Las diez causas de la desigualdad
Foto: Gonzalo Fanjul.
Las 85 personas m¨¢s ricas del mundo acumulan una riqueza equivalente a la de las 3.500 millones m¨¢s pobres, seg¨²n un informe de Oxfam.
La magnitud de la brecha actual entre los m¨¢s ricos y el resto es escandalosa. Nos hemos instalando en un c¨ªrculo vicioso cuya din¨¢mica se fundamenta en el control que los m¨¢s ricos ejercen sobre el poder pol¨ªtico. Son abundantes los casos de pa¨ªses en los que los gobiernos no gobiernan para la mayor¨ªa, sino para favorecer a la ¨¦lite de la que forman parte. Las pol¨ªticas adoptadas por muchos gobiernos, en el norte y en el sur, abocan a millones de personas a vivir en una situaci¨®n de pobreza perpetua.
Estas son, a mi modo de ver, las diez principales causas de la desigualdad global.
1- Sistemas fiscales injustos. La desigualdad aumentar¨¢ si los que menos ingresos tienen siguen pagando m¨¢s impuestos que los ricos. Warren Buffet reconoci¨® que paga un porcentaje de impuestos m¨¢s bajo que su secretaria; multinacionales como Google, Amazon o Starbucks pagan menos del 10% de impuestos sobre sus beneficios. Las leyes y reglas actuales deben cambiar para evitar que los impuestos sobre el consumo o sobre los salarios sean superiores a los impuestos sobre las rentas del capital.
2- Corrupci¨®n y flujos il¨ªcitos de capitales. Hay que poner fin a la hemorragia financiera y robo que provocan la corrupci¨®n, la deuda p¨²blica odiosa y la evasi¨®n fiscal. Para ello, es imprescindible combatir la opacidad del sistema financiero internacional, con especial ¨¦nfasis en la lucha contra los para¨ªsos fiscales. Seg¨²n GFI, entre 1970 y 2008, 854.000 millones de d¨®lares salieron de ?frica hacia el resto del mundo por culpa de la corrupci¨®n y los flujos de capitales il¨ªcitos, el doble de la cantidad recibida como ayuda oficial al desarrollo en el mismo per¨ªodo.
3- Distribuci¨®n injusta de la inversi¨®n y el gasto p¨²blico. La desigualdad aumenta cuando determinados grupos de ciudadanos o instituciones, sea por razones ¨¦tnicas, de clase, geogr¨¢ficas, religiosas, etc., se benefician de mayores niveles de inversi¨®n y gasto p¨²blico que el resto, lo cual se traduce en mejor acceso a servicios sociales b¨¢sicos como salud o educaci¨®n, o mejores infraestructuras, como por ejemplo, en energ¨ªa y comunicaciones. En muchas ocasiones las decisiones pol¨ªticas sobre inversiones y gasto p¨²blico no se rigen por criterios de justicia social, sino de conveniencia y connivencia.
4- Distribuci¨®n injusta de la tierra. En muchos pa¨ªses se han promovido procesos de concentraci¨®n de la tierra en manos de los m¨¢s poderosos. El acaparamiento de tierras por inversores extranjeros tambi¨¦n est¨¢ dejando a millones de persones en el mundo sin tierra para cultivar. Cada segundo, los pa¨ªses en desarrollo pierden una superficie de tierra equivalente a un campo de f¨²tbol. De las pol¨ªticas de acceso a tierra depende el nivel de beneficios de unos cuantos miles de individuos, y tambi¨¦n la seguridad alimentaria de millones de personas.
5- Acceso desigual al capital, conocimiento y tecnolog¨ªa. Nuestra posibilidad de progresar como individuos depende de la oportunidad que tenemos para acceder a conocimientos, tecnolog¨ªa y capital. Es el d¨¦bil acceso a estos factores lo que explica, por ejemplo, que determinadas poblaciones sean mucho m¨¢s vulnerables que otras a sufrir las consecuencias de una sequ¨ªa; de estos factores depende tambi¨¦n el desarrollo de un sector privado dom¨¦stico que permita la creaci¨®n de puestos de trabajo de calidad.
6- Privatizaci¨®n. En algunos casos, la privatizaci¨®n de servicios p¨²blicos como el agua, energ¨ªa, salud o educaci¨®n ha comportado la exclusi¨®n a los mismos de personas que no se pueden permitir pagar los precios establecidos por el mercado. La pol¨ªtica debe servir para tomar las medidas necesarias para asegurar que la privatizaci¨®n de servicios p¨²blicos, cuando se produce, no contribuye a la violaci¨®n de derechos humanos fundamentales. En Sur¨¢frica, por ejemplo, la privatizaci¨®n de servicios p¨²blicos ha comportado que algunos analistas se refieran a un nuevo ¡®apartheid¡¯ entre ricos y pobres.
7- Acceso injusto a la informaci¨®n y exclusi¨®n de los espacios de toma de decisiones sobre pol¨ªticas que influyen en nuestras vidas. All¨ª donde hay un d¨¦ficit democr¨¢tico producido por la falta de transparencia, la escasez de mecanismos de participaci¨®n ciudadana y la debilidad de sistemas de rendici¨®n de cuentas por parte del gobierno a la ciudadan¨ªa se establece el caldo de cultivo perfecto para que las ¨¦lites capturen el sistema pol¨ªtico en beneficio propio.
8- Desigualdad de g¨¦nero. Las desigualdades actuales entre hombres y mujeres son el resultado de pol¨ªticas, pr¨¢cticas y creencias injustas. Muchas de las injusticias descritas en los puntos anteriores afectan mucho m¨¢s a las mujeres que a los hombres, por ejemplo, en cuestiones de acceso a tierra o capital, o en forma de exclusi¨®n de la vida p¨²blica. Necesitamos pol¨ªticas que promuevan la justicia de g¨¦nero. No s¨®lo para el beneficio de las mujeres, sino de toda la sociedad.
9- Impunidad y control del sistema judicial. La ley se debe aplicar a todos por igual. Nadie deber¨ªa disfrutar de impunidad por delitos cometidos, sea la violencia organizada, el robo de dinero p¨²blico o la colusi¨®n entre intereses pol¨ªticos y econ¨®micos. En pa¨ªses donde la impunidad de los m¨¢s poderosos es evidente, los ciudadanos tenemos la obligaci¨®n de luchar para proteger uno de los pilares b¨¢sicos de la democracia.
10-Conflicto. En ocasiones, la violencia y el conflicto no s¨®lo producen pobreza, sino que son un mecanismo para reforzar y perpetuar el poder de determinados grupos de poblaci¨®n sobre otros, o una v¨ªa para consolidar el acceso privilegiado de unos cuantos a dinero p¨²blico o recursos naturales, en su pa¨ªs o fuera del mismo. El poder econ¨®mico, el pol¨ªtico y el militar se pasean muchas veces cogidos de la mano.
Es urgente avanzar en la lucha contra estas diez causas de la desigualdad para que podamos reducir la tendencia actual, tan peligrosa, injusta e inaceptable.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.