Las joyas solidarias de Est¨¦e Lauder

¡°La b¨²squeda de la belleza es respetable¡± sol¨ªa decir Est¨¦e Lauder y lo cre¨ªa firmemente. En la b¨²squeda de la belleza ciment¨® su imperio cosm¨¦tico, fundado en 1946. Vend¨ªa la f¨®rmula de la eterna juventud en ¡°frascos de esperanza¡±, como llamaba a sus cremas, aceites y fragancias. Un mundo que revolucion¨® en los a?os cincuenta no s¨®lo con las f¨®rmulas y resultados de sus productos, sino tambi¨¦n con sus ideas de promoci¨®n y ventas, como ¡°un regalo por la compra de¡± o las muestras gratis.

¡°Alg¨²n d¨ªa tendr¨¦ todo lo que quiero¡± tambi¨¦n predijo Est¨¦e Lauder, quien toda su vida fue muy ambigua con su fecha de nacimiento y su origen humilde. Naci¨® en 1906 en Queens, hija de padres h¨²ngaros emigrados, pero la biograf¨ªa que se public¨® casi al mismo tiempo que su autobiograf¨ªa, en 1985, aseguraba que su familia era a¨²n m¨¢s humilde de lo que ella contaba. En cualquier caso, con su reino de belleza, Est¨¦e Lauder logr¨® alejarse de aquellos inicios y conseguir todo lo que quiso. Como una gran colecci¨®n de joyas, que la ayudaban en su respetable e incansable b¨²squeda de la belleza.

Seg¨²n su hijo, Leonard Lauder, que acaba de donar toda su colecci¨®n de arte cubista al Metropolitan de Nueva York, a su madre le gustaba ponerse un broche cada d¨ªa en su vestido o su chaqueta. Su gran colecci¨®n de orfebrer¨ªa de firma, de Harry Winston a Van Cleef & Arpels, luego la completar¨ªa su querida nuera, mujer de Leonard, Evelyn Lauder, quien ten¨ªa predilecci¨®n por las piezas florales y, probablemente, aprendiera a apreciar las joyas por su padre, que trabaj¨® como tallador de diamantes en Nueva York cuando emigr¨® con su familia desde la Viena nazi.

Leonard fue quien seleccion¨® en 2012, un a?o despu¨¦s de la muerte de Evelyn y ocho despu¨¦s de la de Est¨¦e, un lote de 112 joyas de las dos mujeres de su vida para sacarlo a subasta y destinar los beneficios a la fundaci¨®n de Investigaci¨®n del C¨¢ncer de Mama que cre¨® Evelyn en los noventa, con la que impuls¨® el hoy famoso s¨ªmbolo contra esa enfermedad, el lazo rosa. ¡°Creo que es importante dejar una marca¡±, dijo ella entonces, m¨¢s famosa por su labor caritativa, aunque tuvo un gran papel en la empresa cosm¨¦tica familiar.

Sotheby¡¯s celebra la tercera subasta de la colecci¨®n de joyas de las Lauder el pr¨®ximo 9 de diciembre en Nueva York con un lote de 44 piezas. Las ventas de 33 de ellas ser¨¢n destinadas de nuevo a la fundaci¨®n de Investigaci¨®n del C¨¢ncer de Mama, y el resto ir¨¢n a la fundaci¨®n de Alzheimer de Leonard Lauder. ¡°Mi madre, Est¨¦e, y mi querida esposa, Evelyn, estar¨ªan encantadas y honradas de que sus tan preciados objetos se vendieran para recaudar fondos¡±, asegura. ¡°El objetivo de nuestra familia ha sido, y contin¨²a siendo, ayudar a que estas enfermedades sean algo del pasado¡±.

Entre las joyas m¨¢s valiosas en esta tercera subasta, estar¨¢ una pulsera de rub¨ªes, esmeraldas y diamantes de Cartier Tutti Frutti de 1928, valorada en m¨¢s de 600 mil euros, que pertenec¨ªa a Evelyn; as¨ª como dos pares de pendientes de rub¨ªes, zafiros y diamantes de Van Cleef & Arpels, que saldr¨¢ por m¨¢s de 200 mil euros. Tambi¨¦n se subastar¨¢n dos broches de platino de 1935. Aquellos que tanto le gustaban a Est¨¦e.

Sotheby¡¯s espera buenos resultados, despu¨¦s del ¨¦xito de las dos subastas anteriores de las joyas de estas dos mujeres, en diciembre de 2012 y febrero de 2013. Sobre todo de la primera, en la que un anillo de diamante rosa que Leonard le hab¨ªa regalado a Evelyn, por el rosa del lazo contra el c¨¢ncer, se vendi¨® por 6,7 millones de euros. Y un diamante amarillo en forma de coraz¨®n que hab¨ªa pertenecido a la Duquesa de Windsor hasta que se lo vendi¨® a su amiga Est¨¦e, alcanz¨® casi los dos millones de euros.