Nadine Heredia, o c¨®mo se construye una primera dama del siglo XXI
El drama y el triunfo de Nadine Heredia es justamente que es una mujer con mayor manejo pol¨ªtico que su marido, el presidente peruano Ollanta Humala
Como quien deja en la alfombra el juguete de un ni?o gigante, los oficiales han dejado el helic¨®ptero al alcance de la chica que viene hacia ellos alargando sus pasos sobre la pista de aterrizaje. Ella se detiene ante los uniformados nerviosos y r¨ªgidos, junta las piernas con fuerza en un gesto c¨®mplice, les da la mano falsamente seria y de un salto se mete en la nave. Como cualquier persona enga?osamente peque?a que ejerce alguna autoridad, Nadine Heredia cuestiona la est¨¦tica del poder desde los m¨¢rgenes.
D¨ªas antes de subirse al helic¨®ptero, Nadine cruzaba con el mismo dinamismo la puerta de una conocida cafeter¨ªa. Todo en ella es vibraci¨®n, actividad, discurso. Por eso extra?a o¨ªrla decir que ¨²ltimamente anda en modo ¡°perfil bajo¡±. ¡°Estoy retirada en mis aposentos¡±, dice sentada en un rinc¨®n de nuestra mesa y mirando fijamente el queso frito. La gente se vuelve al verla llegar sin escolta y colocar su humeante blackberry como un arma letal a la derecha de su mano. A los pocos minutos ya hay un paparazi fotografi¨¢ndola desde la calle. ¡°?Qui¨¦n es ese?¡±, exclama ella con sonrisa ratonil. ¡°Ya nos han visto¡±.
?Qui¨¦n es Nadine Heredia? Es la primera dama de Per¨², una naci¨®n que es pieza clave en la reconfiguraci¨®n pol¨ªtica y econ¨®mica de Am¨¦rica Latina, un espacio pol¨ªtico que funciona como bisagra entre la econom¨ªa liberal y el discurso ¡°social¡±, entre Santiago de Chile y Caracas. Y es tambi¨¦n la persona m¨¢s poderosa del pa¨ªs, seg¨²n las ¨²ltimas encuestas: Nadine est¨¢ unos puntos por encima de su propio marido, el presidente Ollanta Humala, un exmilitar que se levant¨® contra la dictadura de Fujimori y que para ser elegido constitucionalmente a?os despu¨¦s tuvo que firmar un acta de juramento en defensa de la democracia, que ha cumplido hasta ahora. Humala lleg¨® en pleno ¡°milagro econ¨®mico¡± ¨Cdurante sus dos primeros a?os de Gobierno la econom¨ªa creci¨® un 6,3% y un 5,9%, respectivamente¨C, pero se enfrenta ahora a una primera desaceleraci¨®n.
Para los peor intencionados, en poco tiempo Nadine habr¨ªa convertido a ese hombre en el primer caballero de la presidenta. Esta ma?ana, Sam¨ªn, su hijo de tres a?os, al verla con una camisa de corte varonil, le ha preguntado por qu¨¦ se pone la ropa de pap¨¢. Nadine se ha re¨ªdo un buen rato. Hasta record¨® las caras de algunos de sus adversarios, los que la acusan de querer suplantar a su marido, pero enseguida, me cuenta, ha vuelto en s¨ª para explicarle al ni?o que esa es su camisa, la camisa de mam¨¢, aunque tenga cierto estilo masculino. Al final, antes de salir desde su casa hasta el Palacio de Gobierno ha decidido ceder un poco y darse un toque femenino con una torera negra.
