La paz de Colombia es la paz del mundo
Seremos el primer pa¨ªs que negocia el fin de un conflicto dentro del Estatuto de Roma
Hace unas semanas, ante la Asamblea General de la Naciones Unidas, cont¨¦ la historia de Constanza Turbay, una colombiana que perdi¨® casi toda su familia a manos de la guerrilla de las FARC.
En La Habana, donde se lleva a cabo nuestro proceso de paz con esta guerrilla, Constanza tuvo la oportunidad de mirar a sus victimarios a los ojos y contar su tr¨¢gica historia, la misma de millones de v¨ªctimas de una guerra sin sentido entre hijos de una misma naci¨®n.
Por primera vez, Constanza escuch¨® de uno de los l¨ªderes de las FARC las manifestaciones de un arrepentimiento sincero. En las propias palabras de esta valiente mujer, las v¨ªctimas est¨¢n ¡°cambiando su dolor por la esperanza de paz¡±.
Ese anhelo de reconciliaci¨®n de la gran mayor¨ªa de colombianos es el que ha impulsado el intento, serio y juicioso, que estamos realizando los colombianos para alcanzar la paz.
Pero tener esperanza no significa ser ingenuos. Somos conscientes de que estamos negociando con nuestros adversarios. Entendemos que el pa¨ªs ha sufrido mucho a ra¨ªz de incontables asesinatos, bombas, secuestros y extorsiones.
Por esa raz¨®n tenemos que negociar el fin del conflicto armado de una vez por todas. Es mucho m¨¢s f¨¢cil hacer la guerra que la paz. Lo s¨¦ porque fui ministro de Defensa y le propin¨¦ a la guerrilla los golpes militares m¨¢s duros en toda su historia. Pero as¨ª como hay un tiempo para la guerra, hay un tiempo para la paz.
El proceso que adelantamos en La Habana desde hace dos a?os ¡ªcon el acompa?amiento de Chile, Cuba, Noruega y Venezuela¡ª ha sido un proceso serio, realista, digno y eficaz, que ha presentado avances concretos.
?Silenciar los fusiles significa recuperar enormes extensiones del campo colombiano y contribuir as¨ª a la seguridad alimentaria del planeta
Los tres primeros puntos, ya acordados con la guerrilla, contienen cambios profundos para Colombia: realizar inversiones hist¨®ricas para el desarrollo rural, ra¨ªz de nuestro conflicto; cambiar las balas por votos, lo que significar¨ªa una profundizaci¨®n de nuestra democracia, y el desmonte de las estructuras mafiosas del narcotr¨¢fico, acompa?ado de un gran programa nacional de sustituci¨®n de cultivos y desarrollo alternativo, que nos acercar¨ªa a una Colombia sin coca.
Hemos llegado m¨¢s lejos que nunca, pero tambi¨¦n es cierto que estamos entrando en la etapa m¨¢s compleja: los puntos que abordan el tema de v¨ªctimas y justicia transicional, y el llamado DDR: desarme, desmovilizaci¨®n y reintegraci¨®n. Son temas dif¨ªciles, sin duda, pero si persiste la voluntad de negociaci¨®n ¡ªcomo ha sucedido hasta ahora¡ª conf¨ªo en que tambi¨¦n lograremos acuerdos satisfactorios.
Muchos se preguntar¨¢n ?y esto por qu¨¦ es importante para Europa o para el mundo?
Hay varias razones de fondo. La primera es que seremos el primer pa¨ªs que negocia el final de un conflicto armado dentro del Estatuto de Roma. Lo que pase en Colombia tendr¨¢ profundas consecuencias para la resoluci¨®n de futuros conflictos en cualquier parte del mundo.
Segundo, silenciar los fusiles significa recuperar enormes extensiones del campo colombiano. Colombia, un poco m¨¢s grande en territorio que Espa?a y Francia juntos, es considerada por la FAO uno de los ocho pa¨ªses en el mundo que pueden aumentar significativamente su producci¨®n de alimentos y, en la medida que las tierras recuperadas se vuelvan productivas, estaremos en capacidad de contribuir m¨¢s decididamente a la seguridad alimentaria del planeta.
Tercero, el desmantelamiento del narcotr¨¢fico reducir¨¢ la cantidad de coca¨ªna que ingresa a las capitales europeas desde Sudam¨¦rica y ayudar¨¢ a frenar el impacto devastador del proceso de producci¨®n de la pasta de coca sobre el medio ambiente. Colombia es el pa¨ªs con mayor biodiversidad del planeta por kil¨®metro cuadrado y la conservaci¨®n de su ecosistema es de suma importancia para la humanidad.
Por ¨²ltimo, la paz es un buen negocio. La econom¨ªa colombiana es la de mayor crecimiento y m¨¢s baja inflaci¨®n en Am¨¦rica Latina ¡ªincluso comparada con los pa¨ªses de la OCDE¡ª y es una de las que m¨¢s inversi¨®n extranjera recibe. Solamente en los ¨²ltimos cinco a?os, el comercio entre la Uni¨®n Europea y Colombia creci¨® un 25 por ciento. Este crecimiento ¡ªvale la pena destacarlo¡ª se ha logrado con equidad, generando empleo de calidad y reduciendo significativamente la pobreza.
Si hemos alcanzado estos logros con un conflicto armado, ?se imaginan la Colombia que podr¨ªamos construir en paz? Estudios recientes han se?alado que, sin el conflicto, el PIB de Colombia podr¨ªa crecer dos puntos adicionales de forma permanente, lo que se traducir¨ªa en enormes oportunidades de inversi¨®n en infraestructura, turismo y desarrollo tecnol¨®gico para empresas como las europeas.
En un mundo amenazado por vientos de guerra, Colombia ofrece hoy una esperanza de paz. En un mundo preocupado por la incertidumbre econ¨®mica, aporta oportunidades y estabilidad.
Juan Manuel Santos es presidente de Colombia.
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