Etiop¨ªa, 30 a?os despu¨¦s de la hambruna
El pa¨ªs ha progresado y superado las crisis humanitarias. Hoy es uno de los preferidos por la comunidad internacional, pero sufre un gran d¨¦ficit en derechos humanos
Tras su llegada a Addis Abeba procedente de Washington, el millonario Mulugeta Tesfakiros, con aspecto de hombre sabio por su larga y poblada barba y su peinado al estilo de Einstein, se instal¨® en una moderna oficina con ventanas de cristal del suelo al techo y magn¨ªficas obras de arte. El magnate, que ha irrumpido en el negocio local del vino junto con el cantante Bob Geldof, reflexionaba de este modo sobre la nueva Etiop¨ªa: ¡°La mayor¨ªa de la gente quiere tener ante todo seguridad. Despu¨¦s, comida y por ¨²ltimo¡. democracia¡±.
A una hora en coche de la capital se encuentra la c¨¢rcel con sus torres de vigilancia cubiertas de chapas de hierro. Entre los reclusos hay seis blogueros y tres periodistas acusados de terrorismo. Mientras esperan de pie en el sombr¨ªo patio la visita diaria de sus familiares, explican que han sido v¨ªctimas de torturas. ¡°Siento como si ya no conociera Etiop¨ªa¡±, dice uno de los presos. ¡°Ahora es un pa¨ªs completamente diferente¡±.
Son las dos caras que representan a la sociedad del segundo pa¨ªs m¨¢s poblado de ?frica. Una generaci¨®n despu¨¦s de la cat¨¢strofe humanitaria que conmocion¨® al mundo, Etiop¨ªa se ha convertido en uno de los pa¨ªses favoritos de la comunidad internacional y en el azote de las organizaciones pro derechos humanos. A pesar de que en las conferencias de inversi¨®n se elogian los numerosos avances emprendidos y es mostrado como un pa¨ªs adelantado al que todo el continente africano deber¨ªa imitar, organizaciones como Human Rights Watch lo describen como ¡°uno de los lugares del mundo donde los medios de comunicaci¨®n est¨¢n sometidos a mayor censura¡±.
El pa¨ªs ha experimentado tasas de crecimiento de dos d¨ªgitos en 10 a?os
Estar en Etiop¨ªa es presenciar el milagro econ¨®mico. El pa¨ªs ha experimentado tasas de crecimiento de dos d¨ªgitos en 10 a?os. El informe emitido por New World Wealth muestra que el n¨²mero de millonarios ha aumentado m¨¢s que en cualquier otro lugar del continente. Las calles de Addis Abeba vibran por el ruido ensordecedor que producen los martillos neum¨¢ticos en manos de los obreros, abundan las estructuras de hormig¨®n de nuevos edificios y est¨¢ en marcha un proyecto para la construcci¨®n de un monorra¨ªl elevado. El Gobierno et¨ªope afirma que van por buen camino para alcanzar la mayor¨ªa de los Objetivos de Desarrollo del Milenio y para convertirse, en 2025, en un pa¨ªs de ingresos medios.
Sin embargo, la expansi¨®n urbana ha comenzado a destruir los campos y a desarraigar a miles de agricultores?que son detenidos y encarcelados por mostrarse poco partidarios de ella, seg¨²n denuncian algunos comentaristas. De los 547 diputados que forman el Parlamento et¨ªope, solo uno pertenece a un partido de la oposici¨®n. Los activistas y periodistas describen a Etiop¨ªa como un estado orwelliano donde miles de bur¨®cratas vigilan los movimientos de los ciudadanos, registran las conversaciones telef¨®nicas y controlan los correos electr¨®nicos de un modo que recuerda a la Stasi en el Berl¨ªn Oriental. Los pocos que se atreven a salir a la calle a protestar son aplastados con fuerza excesiva. Para Amnist¨ªa Internacional se trata de ¡°un ataque contra los disidentes¡± en el periodo previo a las elecciones del pr¨®ximo a?o.
El arquitecto de este modelo de desarrollo supuestamente chino en ?frica oriental ¨Co m¨¢s bien ¡°desarrollismo autoritario¡±¨C, fue el difunto primer ministro Meles Zenawi que en cierta ocasi¨®n apareci¨® para hablar de su proyecto con el comentario: ¡°No hay nada que vincule a la democracia con el desarrollo¡±. Cuando Zenawi muri¨® en 2012 tras permanecer 21 a?os en el poder, el primer ministro del Reino Unido, David Cameron, le describi¨® como un ¡°inspirador para ?frica¡±, y el ex primer ministro Tony Blair, cuya fotograf¨ªa autografiada adorna el vest¨ªbulo del hotel de cinco estrellas Sheraton Addis, manifest¨® su ¡°profunda tristeza¡± por el fallecimiento.