?En qu¨¦ espejo se mira Nadine Heredia? Una de las l¨ªderes de la oposici¨®n, la conservadora Lourdes Flores Nano, alertaba en su momento ¡°de esta suerte de posible kirchnerismo, de primero estoy yo, despu¨¦s vienes t¨², y ya nos acomodamos. Hay una sensaci¨®n de que esta pareja es la que va a conducir el Per¨²¡±. Los casos m¨¢s visibles de ¡°parejas pol¨ªticas¡± en el continente son, en efecto, el de los Clinton en Estados Unidos y el de los Kirchner en Argentina. La diferencia es que tanto Hillary como Cristina forjaron una carrera pol¨ªtica propia antes de llegar al poder como consortes, mientras que Heredia carec¨ªa completamente de experiencia pol¨ªtica hasta que en 1996 conoci¨® a su marido. Para Fernando Rospigliosi, exministro del expresidente Alejandro Toledo, los Humala intentaron el esquema Ch¨¢vez, pero como Ollanta no es un l¨ªder carism¨¢tico, terminaron apostando por el de los Kirchner. ¡°N¨¦stor era mejor que Cristina, pero en este caso Nadine es m¨¢s capaz que Ollanta, sin ser una luminaria como ella se cree. Por eso ha tenido un papel preponderante en el Gobierno¡±. Nadine Heredia ha sido clave en este giro del socialismo filochavista al pragmatismo liberal.
¡°Cuando Ollanta lleg¨® a la presidencia¡±, dice ella casi susurrando, ¡°no pens¨¦ en c¨®mo ser una buena, bonita primera dama, sino en c¨®mo iba a ayudarlo a cumplir con sus objetivos. Me puse a trabajar para visibilizar las cosas que ¨¦l estaba haciendo bien¡±.
No todos leen sus labios desde la sospecha. El periodista Gustavo Gorriti, expresidente del Instituto Prensa y Sociedad, cree que la influencia de Nadine es positiva. ¡°?Es malo que la esposa de un presidente tenga influencia sobre ¨¦l? No necesariamente. Todo presidente est¨¢ rodeado por asesores y algunos de ellos pueden llegar a tener una extraordinaria influencia sobre sus decisiones. Hay ocasiones en las que la esposa es precisamente la asesora de mayor confianza¡±. Pero a Nadine Heredia no parece satisfacerle el simple papel de consejera de su marido.
La suya es m¨¢s bien una carrera de fondo contra el modelo tradicional de primera dama, un t¨ªtulo con el que, por otro lado, nunca estuvo de acuerdo. ¡°Yo siempre quise ser llamada primera servidora, pero es dif¨ªcil cambiar una idea una vez que est¨¢ internalizada¡±. Se trata, pues, de reinventar un concepto y con ello, quiz¨¢s, una idiosincrasia. A veces, para cambiarlo todo, hay que empezar por cambiar a un solo hombre, aunque este sea el presidente de la Rep¨²blica.
?C¨®mo se fabrica una primera dama del siglo XXI? Responde el publicista y escritor Gustavo Rodr¨ªguez: ¡°Para naciones con raigambre machista, pero en las que la mujer ha alcanzado espacios que no ten¨ªa hace 40 a?os, es importante apuntar a ser m¨¢s Michelle Obama que Hillary Clinton: la fantas¨ªa de mujer empoderada, pero que no corre el riesgo excesivo de hacerle sombra al esposo. El drama y el triunfo de Nadine Heredia es justamente que es una mujer con mayor manejo pol¨ªtico que Humala y, en ese combo 2¡Á1, mientras m¨¢s ganadora se muestre m¨¢s suspicacias levanta¡±. En este escenario no es dif¨ªcil aventurar un resumen que escuece a la clase pol¨ªtica local: Nadine se sue?a Bachelet, intenta comportarse como una Michelle andina, pero act¨²a como Clinton.
