 11% en los ¨²ltimos diez a?os. Son los datos que la FAO ha hecho p¨²blicos recientemente, una prueba de que el hambre tiene soluci¨®n.
Desde que en 2008 los l¨ªderes del G8 decidieran poner en la agenda pol¨ªtica el reto de la seguridad alimentaria mundial (poco importa que fuese por motivos humanitarios, econ¨®micos o de seguridad global), el hambre no ha dejado de retroceder. Y lo ha hecho, en la gran mayor¨ªa de casos, de la mano de la pol¨ªtica. Es cierto que la comunidad cient¨ªfica y humanitaria ven¨ªan dando pasos de gigante en las ¨²ltimas d¨¦cadas con el desarrollo de leches terap¨¦uticas, primero, y Alimentos Terap¨¦uticos Listos para su Uso para curar la desnutrici¨®n, despu¨¦s.
Tambi¨¦n han contribuido las revoluciones metodol¨®gicas como el tratamiento comunitario de la desnutrici¨®n o el enfoque integrado de intervenciones en salud y nutrici¨®n, agua, saneamiento e higiene y medios de vida para acabar con el hambre. Estos avances de poco o nada habr¨ªan servido sin las pol¨ªticas, programas y presupuestos necesarios para ampliar masivamente su alcance.
En Am¨¦rica Latina, donde los avances han sido mayores, han tenido un peso enorme programas con tres objetivos clave: ofrecer soporte nutricional en los 1.000 primeros d¨ªas de un ni?o desde la concepci¨®n (poniendo el acento en las madres y los ni?os), apoyar la peque?a agricultura y establecer redes de protecci¨®n nutricional. Ha supuesto tambi¨¦n un gran paso evolucionar desde un concepto restringido de seguridad alimentaria ¡ªque persegu¨ªa la producci¨®n de alimentos y el acceso econ¨®mico a los mismos¡ª a una meta m¨¢s ambiciosa prestando suma atenci¨®n a las condiciones sanitarias y ambientales para el consumo de alimentos.
No obstante, 805 millones de personas (uno de cada nueve habitantes del planeta) siguen viviendo bajo la amenaza del hambre. La mayor¨ªa en Asia y ?frica Subsahariana, donde una de cada cuatro personas vive hambrienta. En estas regiones es ahora prioritario invertir en nutrici¨®n. No se trata solo de salvar vidas (recordemos que la desnutrici¨®n est¨¢ relacionada con el 45% de muertes infantiles), sino tambi¨¦n de posibilitar un desarrollo econ¨®mico que, por m¨¢s inversi¨®n en infraestructuras que quiera realizarse, no es factible cuando generaciones enteras de ni?os arrastran hasta la juventud y la edad adulta las consecuencias de la desnutrici¨®n que han padecido en sus primeros 1.000 d¨ªas. Son peque?os que no aprenden en la escuela porque tienen un menor desarrollo cognitivo y que nunca rendir¨¢n igual en el trabajo que un menor sano. El Banco Mundial estima que reducir la desnutrici¨®n podr¨ªa significar una aumento del PIB en numerosos pa¨ªses de ?frica y Asia.
Este mes empieza a fabricarse en Nueva York la nueva agenda post 2015 que marcar¨¢ las nuevas metas globales para los pr¨®ximos 15 a?os. Son muchas las voces que piden paso para un objetivo claro, concreto y espec¨ªfico de reducci¨®n de la desnutrici¨®n. Por ah¨ª es por donde podr¨¢n empezar a construirse soluciones para el resto de retos que nos ocupar¨¢n en los pr¨®ximos a?os. Somos, al fin y al cabo, la generaci¨®n que puede acabar con el hambre.
Olivier Longu¨¦ es Director General de Acci¨®n contra el Hambre.
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