Uno de los beneficiarios del legado de Zenawi es Mulugeta Tesfakiros, propietario de la inmobiliaria Muller, creador de un imperio comercial compuesto por empresas de log¨ªstica, transporte y fabricaci¨®n de productos alimenticios y socio de Geldof en la elaboraci¨®n de vinos, un negocio que el a?o pasado obtuvo unos beneficios de cinco millones de d¨®lares. ¡°Estamos intentando que Etiop¨ªa se convierta en un pa¨ªs productor de vino como Sud¨¢frica o el estado de California¡±, afirma.
El Gobierno est¨¢ aferrado a su conducta y convencido de la labor que est¨¢ realizando
Cada a?o, Etiop¨ªa importa adem¨¢s cerca de 10 millones de litros de vino para satisfacer a una creciente clase media, un concepto impensable para los que en 1984 presenciaron las im¨¢genes impactantes de la hambruna que golpeaba al pa¨ªs y que motivaron al grupo ben¨¦fico Band Aid lanzar un disco con el fin de recaudar fondos para paliar el hambre.
¡°La gente se sorprender¨ªa. Es muy dif¨ªcil de creer¡±, asegura Tesfakiros. ¡°En los ¨²ltimos quince a?os se ha producido un crecimiento sorprendente. ¡°La gente ya ha aceptado la cultura del trabajo y se est¨¢ invirtiendo mucho. El mercado inmobiliario est¨¢ en auge y seguir¨¢ as¨ª durante un tiempo¡±.
Aplaude la labor que est¨¢ realizando el Gobierno del primer ministro Hailemariam Desalegn para garantizar la paz, estimular a los empresarios nacionales y promover las inversiones de los pa¨ªses occidentales y de China e India. Pero cuando le pregunto si se est¨¢ sacrificando la democracia en aras de los intereses econ¨®micos, Tesfakiros responde: ¡°?Qu¨¦ es la democracia? La oposici¨®n necesita el apoyo de la clase media. Cuando tengamos una clase media, tendremos una democracia m¨¢s fuerte. Pero hasta que eso ocurra, tenemos un Estado que se porta como una ni?era. La democracia es una mera cuesti¨®n de educaci¨®n y civilizaci¨®n. Aqu¨ª, el 85% de la poblaci¨®n son agricultores que no saben leer ni escribir. Cuando haya una clase media, podr¨¢n entonces luchar por sus derechos¡±.
Parece que Tesfakiros est¨¢ dispuesto a aceptar que el progreso traiga consigo un recorte de las libertades individuales, incluyendo la grabaci¨®n de sus llamadas telef¨®nicas. ¡°Si nos escuchan, y eso significa que el pa¨ªs es m¨¢s seguro, no me importa. En Estados Unidos lo hacen. Y en Europa tambi¨¦n se hace¡±.
Las autoridades controlan el sistema de comunicaciones y tienen acceso ilimitado a los registros de llamadas de los usuarios de tel¨¦fonos
Seg¨²n explican los periodistas independientes, las conversaciones grabadas hace a?os se las reproducen cuando son interrogados. Human Rights Watch llev¨® a cabo este a?o una investigaci¨®n que puso de manifiesto el intenso control que ejerce el Gobierno sobre el sistema de comunicaciones y el acceso pr¨¢cticamente ilimitado a los registros de llamadas de los usuarios de tel¨¦fonos. La empresa de telecomunicaciones de China ZTE es el mayor proveedor de equipos de telecomunicaciones, aunque al parecer Etiop¨ªa utiliza tambi¨¦n otro tipo de herramientas fabricadas por empresas inglesas, alemanas e italianas en sus respectivos pa¨ªses.
Algunos informadores creen que el programa de espionaje es tan sofisticado que probablemente el Gobierno cuenta con la ayuda de pa¨ªses occidentales. A Etiop¨ªa se le considera un aliado estrat¨¦gico y fiable en la regi¨®n. Estados Unidos posee una base militar en el pa¨ªs y aporta medios militares para luchar contra la milicia radical isl¨¢mica Al Shabab en la vecina Somalia. Los defensores ac¨¦rrimos de esta ayuda se?alan que Etiop¨ªa est¨¢ libre de atentados terroristas al contrario que Kenia, que tambi¨¦n est¨¢ comprometida para combatir el terrorismo en Somalia.
