Paco ¡®Jones¡¯ Granados
Porque en las cuentas no s¨¦, pero en las pintas Paco no enga?aba a nadie. Un nota con m¨¢s labia que espalda. De esos que conducen un buga con todos los extras a precio de serie
No s¨¦ a qu¨¦ tanto esc¨¢ndalo con lo de Paco Granados, si se ve¨ªa venir m¨¢s de lejos que el pique de gallos entre Susana D¨ªaz y Pedro S¨¢nchez. Todos tenemos un cu?ao que, si no se llama Paco, lo est¨¢ pidiendo a gritos. Cu?ao, s¨ª, a lo castizo, que cu?ado suena demasiado fino para ciertos hermanos pol¨ªticos. Aqu¨ª los Pacos no nacen, se van haciendo en sus propios jugos seg¨²n les sube la testosterona. Hombres que se visten por los pies, de pelo en pecho, que se hacen a s¨ª mismos por sus santos d¨ªdimos. Porque hay que tenerlos muy bien puestos desde peque?ito para que tus padres te pongan Francisco de As¨ªs, o de Borja, o de Paula, con toda su prosopopeya pija, y vayas t¨² y te hagas llamar Paco en vez de Pancho, o de Fran, o de Kiko, que queda much¨ªsimo m¨¢s mono. Vale que el nombre imprime car¨¢cter. Pero autodenominarse Paco es una declaraci¨®n de guerra. Donde va un Paco, la monta. Y si no mira a Paco Camps, Paco Clavel y Paco Marhuenda.
Por eso dec¨ªa que no s¨¦ a santo de qu¨¦ tanto aspaviento con la pel¨ªcula Paco Jones Granados y el Desfalco de las Arcas P¨²blicas que lo est¨¢ petando en taquilla. S¨ª, hombre, las correr¨ªas del exconsejero de Esperanza Aguirre como cabecilla de una trama de mun¨ªcipes que trincaba el IBI de los contribuyentes a cambio de contratos por sus santos testes. Los de Paco, se entiende. Porque ¨¦l era, presuntamente, quien tej¨ªa y manejaba ese tejemaneje. La c¨²spide de la pir¨¢mide. La evoluci¨®n de la especie. Un t¨ªo con lo que hay que tener. Un cu?ao de libro. Dicen que en la Cosa P¨²nica operaban hermanos pol¨ªticos, en todos los sentidos, y la pe?a se sorprende de tanta endogamia. Angelitos. Esos son eremitas digitales que no han visto a un cu?ado anal¨®gico en su vida.
Porque en las cuentas no s¨¦, pero en las pintas Paco no enga?aba a nadie. Un nota con m¨¢s labia que espalda. De esos que conducen un buga con todos los extras a precio de serie, se levantan un vuelo transoce¨¢nico por 29,99 ida y vuelta sin cambiar de pantalla del iPhone, y les sale a devolver la renta todos los a?os. De los que se ventilan una de bravas, otra de callos y una mixta de morro y oreja sin que se le mueva el palillo de la boca, que de lo que se come se cr¨ªa. De los que, en fin, no pueden ni cruzar las piernas porque, como a Guindos, Floriano y Montoro, otros que deber¨ªan llamarse Paco si se dejara elegir nombre a los neonatos, no les cabe lo suyo entre los muslos.
Lo que me extra?a es que se la pegara a Esperanza, con lo larga que es ella para detectar manzanas podridas en una cesta en la que, a lo que se ve, la ¨²nica reineta era ella. Se le fue vivo, se lamenta la lideresa en la gira autoexculpatoria que ha emprendido con vistas a su candidatura a lo que sea. Tan vivo, que puso al lobo a guardar gallinas, solloza. Yo te comprendo, Espe. ?Qui¨¦n iba a sospechar de un hermano pol¨ªtico, m¨¢s chulo que un 888, encima? Pues eso. Que se mueran los feos. Y los pobres. Ya lo dec¨ªa Encarnita Polo en su inmortal Paco, Paco, Paco. ¡°Que son ladrones/ y roban como nadie, Paco/ Y roban como nadie/ Paco, Paco, Paco /los corazones¡±.
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