La muerte de negro os sienta tan bien
Una exposici¨®n en el Anna Wintour Costume Center del MET de Nueva York reflexiona sobre la relaci¨®n del duelo y la moda en el siglo XIX
El negro siempre ser¨¢ el negro en el mundo de la moda. Es el color del que abusan los neoyorquinos en su vestuario. El que no falla en cualquier evento glamuroso. Tambi¨¦n es un color que hace no tanto tiempo estaba s¨®lo asociado al duelo. Ponerse de luto era vestirse de negro para transmitir un sentimiento de dolor y tristeza por la p¨¦rdida de alguien, era el s¨ªmbolo de esa pena que deb¨ªan sentir las mujeres. Los hombres estaban exentos, una simple banda negra en su sombrero era suficiente muestra de dolor.
La exposici¨®n Death becomes her: a century of mourning attire (La muerte en forma de mujer: Un siglo de vestimenta de duelo) en el Anna Wintour Costume Center del Metropolitan de Nueva York explora la relaci¨®n del duelo y la moda durante el siglo XIX y principios del XX. A trav¨¦s de m¨¢s de 30 vestidos, accesorios y algunos retratos f¨²nebres, analizan c¨®mo los r¨ªgidos dictados del luto que deb¨ªa seguir una mujer se fueron encontrando con las modas y estilos de cada ¨¦poca.
La revista Harper¡¯s Bazaar lo explicaba as¨ª en un n¨²mero del a?o 1879: ¡°El negro es m¨¢s que nunca el color favorito de la moda. Hubo un momento ¨Cy nuestras madres lo recordar¨¢n¨C en el que el solo hecho de llevar un vestido negro cuando alguien no estaba de duelo era motivo de censura, y suficiente para considerar a quien lo llevara una mujer peligrosamente exc¨¦ntrica¡±.
Las revistas de moda fueron, precisamente, unas de las responsables en la generalizaci¨®n de las normas del luto. ¡°Los elaborados est¨¢ndares de duelo establecidos por la realeza se extendieron a todas las clases a trav¨¦s de las publicaciones de moda¡±, explica Jessica Regan, una de las comisarias de esta exposici¨®n, que se puede visitar desde este martes hasta el pr¨®ximo 1 de febrero. La reina Victoria de Inglaterra, que enviud¨® en 1861, fue una de las que marc¨® esas normas. Visti¨® de negro, con peque?as concesiones a la moda, el resto de su vida y uno de sus trajes m¨¢s sobrios se puede ver en la exposici¨®n.
La revoluci¨®n de la industria textil fue otro de los elementos que extendi¨® el duelo a toda la sociedad. A mediados del XIX, los almacenes dedicados exclusivamente a prendas de luto ¡°proliferaron en ciudades de Europa y Am¨¦rica¡±.
Sin embargo, no todas las mujeres pod¨ªan aspirar a comprarse un vestido negro con los cortes y tejidos que, seg¨²n las normas, deb¨ªan llevar: capas de crepe de seda en los primeros meses; muselina y tafet¨¢n, e incluso franjas blancas y moradas cuando el luto avanzaba. Muchas deb¨ªan recurrir a te?ir de negro antiguos vestidos o los confeccionaban ellas mismas siguiendo unos patrones de sobriedad y humildad, sin ostentaciones, heredados de la ¡°sencillez de una monja¡±. No pod¨ªan usar m¨¢s que joyas negras (¨®nix, ¨¢gata), perlas que simbolizaban l¨¢grimas o recuerdos hechos con cabellos del difunto.
El luto era en el siglo XIX la prueba de que la mujer renunciaba a los encantos del mundo por un tiempo; que era m¨¢s o menos largo seg¨²n la cercan¨ªa del fallecido. Si se mor¨ªa el marido, la mujer, a trav¨¦s de su vestido negro, deb¨ªa no s¨®lo ocultar sus atractivos, tambi¨¦n mostrar la p¨¦rdida de protecci¨®n social y la inseguridad financiera en la que quedaba. ¡°La viuda con velo pod¨ªa atraer simpat¨ªa y tambi¨¦n depredadoras insinuaciones masculinas ¨Cexplica Regan¨C. Al ser una mujer experimentada sexualmente sin restricciones maritales, normalmente la ve¨ªan como una potencial amenaza del orden social¡±.
En el paso al siglo XX algo cambi¨®. El duelo, una de las industrias m¨¢s pr¨®speras durante la ¨¦poca victoriana, se fue relajando. La pedrer¨ªa, los volantes y las muselinas sustituyeron las pesadas telas negras. La reina Alexandra, solo un a?o despu¨¦s de la muerte de su suegra la reina Victoria, mostraba su luto con vestidos de alta costura parisina de lentejuelas y tul morados, que se pueden ver en la muestra. La moda le comi¨® terreno a los estrictos c¨®digos del duelo, que fueron completamente desmontados tras la Primera Guerra Mundial. La forma de enfrentarse a la p¨¦rdida dej¨® de ser una cuesti¨®n p¨²blica marcada por reglas sociales: cada mujer pod¨ªa vivir y vestir su dolor del color que quisiera.
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