Los periodistas y blogueros detenidos en abril e inculpados por terrorismo en julio, est¨¢n acusados de planificar atentados en Etiop¨ªa y de colaborar con Ginbot 7, una organizaci¨®n opositora con sede en Estados Unidos y calificada por las autoridades et¨ªopes como grupo terrorista. Ellos niegan estos cargos y aseguran que han sido torturados. Durante nuestra visita a la c¨¢rcel situada en las afueras de Addis Abeba, uno de ellos nos explic¨® que le hab¨ªan encerrado en una habitaci¨®n de veinte metros cuadrados con otros cien reclusos.
¡°No son solo las bofetadas y los golpes que nos dan en los pies, es la forma en que nos despiertan por la noche en un cuarto cubierto de mierda en el que a duras penas se puede dormir¡±, explica uno de esos presos en medio de las conversaciones de sus compa?eros con sus familiares. ¡°Nos someten a una tortura f¨ªsica y mental. Para una persona como yo, acostumbrada a seguir por Internet los acontecimientos mundiales las veinticuatro horas del d¨ªa, estar aqu¨ª significa adem¨¢s obligarme a no enterarme de nada. La ¨²nica libertad que me permiten tener es pensar. Aunque a veces lo intentan, no pueden prohibirme pensar¡±.
De los 547 diputados, solo uno pertenece a un partido de la oposici¨®n
Poco a poco est¨¢n perdiendo la esperanza de ser libres ya que se sienten atrapados entre los engranajes del sistema judicial. ¡°Empezamos a sentir que esta es nuestra nueva vida. Por la experiencia que ya han pasado otros reclusos, sabemos que a partir de ahora esta es la vida que nos toca vivir. No vamos a conseguir ninguna libertad bajo fianza. Pero d¨ªa tras d¨ªa anhelamos salir de aqu¨ª. Y a pesar de que sabemos que somos inocentes, no nos queda otro remedio que aceptar esta situaci¨®n. Solo nos queda re¨ªr o llorar. La verdad es que a veces tenemos ganas de llorar¡±.
No son los ¨²nicos periodistas o activistas que est¨¢n entre rejas. En junio, Andargachew Tsige, un brit¨¢nico de origen et¨ªope y secretario general de Ginbot 7, fue detenido en el aeropuerto de Yemen y extraditado de forma ilegal a Etiop¨ªa, donde podr¨ªa enfrentarse a la pena de muerte. Los partidos de la oposici¨®n, que boicotearon el Parlamento despu¨¦s de las ¨²ltimas elecciones, denuncian que algunos de sus miembros han sido como m¨ªnimo encarcelados.
El Congreso Federal de Oromo, que representa al mayor grupo ¨¦tnico de Etiop¨ªa, est¨¢ en contra del ¡°plan maestro¡± que maneja el Gobierno para ampliar Addis Abeba, y asegura que 150.000 agricultores oromo se ven obligados a abandonar sus tierras sin ninguna indemnizaci¨®n. Algunos testigos afirman que durante las protestas que tuvieron lugar este a?o, la polic¨ªa mat¨® a al menos 17 manifestantes, incluidos ni?os y estudiantes, y que m¨¢s de cien personas fueron detenidas sin presentar cargos contra ellos.
Mientras millonarios como Tesfakiros se enriquecen gracias al boom inmobiliario, otros tienen puntos de vista diferentes. ¡°Nosotros creemos que a esto no se le puede llamar ¡®desarrollo¡¯¡±, afirma Bekele Nega, secretario general del Congreso Federal que cuenta con m¨¢s de 10.000 afiliados. ¡°Es sencillamente una usurpaci¨®n de las tierras de las tribus ind¨ªgenas, que perder¨¢n su cultura y su identidad. El Gobierno dice que est¨¢n expandiendo Addis Abeba, pero en realidad se est¨¢n quitando de en medio a los que no apoyan al partido gobernante, al Frente Democr¨¢tico Revolucionario del Pueblo Et¨ªope¡± (EPRDF, por sus siglas en ingl¨¦s).
