El fraile aragon¨¦s que descubri¨® Nevada
Un fraile franciscano, olvidado por la historia, fue el primer no nativo que pis¨® aquellas tierras y las incorpor¨® al entonces virreinato de Nueva Espa?a Ma?ana se cumplen 150 a?os de la fundaci¨®n del estado de Nevada
Hoy la conocemos por Frank Sinatra y el rat pack, las pole dancers, las m¨¢quinas tragaperras, el black jack, Tom Jones, la presa Hoover, las bodas r¨¢pidas, los divorcios r¨¢pidos, Elvis, el lago Tahoe, el ?rea 51 y el CSI. Pero mucho antes de fuera la meca del juego, el glitter, el sexo y la mafia; mucho antes del resac¨®n y del ¡°lo que pasa en Las Vegas se queda en Las Vegas¡±, Nevada era un territorio des¨¦rtico a la sombra de una cordillera, salpicado por un pu?ado de oasis donde el agua brotaba del suelo y que serv¨ªan como repostaje a los trenes que circulaban entre Albuquerque y Los ?ngeles. Y a¨²n antes, pocos hab¨ªan visto aquellos paisajes quebrados y desnudos, hasta que un explorador espa?ol los pis¨® y los bautiz¨® en lo que ha perdurado como la ¨²ltima expansi¨®n espa?ola en Am¨¦rica.
Ma?ana se cumplen 150 a?os de la fundaci¨®n del estado de Nevada, un hecho que se produjo en plena guerra entre la Uni¨®n y la Confederaci¨®n. Para este sesquicentenario, las autoridades del que se conoce como ¡°Estado de la plata¡± o ¡°Estado nacido en la batalla¡± han preparado un nutrido programa de eventos a lo largo de este mes, e incluso la casa Harley Davidson sortea una motocicleta conmemorativa de dise?o exclusivo y firmada por el gobernador Brian Sandoval. Pero es dudoso que entre todas estas celebraciones se rinda el menor homenaje a Francisco Garc¨¦s, cuyo nombre ni siquiera figura en la Enciclopedia Online de Nevada ni en la web de los Archivos y Biblioteca del Estado de Nevada. Y sin embargo, fue este fraile franciscano aragon¨¦s el primer no nativo que pis¨® aquellas tierras y las incorpor¨® al entonces virreinato de Nueva Espa?a.
Francisco Tom¨¢s Hermenegildo Garc¨¦s Maestro naci¨® el 12 de abril de 1738 en Morata de Jal¨®n, en la provincia de Zaragoza. Estos datos ya dan idea de que, al contrario de lo que ocurre con otros personajes de la colonizaci¨®n americana, su vida y hechos est¨¢n bien documentados, en buena parte gracias al trabajo de Jos¨¦ Mar¨ªa Bardav¨ªo. Este profesor retirado de la Universidad de Zaragoza recoge un exhaustivo relato de las andanzas de Garc¨¦s en su libro California empieza en Arag¨®n.
En 1763, con 24 a?os, Garc¨¦s, un hombre de ¡°poca barba, moreno claro, ojos y pelo negros¡±, seg¨²n escribe Bardav¨ªo, fue ordenado sacerdote. Por entonces ya hab¨ªa solicitado su traslado a Am¨¦rica, donde arrib¨® poco despu¨¦s. Sus primeros a?os los pas¨® en Quer¨¦taro, hasta que la expulsi¨®n de los jesuitas ordenada por el rey Carlos III en 1767 requiri¨® la movilizaci¨®n de los franciscanos para ocupar las misiones que los desterrados iban a dejar vacantes.
Garc¨¦s hered¨® su misi¨®n, tanto en el sentido religioso como en el vital, de un jesuita llamado Eusebio Kino. A finales del siglo anterior, este sacerdote de origen italiano hab¨ªa llegado a fundar una veintena de misiones en el territorio fronterizo de Sonora, logrando mantener en relativa calma las siempre tensas relaciones con los nativos. Kino desarroll¨® una labor exploradora que incluye el descubrimiento del istmo y por tanto de la condici¨®n de pen¨ªnsula de Baja California. Este paso era esencial para abrir una ruta hacia las misiones costeras de fray Jun¨ªpero Serra en la actual California estadounidense, que viv¨ªan en completo aislamiento. Adem¨¢s, Kino pretend¨ªa conectar las misiones de Sonora con las de la Baja California y con las de Nuevo M¨¦xico, todo un ambicioso proyecto de expansi¨®n hacia el norte que qued¨® interrumpido con su muerte por enfermedad en 1711.
