No m¨¢s cielos, por favor
Desde que a los 15 a?os abandon¨¦ el catolicismo por culpa de Unamuno no he vuelto a a?orar el cielo
El pasado 18 de octubre, ante m¨¢s de 7.000 simpatizantes de Podemos, Pablo Iglesias pronunci¨® la frase siguiente: ¡°El cielo no se toma por consenso; se toma por asalto¡±. Fue inevitable recordar la c¨¦lebre carta en que Marx describ¨ªa con una expresi¨®n parecida la fracasada revoluci¨®n de la Comuna de Par¨ªs, y hasta el poema de H?lderling en el que pensaba Marx hacerlo, un texto que evoca la gesta de Prometeo, el dios que asalt¨® el cielo para arrebatarle a los dioses ¡°la llama de la vida¡± y entreg¨¢rsela a los hombres. No falt¨® quien recordara Asaltar los cielos, el documental en el que Rioyo y L¨®pez Linares contaban la vida de Ram¨®n Mercader, aquel estalinista espa?ol que empez¨® so?ando con el para¨ªso de la Uni¨®n Sovi¨¦tica y que, despu¨¦s de asesinar a Trotski, acab¨® so?ando con el de la playa repleta de turistas de Sant Feliu de Gu¨ªxols, como si el comunismo hubiera sido el camino m¨¢s largo para llegar al capitalismo. Muchos empezaron a temblar, o poco menos.
Es una reacci¨®n comprensible. En un poema o una novela, la frase de Iglesias hubiese sido enf¨¢tica, pero tolerable; en la realidad, la cosa cambia. A estas alturas de la historia (y de la bibliograf¨ªa), cada vez que una persona normal oye que alguien le ofrece el para¨ªso, lo primero que suele hacer es echarse la mano a la cartera; lo segundo, es echarse a temblar. No se trata de cinismo: se trata de que la ¨²ltima vez que en Europa nos propusieron masivamente el cielo, acabamos sumidos en el mayor infierno de la historia. Por lo dem¨¢s, desde que a los 15 a?os abandon¨¦ el catolicismo por culpa de Unamuno no he vuelto a a?orar el cielo, y me resulta incomprensible que alguien quiera visitar semejante lugar: ?acaso es posible comerse all¨ª un buen par de huevos fritos, o ver el ¨²ltimo partido de Rafa Nadal, o leer la pr¨®xima novela de Pola Oloixarac? Pero nada de demagogia: al fin y al cabo, como ha escrito Luisg¨¦ Mart¨ªn, la utop¨ªa que al parecer propone Podemos ¡°consiste s¨®lo en construir un pa¨ªs decente y que funcione¡±. Dios santo, ?y qui¨¦n puede estar en contra de eso? Como dice el propio Mart¨ªn, muchas de las cosas que propone Podemos podr¨ªa suscribirlas cualquier ciudadano de izquierdas. El problema, por tanto, no son las propuestas (o no siempre), sino la forma de llevarlas a cabo.
La ¨²ltima vez que nos propusieron el cielo, acabamos sumidos en el mayor infierno de la historia
Es verdad que los dirigentes de Podemos parecen haber corregido algunas de sus disparatadas ideas del principio; pero no es menos verdad que los ciudadanos todav¨ªa no sabemos muy bien a qu¨¦ atenernos. Porque no basta con decir que hay que echar del poder a los mangantes, meterlos en la c¨¢rcel y sustituirlos por personas decentes; lo que hay que explicar es c¨®mo se hace eso y sobre todo c¨®mo se impide que las personas decentes se vuelvan mangantes y que esto se convierta en un ¡°qu¨ªtate-t¨²-pa-que-me-ponga-yo¡±. Tampoco basta con decir que hay que acabar con la casta y que hay que mejorar la democracia; lo que hay que explicar es c¨®mo se hace eso, es decir, c¨®mo se va a impedir que se cree una nueva casta en sustituci¨®n de la actual y c¨®mo se va a atacar el primer problema pol¨ªtico de este pa¨ªs desde hace a?os, que no es otro que la colonizaci¨®n de la vida p¨²blica por los partidos pol¨ªticos. ?Se va a reformar la Ley de Partidos? ?Se va a atacar el asunto de su financiaci¨®n, que es la madre de toda o casi toda la corrupci¨®n en Espa?a? ?C¨®mo? ?Se va a cambiar la Ley Electoral, de tal manera que el voto de un ciudadano valga lo mismo en todas partes? Y por cierto: ?en qu¨¦ consiste eso del ¡°agotamiento del r¨¦gimen del 78¡±? ?Propone Podemos reformar la Constituci¨®n? ?C¨®mo? ?En qu¨¦ puntos? ?O propone hacer una Constituci¨®n nueva, ignorando la evidencia de que la mayor¨ªa de los muchos desastres de los dos ¨²ltimos siglos de historia de nuestro pa¨ªs proceden del repetido error de preferir rupturas a reformas, al rev¨¦s de lo que han hecho las m¨¢s pr¨®speras y s¨®lidas democracias occidentales?
No lo sabemos; hay muchas cosas de Podemos que todav¨ªa no sabemos y que deber¨ªan aclararnos, si quieren que no tengamos la sospecha de que s¨®lo son el camino m¨¢s largo para llegar adonde ya estamos. Cu¨¦ntennos qu¨¦ quieren hacer y c¨®mo lo van a hacer, pero no intenten vendernos el cielo, porque muchos tendremos la impresi¨®n de que intentan vendernos la moto. Adem¨¢s, con lo bien que se est¨¢ en la tierra.
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