No comparte la percepci¨®n de los analistas occidentales cuando afirman que se est¨¢ produciendo un cambio positivo en el pa¨ªs. ¡°Los extranjeros ven todos estos edificios que se est¨¢n construyendo y creen que en Etiop¨ªa se est¨¢ creando desarrollo. Pero lo cierto es que no estamos disfrutando de ning¨²n desarrollo. Aqu¨ª, la gente no tiene para comer tres veces al d¨ªa. Algunas personas como Bob Geldof piensan que han ayudado a nuestro pueblo y, ?por supuesto que lo han hecho! Pero no han profundizado en otros aspectos. El EPRDF ha utilizado el dinero que se recaud¨® entonces para construir el imperio que ahora controla. Alguien rob¨® el dinero destinado a combatir el hambre. ?Est¨¢ m¨¢s claro que el agua!¡±.
Etiop¨ªa sigue siendo uno de los mayores receptores de ayuda oficial al desarrollo del Reino Unido, que transfiere cerca de 485 millones de d¨®lares al a?o. Pero el dinero tambi¨¦n llega de Estados Unidos. Bekele Nega considera que es un dinero malgastado. ¡°Occidente se ha olvidado de nosotros, de nuestro pueblo. Estados Unidos est¨¢ ayudando a dictadores pero a nosotros nos ignoran. ?Por qu¨¦? Lo mismo sucede con Reino Unido, un pa¨ªs que defiende los valores democr¨¢ticos. Dan el dinero de los contribuyentes para comprar armas y para que la polic¨ªa pueda detener a la gente¡±.
El Gobierno tambi¨¦n est¨¢ utilizando la ayuda que env¨ªan los donantes para espiar a sus ciudadanos e incluso para enfrentar unos contra otros a los miembros de una misma familia, denuncia Nega. ¡°Se han dado casos de familias que han denunciado a alguno de sus miembros a la polic¨ªa. Ha podido ser un hermano a una hermana o a la madre¡±.
Etiop¨ªa le ha dado la espalda al modelo de democracia liberal occidental, asegura Nega. ¡°Nos guste o no, aqu¨ª se sigue el modelo de desarrollo chino. Occidente quiere que seamos dem¨®cratas y que construyamos una democracia. Pero a nuestros l¨ªderes no les interesa esa cuesti¨®n. Seg¨²n ellos, lo ¨²nico que necesitamos es comida. No comprenden que los pobres tambi¨¦n queremos democracia. El hecho de que seamos pobres no significa que no seamos seres humanos. Pero no estamos de acuerdo con que nos quiten nuestras tierras y tampoco que nos torturen", afirma.
"Como seres humanos, nos merecemos una democracia, derechos humanos y un estado de derecho. Mientras no lo tengamos, no pararemos hasta conseguirlo, aun a costa de nuestras propias vidas. Lo exigimos por el bien de nuestros hijos. Tal vez hoy, tal vez ma?ana, o cualquier d¨ªa de estos me meter¨¢n en la c¨¢rcel. Pero entonces dejar¨¦ que mi pluma hable por m¨ª. No podr¨¢n hacerme cambiar de idea. Espero que el mundo sepa la realidad que vivimos¡±.
El dilema entre progreso econ¨®mico y libertad pol¨ªtica fue asimismo un asunto muy discutido y criticado en Ruanda durante el mandato de Paul Kagame. Pero Etiop¨ªa es mucho m¨¢s grande. Y su Gobierno est¨¢ aferrado a su conducta y convencido de la labor que est¨¢ realizando. Cualquier indicio de duda puede ser interpretado como una debilidad. Un funcionario de alto nivel dec¨ªa: ¡°El derecho humano m¨¢s b¨¢sico es tener un plato que llevarse a la mesa. Eso ya lo tenemos. ?Por qu¨¦ hay que pensar que se est¨¢n violando otros derechos humanos? Etiop¨ªa es un pa¨ªs seguro y es justamente lo que queremos. Haremos cualquier cosa para que sea as¨ª. Somos 90 millones de habitantes y hay que gobernar a todos¡±.
? Guardian News & Media 2014
Traducci¨®n de Virginia Solans
Las im¨¢genes que conmovieron al mundo
La hambruna que azotaba Etiop¨ªa en 1984 entr¨® en los ojos de Occidente a trav¨¦s de las im¨¢genes que la cadena de televisi¨®n p¨²blica BBC emiti¨® las primeras, tremendas im¨¢genes de la cat¨¢strofe humanitaria que el pa¨ªs estaba viviendo. Los reportajes realizados por el periodista Michael Buerk despertaron la respuesta internacional cuyo principal escaparate fue el megaconcierto Live Aid.
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