Se?al de alerta
El asalto al Parlamento de Canad¨¢ exige extremar las precauciones con el islamismo radical
El asesinato de un polic¨ªa en el Parlamento canadiense a manos de un terrorista que posteriormente irrumpi¨® a tiros en el edificio constituye una se?al de alerta definitiva de la amenaza que se cierne sobre las democracias a las que el integrismo isl¨¢mico ha declarado la guerra. A la p¨¦rdida de una vida ¡ªlo m¨¢s grave de este episodio¡ª se une la alta carga simb¨®lica de la acci¨®n. Las im¨¢genes de los parlamentarios atrincherados en la C¨¢mara, con una barricada de sillas cerrando la puerta principal, son una cierta alegor¨ªa del momento que atravesamos. La amenaza integrista ya no es simplemente una amenaza; su acci¨®n llega hasta el coraz¨®n mismo de pa¨ªses de normalidad democr¨¢tica y significativo respeto a la diversidad, como es el caso de Canad¨¢.
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Las investigaciones apuntan a que el autor del atentado es un hombre que pretend¨ªa viajar a Oriente Pr¨®ximo y pasar a ser uno de los cientos o miles de occidentales que combaten en las filas del Estado Isl¨¢mico y otras organizaciones afines. Es importante subrayar que quienes atacan a las sociedades democr¨¢ticas no son necesariamente personas formadas en pa¨ªses lejanos y entornos diferentes, sino ciudadanos perfectamente integrados que un d¨ªa, en aras ¡ªo con la excusa¡ª de una interpretaci¨®n religiosa y pol¨ªtica del mundo, se alzan en armas contra el modo de vida de sus compatriotas. El lunes, otra persona de perfil similar ¡ªpretend¨ªa unirse a la yihad pero las autoridades canadienses le retiraron el pasaporte¡ª atropell¨® y mat¨® a un soldado canadiense.
Es fundamental que la comunidad internacional trabaje de forma coordinada para tratar de prevenir y evitar este tipo de ataques. No debe quedar un resquicio de duda para ning¨²n sector de la sociedad sobre los rasgos de una ideolog¨ªa que pretende acabar con un sistema pol¨ªtico basado en la libertad de expresi¨®n y el respeto a los derechos humanos. Y se debe estar alerta ante cualquier indicio.
El atentado de Canad¨¢ tambi¨¦n ha dejado otras im¨¢genes estimulantes: la de la C¨¢mara canadiense al completo puesta en pie aplaudiendo al veterano polic¨ªa que asumi¨® la responsabilidad y evit¨® una matanza con su actuaci¨®n. Y la del primer ministro y el l¨ªder de la oposici¨®n abrazados en el hemiciclo para, a continuaci¨®n, reanudar la sesi¨®n. Un mensaje claro ¡ªpara los fan¨¢ticos, y para las dem¨¢s democracias¡ª de la voluntad tajante de no claudicar ante el terror.
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