Nadine es m¨¢s capaz que Ollanta, sin ser una luminaria como ella se cree¡±
Antes de dejar el cargo, el expresidente Alan Garc¨ªa elimin¨® el despacho de la primera dama. Humala promulg¨® un decreto ley para que dentro del despacho presidencial haya un espacio para Nadine Heredia y su equipo, en el ala Este del Palacio de Gobierno de Lima. En una entrevista, poco despu¨¦s de ganar las elecciones, una periodista le pregunt¨® al presidente Humala si Nadine tendr¨ªa un cargo y un despacho con presupuesto propio. ¡°Ella tiene un cargo y un despacho con presupuesto propio¡±, contest¨®: ¡°Madre de familia, con presupuesto para su hogar y un despacho en Fernando Castrat, 195, Chama, Surco, nuestra casa. Y en su tiempo libre nos ayudar¨¢ en los temas sociales¡±. Nadie, ni siquiera Humala, siendo absolutamente sinceros, se crey¨® esa declaraci¨®n.
La primera dama del siglo XXI es confidente, asesora, colaboradora, apoyo y cable a tierra del presidente. Es tambi¨¦n coach, relaciones p¨²blicas, presidenta del partido de Gobierno y c¨®mplice en la idea casi rom¨¢ntica de que este ejecutivo pase a la historia por sus reformas. ¡°Todos los d¨ªas hablan de m¨ª. Si puedo hacer las cosas con perfil bajo lo hago, pero aun cuando no hago nada, no digo nada, todos los d¨ªas hablan de m¨ª¡±, dice con una taza de caf¨¦ en la mano, antes de ser interrumpida por una mujer que le pide un selfie.
Nadine Heredia re¨²ne cualidades suficientes para alimentar por s¨ª sola el culebr¨®n de la pol¨ªtica nacional. El ¨²ltimo a?o ha sido dur¨ªsimo. ¡°Mi problema es que soy franca¡±, dice. YouTube est¨¢ plagado de una serie de equ¨ªvocos protocolares que no han hecho m¨¢s que alimentar el recelo de muchos: v¨ªdeos de Nadine coloc¨¢ndose siempre a la derecha del presidente de Per¨² (el protocolo manda que sea el jefe de Estado el que vaya a la derecha), v¨ªdeos de Nadine hablando de ¡°sus¡± ministros, v¨ªdeos de Nadine dando ¨®rdenes, pidiendo silencio. En contraparte, la imagen del presidente ha sido la de un marido apocado ante una esposa con car¨¢cter.
Hace unos meses, el ex primer ministro de Per¨² C¨¦sar Villanueva declar¨® haber renunciado a su cargo por la intromisi¨®n de Nadine Heredia. Hoy, se reafirma en su denuncia y a?ade: ¡°La intenci¨®n de colaborar con el presidente es natural en Nadine, pero hay que diferenciar su papel como primera dama de su trabajo como presidenta del Partido Nacionalista. Si no no se sabe d¨®nde empieza uno y d¨®nde acaba el otro. En Nadine hubo y hay ansiedad pol¨ªtica¡±.
Para Juan Jim¨¦nez Mayor, otro ex primer ministro de Humala, todo tiene que ver con una campa?a contra el Gobierno: ¡°Lo de Nadine es una de esas formas que usan los adversarios para apuntar directamente a Humala y afectarlo en su conexi¨®n con la gente, usando las fibras del machismo m¨¢s retr¨®grado¡±.
