Final feliz para Teresa
Hay que elogiar a la auxiliar y a los profesionales que la han curado, y cerrar el cap¨ªtulo de errores
La confirmaci¨®n de que Teresa Romero est¨¢ por fin libre del virus del ¨¦bola pone un punto y aparte positivo a la grave crisis sanitaria vivida tras detectarse, a principios de octubre, el primer contagio de ¨¦bola que se produc¨ªa fuera de ?frica. A la recuperaci¨®n de la auxiliar de enfermer¨ªa hay que a?adir que ninguna de las personas sometidas a control por haber estado en situaci¨®n de riesgo haya enfermado, lo que hace albergar razonables expectativas de que la crisis pueda cerrarse sin otras consecuencias. Para dar por definitivamente superado el episodio habr¨¢ que esperar, de acuerdo con los criterios de la OMS, 42 d¨ªas a partir de hoy; es decir, dos periodos de incubaci¨®n del virus.
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La recuperaci¨®n de Teresa Romero es una excelente noticia. La auxiliar ha estado en peligro de muerte por no haber eludido lo m¨¢s preciado de la profesi¨®n sanitaria: el deber de asistir a los enfermos. Se hab¨ªa ofrecido voluntaria para cuidar al religioso enfermo repatriado en agosto y en estas cruciales semanas otros sanitarios la han cuidado a ella. Ahora hay que esperar que no sufra secuelas y agradecer a los m¨¦dicos y a todo el personal implicado su dedicaci¨®n y su desvelo. Los profesionales han demostrado un nivel de preparaci¨®n similar o superior al de los pa¨ªses m¨¢s desarrollados, lo que subraya las bondades del sistema p¨²blico de salud en Espa?a.
Final feliz, pues, para una gesti¨®n desastrosa, que solo se enderez¨® cuando, cinco d¨ªas despu¨¦s de conocerse el contagio, se nombr¨® un comit¨¦ cient¨ªfico que puso orden y serenidad en el manejo de la situaci¨®n. De la crisis deben extraerse lecciones que permitan afrontar situaciones similares con mayores garant¨ªas, tanto en lo relativo a la gesti¨®n como a la idoneidad de los mecanismos de protecci¨®n del personal sanitario. Y queda pendiente la asunci¨®n de responsabilidades pol¨ªticas.
Aprender de los errores es importante tambi¨¦n porque, aunque aqu¨ª podamos sentir alivio por este desenlace, la amenaza del ¨¦bola no se ha diluido; al contrario. Mientras la epidemia en ?frica no est¨¦ bajo control, las posibilidades de que se extienda y el virus viaje a cualquier pa¨ªs siguen siendo muy altas. En las ¨²ltimas semanas se ha incrementado el esfuerzo internacional, pero sigue siendo insuficiente.
La situaci¨®n de Liberia, con m¨¢s de 4.000 casos contabilizados, es paradigm¨¢tica de las dificultades que hay que afrontar. De las 28 unidades de tratamiento que, de acuerdo con la OMS, se hab¨ªan planificado en ese pa¨ªs, solo est¨¢n operativas seis. Eso hace que muchos afectados acudan a centros sanitarios convencionales, donde entran en contacto con otros pacientes. Una vez diagnosticados, son transportados por carreteras llenas de fango y obst¨¢culos durante horas hasta alcanzar un puesto habilitado para tratar el ¨¦bola.
Es urgente acelerar la construcci¨®n de centros de atenci¨®n y aislamiento en las zonas m¨¢s afectadas, y una red descentralizada de laboratorios que permita hacer las pruebas con mayor rapidez. El ¨¦bola sigue ah¨ª. No podemos bajar la guardia.
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