"Soy capaz de ir en metro sin que me reconozcan"

¡°Es grrreeen¡±, dice, arrastrando las erres como cierto entrenador holand¨¦s de f¨²tbol perpetuamente enfadado, y alargando las es, que no son las ¨ªes que uno cre¨ªa. Hay un pozo insondable de misterio en los ojos de Eva Green, que incluso se extiende a cuestiones de nacionalidad, y ella parece complacerse en cultivarlo. Pero salta como un resorte cuando le comento mi sorpresa al descubrir que es francesa: ¡°Soy cien por cien francesa. Pienso en franc¨¦s. Dios m¨ªo, sue?o en franc¨¦s¡±, dice enf¨¢tica y uno no puede evitar imagin¨¢rsela durmiendo. ¡°Mi nombre confunde a mucha gente. Mi padre es sueco as¨ª que se pronuncia grreen. Supongo que en el fondo es un cumplido, porque no te imaginas lo mucho que me he trabajado el acento de mi ingl¨¦s¡±, confiesa. E inmediatamente se lamenta de no haber hecho ninguna pel¨ªcula francesa.

Empec¨¦ haciendo teatro y tuve la fortuna de que me seleccionaran para la pel¨ªcula de Bertolucci. Es un negocio muy cruel, en el que dependes de otra gente

Eva Green

Pero s¨ª que ha rodado una en Par¨ªs, en el Par¨ªs del 68, nada menos que su debut en The Dreamers de Bernardo Bertolucci, quien defini¨® su belleza como obscena: ¡°Empec¨¦ haciendo teatro y tuve la fortuna de que me seleccionaran para la pel¨ªcula de Bertolucci. Pero es un negocio muy cruel, en el que dependes de otra gente. Muchas de mis amigas en la escuela de interpretaci¨®n ten¨ªan un enorme talento y no han tenido la suerte que he tenido yo. Y no existe explicaci¨®n. Hoy gustas pero ma?ana pueden olvidarse de ti¡±. Esto no ocurrir¨¢ en 2015: Green acaba de protagonizar la decimosexta edici¨®n del calendario Campari, fotografiado por Julia Fullerton-Batten, en el que cada mes se reencarna en una vamp te?ida de rojo. Ni rastro de parisienne en esta celebraci¨®n del aperitivo italiano.?

Tal vez para ella los motivos no resulten tan evidentes como para el resto, pero algo de ese halo de misterio deben haber visto directores como el citado Bertolucci, Robert Rodr¨ªguez, Tim Burton o, m¨¢s recientemente, J. A. Bayona. Green y su l¨¢nguida y penetrante mirada dan a la perfecci¨®n para el papel de mujer fatal: Artemisia, la reina griega guerrera de 300: El origen de un imperio, la zorra manipuladora Ava Lord de Sin City. La mujer por la que matar¨ªa o Vesper Lynd en Casino Royale, la ¨²nica que le ha roto el coraz¨®n a James Bond. Para ella, el trabajo de actriz es su v¨ªa de escape: ¡°Esos personajes tan extremos me sirven para expulsar mis demonios. En el d¨ªa a d¨ªa, soy una chica muy normal. Soy capaz de hacerme invisible, de coger el metro sin que nadie me reconozca. Mi vida es muy aburrida¡±.

En esa lista de directores fascinados por el azul verdoso ligeramente miope de Eva Green deber¨ªa estar Lars Von Trier, pero ella lo rechaz¨®: ¡°No me arrepiento. Me gustar¨ªa haber tenido la oportunidad de hacer una pel¨ªcula como Melancol¨ªa, pero no algo tan crudo como Anticristo¡±, cuenta. ¡°Adoro lo que hace Lars Von Trier. O lo adoraba¡±, dice y r¨ªe maliciosamente. ¡°Es un genio con todo lo que conlleva, y no es el tipo de directores que est¨¢ dispuesto a colaborar. ?l es el director y t¨² solo eres la actriz. Yo prefiero que la relaci¨®n sea m¨¢s sana.¡±