La muerte de Kino debilit¨® la posici¨®n de las misiones del norte, sin que el relevo de los franciscanos desde 1767 lograra restablecer el control y la paz en esas avanzadas. Y utilizando una frase digna del western, esta inestabilidad continu¨® hasta que lleg¨® Garc¨¦s. El aragon¨¦s fue destinado a la misi¨®n m¨¢s septentrional y m¨¢s peligrosa, San Javier del Bac, un enclave rodeado de tribus hostiles que los jesuitas llamaban ¡°el noviciado¡± porque ning¨²n misionero aguantaba all¨ª m¨¢s de un a?o y que, seg¨²n escribi¨® Garc¨¦s y recoge Bardav¨ªo, era ¡°el ¨²ltimo pueblo de la cristiandad¡±. Casi solo ante el peligro, Garc¨¦s lleg¨® a San Javier, cerca del actual Tucson (Arizona), el 30 de junio de 1768.
Levantamientos, saqueos y robos
Cuando Garc¨¦s tom¨® posesi¨®n de su destino, la regi¨®n se hallaba en un estado de caos, sometida a levantamientos, ataques, saqueos y robo de reses y caballos por parte de los apaches, los seris, los pimas y otras tribus nativas. Y sin embargo, el franciscano no solo consigui¨® conservar su misi¨®n y apaciguar a sus enemigos, sino que excedi¨® el plan de Kino al establecer rutas desde Sonora a la costa de California y a Nuevo M¨¦xico y adem¨¢s conectar entre s¨ª estos dos territorios, algo que ni el jesuita hab¨ªa imaginado.
Ning¨²n misionero aguantaba m¨¢s de un a?o en ¡°el ¨²ltimo pueblo de la cristiandad¡±
Bardav¨ªo destaca especialmente la importancia de la nueva v¨ªa abierta hacia el litoral californiano, un descubrimiento que califica de ¡°trascendental¡±: ¡°Sin este paso por tierra, las misiones de fray Jun¨ªpero Serra se hubieran perdido¡±. El profesor se?ala que las expediciones de Garc¨¦s a lo largo de esta ruta fueron, en palabras del historiador estadounidense Herbert Eugene Bolton, ¡°las mejor organizadas y las m¨¢s importantes de todas las emprendidas en cualquier ¨¦poca hacia California, incluidas las del siglo XIX con motivo del descubrimiento de oro en suelo californiano¡±.
En todo ello Garc¨¦s no se qued¨® en su misi¨®n sentado frente a un mapa ni envi¨® a los soldados del imperio contra los nativos, sino que viaj¨® de tribu en tribu para sentarse junto al fuego con los ancianos sin otras armas que su h¨¢bito, su cuerda y sus sandalias. Una muestra del car¨¢cter del personaje la da su primer viaje hacia el norte, solo dos meses despu¨¦s de su llegada a San Javier. A pesar de haber sido advertido de la peligrosidad de la regi¨®n y desoyendo el consejo del oficial al mando, emprendi¨® el camino para visitar los asentamientos nativos acompa?ado tan solo por un int¨¦rprete y cuatro mensajeros indios.
Durante sus periplos, Garc¨¦s explor¨® California, Nevada, Nuevo M¨¦xico y Arizona. Descubri¨® el desierto de Mojave y fue el primer europeo en establecer contacto con la tribu hom¨®nima. Fue tambi¨¦n el primero en poner el pie en lo que hoy es el estado de Nevada, cuyo nombre deriva de la sierra fronteriza con la vecina California. Como capell¨¢n del capit¨¢n Juan Bautista de Anza, lleg¨® hasta la bah¨ªa de San Francisco. Algunas fuentes le atribuyen haber dado nombre al r¨ªo Colorado. Muri¨® asesinado en la revuelta de Yuma de 1781, mientras intentaba poner paz en el levantamiento de los quechan y mojaves contra los colonos espa?oles. Hoy la misi¨®n de San Javier del Bac contin¨²a en pie y funcionando como tal, a¨²n regida por la orden franciscana y abierta al p¨²blico para visitas. Aparte de este enclave, la figura de Francisco Garc¨¦s se recuerda en el Hotel El Garc¨¦s de la localidad de Needles y en su ¨²nica estatua, en Bakersfield (California).
Sin embargo, no parece que Nevada exhiba con orgullo este legado. Muchos naturales de este estado rechazan la pronunciaci¨®n castellana de su nombre, prefiriendo en su lugar que la segunda ¡°a¡± se aproxime m¨¢s a la ¡°e¡±, como en la palabra ¡°bad¡±. Para zanjar una pol¨¦mica que ha llevado incluso a ridiculizar a personajes p¨²blicos por utilizar la pronunciaci¨®n espa?ola, en 2010 el legislador dem¨®crata Harry Mortenson trat¨® de sacar adelante una ley que aprobara el uso oficial de esta fon¨¦tica como alternativa a la mayoritaria. Mortenson ped¨ªa as¨ª ¡°tolerancia hacia aquellos que usan la pronunciaci¨®n espa?ola¡±. La masiva oposici¨®n a la iniciativa paraliz¨® el proyecto.
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