Lo cierto es que el proyecto pol¨ªtico de Humala no brota de un partido, sino de una pareja. Heredia no lo esconde. Su alianza matrimonial est¨¢ atravesada por la idea de pa¨ªs que ambos compartieron, el poder es solo una de las consecuencias de ese encuentro. ¡°Los dos hemos luchado como pareja, juntos hicimos el partido, la campa?a codo a codo y hemos logrado las cosas que nos propusimos¡±. Dice Nadine que eso no le sent¨® bien a la clase pol¨ªtica. ¡°Creyeron que yo estaba haciendo campa?a para m¨ª. El se?or Garc¨ªa se invent¨® lo de la reelecci¨®n conyugal imagino que por celos pol¨ªticos. A m¨ª jam¨¢s se me hab¨ªa pasado por la cabeza. ?Me pidieron que me deslindara de algo que nunca hab¨ªa dicho ni pensado! Esto que es tan f¨¢cil de decir y de sentir no lo entienden los pol¨ªticos¡±. Nadine habla de los pol¨ªticos como si ella misma no fuera de su clase. ¡°No soy de izquierda ni de derecha. Soy una pragm¨¢tica. Soy de las que han venido a este mundo a resolver¡±. Parad¨®jicamente, es precisamente ese pragmatismo, esa falta de respaldo intelectual, lo que hace que las acciones de este Gobierno proyecten una idea de informalidad, que se ha visto en los ¨²ltimos ¡°bailes ministeriales¡±. En contraparte, a la pareja se le reconoce una defensa cerrada de los valores democr¨¢ticos y un esp¨ªritu nacionalista m¨¢s cercano a un idealizado ¡°amor por Per¨²¡± que a las estatizaciones de sino ¡°bolivariano¡±.
D¨ªas despu¨¦s de nuestro primer encuentro, aterrizamos en el aeropuerto de Tarapoto, al norte de Per¨², en el avi¨®n presidencial, junto al viceministro de Agricultura y el representante de la FAO. Desde ah¨ª, un helic¨®ptero nos traslada hasta Chazuta, al margen izquierdo del r¨ªo Huallaga, donde el Gobierno de Per¨² emprendi¨® un programa para incorporar a un grupo de mujeres excocaleras al cultivo del cacao. La primera dama del siglo XXI viste unos jeans, blusa blanca y zapatillas, el sencillo y calculado atuendo para ir sobre el terreno, con el que se mezclar¨¢ hasta casi confundirse con el pueblo. Sobre la mesa descansa toda la prensa del pa¨ªs que suele leer con un caf¨¦ amargo y que alterna con brev¨ªsimos chats por WhatsApp con el presidente.
A la peque?a Nadine su padre la llamaba ¡°negra del alma¡±, como la letra de su huayno ayacuchano favorito. Don ?ngel era un hombre provinciano que se hab¨ªa pagado la universidad con su trabajo de obrero. A su ¨²nica hija le gustaba hacer pulsos con sus dos hermanos varones, Ilan y ?ngel, y con sus primos cercanos. Todos eran hombres en la familia. ?ngel recuerda que Nadine entren¨® para ganarles y que un d¨ªa lo consigui¨®. ¡°Ten¨ªa mucha fuerza para su edad. Creo que era una manera de afirmarse en un mundo masculino¡±.
Pero ni en todos sus entrenamientos previos Nadine pudo sospechar que iba a tener que medirse con uno de los viejos zorros de la pol¨ªtica peruana. El expresidente Alan Garc¨ªa fue el primero en hablar de la ¡°presidenta-candidata¡± y de ¡°reelecci¨®n conyugal¡±. ¡°Hay una sensaci¨®n de desgobierno muy grande y parte de eso se debe al protagonismo de la esposa del presidente, cuyo derecho a opinar yo lo defiendo, en tanto no signifique el uso de recursos o de tribunas p¨²blicas para fomentar una candidatura¡±, lanz¨® Garc¨ªa. En el recuento de da?os, la imagen de Nadine sali¨® perjudicada. Aunque no debe haber hombre m¨¢s f¨¢cil de atacar en Per¨² que el l¨ªder del APRA, la inexperiencia en pol¨¦micas pol¨ªticas jug¨® en contra de los Humala.
Por mucho que Nadine se esfuerce en negar sus aspiraciones, sigue en el ranking de intenci¨®n de voto, aunque los favoritos son nuevamente Keiko Fujimori ¨Cla hija de Alberto, la cabeza de la trama de corrupci¨®n m¨¢s grande de la historia peruana, al que se teme ella indulte solo al llegar¨C y el propio Alan Garc¨ªa ¨Ca¨²n investigado por delitos de corrupci¨®n¨C. En una encuesta reciente los peruanos afirmaron que apoyar¨ªan a un candidato que ¡°roba pero hace obra¡±. Un panorama siniestro.
