El gran laboratorio
La brecha del bienestar en Am¨¦rica Latina se debe a una productividad muy baja
Am¨¦rica Latina (AL) representa alrededor del 8,5% del PIB mundial y un porcentaje similar de la poblaci¨®n del planeta. En las ¨²ltimas d¨¦cadas la regi¨®n ha crecido, ha logrado reducir la pobreza y ha sido capaz de elevar el ingreso de sus ciudadanos hasta los 13.000 d¨®lares per capita (en paridad de poder adquisitivo). Asimismo, durante la Gran Recesi¨®n ha resistido mejor que otras zonas del mundo.
Y sin embargo, no ha conseguido cerrar la brecha de bienestar que la separa de los pa¨ªses m¨¢s desarrollados o de otros emergentes de fuera de la regi¨®n. ?Por qu¨¦? La respuesta es una productividad muy baja y que, adem¨¢s, retrocede respecto a esos mismos pa¨ªses. Esa brecha que genera el insuficiente aumento de la productividad en AL es el que explica la siguiente paradoja: que a pesar de los buenos datos macroecon¨®micos de los ¨²ltimos tiempos ¡°los actuales ciudadanos latinoamericanos y caribe?os tengan, frente a EEUU, un nivel relativo de ingresos per c¨¢pita inferior al que experiment¨® la generaci¨®n de sus padres y abuelos¡±. Lo dice el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que acaba de hacer p¨²blico un informe titulado C¨®mo repensar el desarrollo productivo, presentado por su presidente Luis Alberto Moreno.
Algunos analistas se preguntan c¨®mo la Europa de hoy no ha extra¨ªdo las lecciones de la crisis latinoamericana
Este no es un problema s¨®lo latinoamericano. Afecta tambi¨¦n a Espa?a y a buena parte de Europa. Hay un cambio en las tendencias dominantes hasta ahora: afortunadamente se ha pasado de ¡°la mejor pol¨ªtica industrial es la que no existe¡± a ¡°buscar pol¨ªticas e instituciones para el desarrollo¡±. En un momento en el que el el auge de los precios de las materias primas est¨¢ en entredicho (el llamado ciclo chino, por ser este pa¨ªs el que m¨¢s importa los productos de AL), la regi¨®n ¡ªcomo Espa?a¡ª ha de encontrar su modelo de crecimiento. Para ello sirve el informe del BID, que parte del hecho de que no hay pol¨ªticas de talla ¨²nica para solucionar este problema, lo que sirve, de paso, de advertencia hacia la rigidez actual de la pol¨ªtica econ¨®mica de la UE.
La percepci¨®n externa sobre AL se mueve mucho menos que su propia realidad. La regi¨®n es, en estos momentos, un enorme laboratorio cuyas conclusiones ser¨¢n objeto de atenci¨®n en todas partes. Algunos analistas se preguntan c¨®mo la Europa de hoy no ha extra¨ªdo las lecciones de la crisis latinoamericana de la deuda de hace casi un cuarto de siglo, y repite similares errores. La productividad no mejora tampoco en Europa y ello tendr¨¢ impacto en el crecimiento potencial de una y otra parte.
En esta cuesti¨®n juegan un papel central las instituciones eficaces y fuertes. La econom¨ªa de las instituciones ha crecido mucho en los ¨²ltimos tiempos: las diferencias entre un pa¨ªs rico y un pa¨ªs pobre ya no son s¨®lo, como antes se cre¨ªa, los factores de la producci¨®n (mejor capital f¨ªsico, humano, tecnol¨®gico, una buena geograf¨ªa) sino tambi¨¦n la calidad de sus instituciones, que aumenta la cohesi¨®n y reduce los costes de transacci¨®n.
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