No todos son de la misma opini¨®n, por supuesto. Mario Vargas Llosa es uno de los principales valedores de la primera dama: ¡°Me gustar¨ªa que Nadine Heredia sea la candidata de 2021¡±, ha declarado. ¡°Creo que ya es hora de que el Per¨² tenga una presidenta mujer. Y creo tambi¨¦n que ella tiene condiciones magn¨ªficas para serlo¡±. El entusiasmo del premio Nobel no es nada desde?able teniendo en cuenta que el programa de Gobierno original de Humala estaba en las ant¨ªpodas del ideario liberal del escritor, y que este solo accedi¨® a manifestarle su ¡°apoyo vigilante¡± ante el peligro inminente que representaba el retorno al fujimorismo encarnado en la hija del exdictador.
Nadine come poco y se queja de una contractura en el cuello. Girarse a la izquierda le causa dolor. Casi tanto como volver a escuchar del tema de su supuesta candidatura.
¨C?Entonces no?
¨CLa reelecci¨®n no est¨¢ en nuestra agenda. Yo respeto la ley.
¨CMi abuelo, por ejemplo, votar¨ªa por usted en 2016. Porque tiene 97 a?os y le corre prisa. Pero si le diera tiempo votar¨ªa tambi¨¦n en 2021.
¨CAgradezco el cari?o de la gente, pero nadie es imprescindible. No me creo superwoman. No me postular¨ªa en 2016 ni siquiera si tuviera el 70% de aprobaci¨®n.
¨CLe voy a plantear algo apocal¨ªptico. ?Ser¨ªa capaz de competir en 2021 con su marido? Bueno, quiz¨¢ para eso tendr¨ªa que divorciarse¡
¨CNo, soy leal a Ollanta. Incluso si hubiera una posibilidad para el Partido Nacionalista en 2021 yo volver¨ªa apoyar a mi esposo.
¨C?Y ¨¦l la apoyar¨ªa si las cosas cambiaran para usted, para ¨¦l, para todos?
¨CEs que el l¨ªder es ¨¦l...
¨CEntonces todos los que piensan que la l¨ªder es usted est¨¢n enga?ados, Vargas Llosa, incluso mi abuelo.
¨CEs que el t¨¢ndem funciona de determinada manera o no funciona. ?l es el hombre de las plazas, el que articula los discursos. Yo me encargo de tareas m¨¢s administrativas.
¡°Ella tiene un cargo: madre de familia con presupuesto para su hogar¡±, dijo Humala
Es divertida, habla como cualquier treinta?era ¨Ctiene 37¨C, usa palabras que ya han pasado a la historia para las nuevas j¨®venes, como ¡°mostro¡±, ¡°paja¡±, ¡°bac¨¢n¡±. Y tambi¨¦n algunas heredadas de sus abuelas como ¡°muchachito de mi¨¦rcoles¡±. La primera dama de Per¨² del siglo XXI es alguien que usa Twitter con soltura y temeridad, alguien que bromea, que sabe lo que es un meme. En otros momentos se ve mucho mayor de lo que es. En equilibrio consigo misma y en un permanente estado de autocontrol que dejar¨ªa exhausto a cualquiera.
Al descender, los pobladores de Chazuta se agolpan para verla: ¡°?Nadine, Nadine, Nadine!¡±, la llaman. Ella los saluda con la mano en alto y mostrando su c¨¦lebre sonrisa. Cierto es que cualquiera se cree Madonna en los olvidados pueblos de Per¨². Heredia lo sabe bien. Durante la campa?a electoral, los esposos acumularon muchas millas d¨¢ndose a conocer. El primer viaje que hicieron como presidente y primera dama, despu¨¦s de visitar los pueblos de sus padres, fue a una raqu¨ªtica comunidad andina a 5.000 metros de altura. A Nadine no le cost¨® demasiado. Se hab¨ªa pasado su juventud recorriendo el pa¨ªs como catequista.
¡°?Vamos, ¨¢nimo!¡±, dice con sorna, vi¨¦ndome desfallecer y dej¨¢ndome atr¨¢s, casi sin aliento. Ella, en tanto, sigue en su derroche de energ¨ªa y agilidad saltando lomas, esquivando charcos y llevando muy bien el ba?o de multitudes. El recorrido sigue un guion preestablecido, del que ella se sale cada dos por tres, ya sea porque una mujer la invita a su casa u otra le ruega que se lleve a su ni?a enferma a un hospital de Lima. Nadine accede a todo. El recorrido es fren¨¦tico. Al llegar al centro de acopio se ve el r¨ªo Huallaga en toda su inmensidad. Una peque?a embarcaci¨®n lo cruza de un extremo a otro. La televisi¨®n del Estado capta el momento en que la primera dama recibe a las se?oras del bote y las ayuda a trasladar su carga de cacao. Ya en la cocina, las mujeres reciben a su l¨ªder con c¨¢nticos. La primera dama prueba con un dedo el chocolate. En unos minutos dar¨¢ su discurso en la plaza del pueblo.
Vestida como una chazutina t¨ªpica, coge el micr¨®fono y se acerca a la multitud. Aunque durante todo el viaje ha intentado convencerme de que Humala es el que sabe llegar a las masas y ella es solo la mujer que apaga los incendios, hoy la plaza es toda suya. Nadine Heredia est¨¢ aqu¨ª para felicitarlos por haber dejado atr¨¢s el cultivo de coca. Pero su discurso va tomando otra deriva. ¡°No es lo ¨²nico que ha cambiado. Lo veo tambi¨¦n en la actitud de los varones. Hace un momento me cantaban las agricultoras: ¡®Las mujeres ya despertaron¡¯. Y yo pensaba: ¡®?Las mujeres despertaron o ser¨¢ que los hombres despertaron y comienzan a valorar a las mujeres que tienen al lado?¡±.
?Qu¨¦ intenta Nadine? Su sola existencia cuestiona un modelo de mujer, y estas se ven reflejadas en su liderazgo, pero ahora astutamente se dirige tambi¨¦n a los hombres, como agentes de ese cambio necesario no solo en Per¨², tambi¨¦n en una Latinoam¨¦rica parad¨®jica: este loco continente tiene los ¨ªndices m¨¢s altos de maltrato a la mujer, pero a la vez presume de presidentas, como Michel Bachelet, Dilma Rousseff o Cristina Kirchner. Nadine es como la vecina nueva del barrio.
Los varones del pueblo se miran entre s¨ª. Ella contin¨²a: ¡°?Ser¨¢ que los hombres comenzaron a ver lo que puede dar su compa?era, lo que puede contribuir a la productividad de su propia familia? Ese trabajo en equipo es lo que los hace grandes. Estoy orgullosa de las mujeres de Chazuta¡±. M¨¢s aplausos.
Cuando le pregunto si es feminista, me sale con lo de que no cree en las etiquetas. Desde el progresismo le reprochan a Heredia que se haya mostrado ¡°a favor de la vida¡± (respecto al aborto) o que diga ¡°el matrimonio es otra cosa¡± (sobre la uni¨®n civil entre personas del mismo sexo, que s¨ª apoy¨®). En Per¨² decir lo contrario en voz alta puede significar la ruina para un pol¨ªtico. Sigue siendo uno de los lugares m¨¢s conservadores de Am¨¦rica Latina. Y es posible que Nadine conf¨ªe en lograr m¨¢s cambios sin inmolarse. Quiz¨¢ su trabajo sea m¨¢s sutil de lo que se piensa y su guerra m¨¢s silenciosa: asesorando en la trastienda al presidente en los temas de igualdad. No puede reprimir su orgullo por haber colaborado en la idea de un gabinete con una presencia femenina potente, lo mismo en la elecci¨®n de los perfiles directivos y en las propuestas legislativas, trabajando por la visibilidad de la mujer en el Gobierno, aunque su suegro, el radical Isaac Humala, diga que es ¡°para colocar a sus amigas¡± y que deber¨ªan quedarse en su casa jugando a las cartas.
?Tiene Nadine un futuro pol¨ªtico propio? Para muchos en realidad a¨²n no ha hecho nada demasiado en serio. ¡°Su acci¨®n es la de un complemento (o un predicado, si quieren) del presidente Humala, no ha construido un protagonismo propio¡±, se?ala el periodista Gorriti. ¡°Pero con el nivel deprimente de pol¨ªticos que padecemos, las posibilidades son m¨¢s amplias y las potenciales sorpresas tambi¨¦n¡±.
De vuelta en el avi¨®n presidencial, Nadine recarga bater¨ªa. A punto de llegar a Lima, sigue impert¨¦rrita. Como si no hubiera estado en la selva hace un momento dando un discurso seudofeminista. Una de las s¨¢tiras m¨¢s extendidas es la que la muestra llamando a su marido por el apelativo amoroso de ¡°cosito¡±. As¨ª, el fiero militar se vuelve un osito de peluche. La mujer ha ¡°cosificado¡± al hombre. Y, sin embargo, Heredia asegura que no pasar¨ªa por encima de ¨¦l porque est¨¢ ¡°partidirizada¡±. ¡°?l es mi l¨ªder¡±. Suena conservador. Los peruanos son machistas. Humala no ser¨¢ la excepci¨®n.
¨CHoy lo es mucho menos, porque tiene dos hijas y una mujer que no es machista. Y m¨¢s adelante lo ser¨¢ a¨²n menos. Constata cada vez que no tiene fundamento ser machista. Muchos hombres est¨¢n abrumados, porque la torrecita que les formaron en casa se les ha derrumbado. Para ellos es chocante al principio, pero luego aprenden a reconocer que nosotras podemos hacerlo igual de bien o incluso mejor.
?Han despertado las mujeres o son los hombres quienes ahora las valoran?¡±
Asumir que Nadine opine, que incida, y que en muchos sentidos influya en las pol¨ªticas de Estado ha sido duro para el presidente de un pa¨ªs ¡°macho¡± como Per¨².
¨CMe han agarrado de punto¡ Lo de ¡°cosito¡±, por ejemplo. ?A qu¨¦ hombre en el Per¨² no le ofender¨ªa que le dijeran algo as¨ª? ¨Csigue Nadine¨C. Hablamos mucho sobre eso. Sabemos perfectamente por qu¨¦ lo hacen. Como me dec¨ªa el otro d¨ªa alguien: ¡°Nadine, todos los ministros deber¨ªan salir con una camiseta que diga ¡®todos somos cosito¡¯. (risas).
?De qui¨¦nes estaba hablando Nadine en esa plaza? ?De los hombres de Chazuta o de Ollanta Humala? ?De los ministros, de los congresistas o de los hombres de su partido, de los machistas, de los mis¨®ginos peruanos? ?Hablaba de estas se?oras chocolateras o de ella misma, de las ministras, de las mujeres l¨ªderes, de lo que quiere para sus hijas? ?Hablaba del trabajo en equipo de los chazutinos o del dichoso t¨¢ndem de la pareja presidencial?
¨C?Le interesa la posteridad?, le pregunto antes de aterrizar.
¨C?A m¨ª? No, porque no va a quedar nada, ni tampoco importa qu¨¦ hice yo. Me interesa que no se olvide lo que este Gobierno est¨¢ haciendo.
Juntos. La chocolatera del Gobierno y el hombre que despierta.
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