Nueve hitos del primer a?o de icon.elpais.com
Los ¨¦xitos, los dolorosos fracasos, las lecciones aprendidas... Seleccionamos los temas que m¨¢s nos han marcado estos 365 d¨ªas
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En diciembre de 2013 publicamos un texto sobre una pel¨ªcula que iba a estrenarse poco despu¨¦s: Nymphomaniac, la supuestamente rompedora y sexual cinta de Lars von Trier. Nuestro tema era Siete pel¨ªculas porno mejores que la ¨²ltima de Lars von Trier y reivindicaba el cine que, como el de Von Trier, usaba el sexo con fines art¨ªsticos. Se ce?¨ªa adem¨¢s a la m¨¢xima que nos hab¨ªamos impuesto para la edici¨®n digital de ICON: no dar la informaci¨®n que ya dar¨ªa EL PA?S, en cuya web ya est¨¢bamos alojados, sino complementarla. A?adir detalles, ponerla desde otra perspectiva, ampliarla... Todo eso vale. Contarla no. Y as¨ª, publicamos el tema que hab¨ªa de perseguirnos durante meses.
El d¨ªa que se public¨®, Siete pel¨ªculas porno mejores que la ¨²ltima de Lars von Trier subi¨® a lo m¨¢s visto de la web de EL PA?S, como?sospechosamente ocurre con muchas noticias que llevan porno en el titular. Eso no nos sorprendi¨®. Lo que no esper¨¢bamos es que tardara d¨ªas enteros en desaparecer de la lista. Y que, cuando lo hiciera, reapareciera al poco despu¨¦s. Luego volvi¨® a bajar y a subir y as¨ª se qued¨®, sumida en un inexplicable efecto yo-yo que dur¨® meses y que logr¨® que casi toda la redacci¨®n de ICON, y probablemente de EL PA?S, odiara la pieza con ganas. Era ya abril y la cosa segu¨ªa igual (el tema ya no aparec¨ªa en la caja de los diez m¨¢s vistos de la web del diario pero s¨ª se colaba entre los 50 de vez en cuando) cuando un analista de audiencias del peri¨®dico nos alert¨® de que no se trataba del poltergeist editorial que hab¨ªamos aprendido a tolerar: Google hab¨ªa etiquetado la noticia de tal forma que si uno buscaba pel¨ªculas porno, era lo primero que aparec¨ªa. El efecto subida y bajada que ten¨ªa correspond¨ªa con la proximidad de los fines de semana y los h¨¢bitos de quienes buscaban ese material.
Nos entregamos al mundo online como es, con su mezcla de c¨®digos de prensa, radio y televisi¨®n; su informaci¨®n y su emoci¨®n; sus listas, titulares que empiezan con preposiciones ¨Cpor qu¨¦, c¨®mo, as¨ª¨C, preguntas, estad¨ªsticas, gr¨¢ficos y datos despiezados. Todo ha de ser riguroso ¨Cseguimos hablando de periodismo¨C pero tambi¨¦n diferente
El ejemplo no es particularmente edificante pero s¨ª tiene su importancia. Nos ense?¨® el cuidado que hay que tener con los temas de sexo y dem¨¢s imanes de clics. Nos record¨® que, en Internet, las virtudes editoriales no son las ¨²nicas que deciden el ¨¦xito de las cosas. Pero sobre todo en ese momento cal¨® en la redacci¨®n la obviedad m¨¢s dif¨ªcil de entender del periodismo digital: que usa la palabra escrita, como la prensa, pero es un medio completamente distinto. Es un universo que bebe tambi¨¦n de la radio y de la televisi¨®n, que combina informaci¨®n y algo m¨¢s de emoci¨®n, listas, titulares que empiezan con preposiciones ¨Cpor qu¨¦, c¨®mo, as¨ª¨C, preguntas, estad¨ªsticas, gr¨¢ficos y datos despiezados. Es eminentemente pr¨¢ctico, denotativo, afectivo y prefiere la familiaridad y la repetici¨®n a la sorpresa. Todo ha de ser igual de riguroso ¨Cseguimos hablando de periodismo¨C pero sobre todo ha de ser diferente.
Los temas de sexo siempre dan visitas y alegr¨ªas pero esos triunfos son como comer comida basura. La parte agradable dura muy poco y el da?o a la salud, mucho
Decidimos abrazar ese mundo y aceptarlo por c¨®mo es. La gente se queja de que en Internet hay demasiadas listas, y no estamos en desacuerdo, pero las defendemos: el contenido es exactamente el mismo que en un art¨ªculo, lo ¨²nico que var¨ªa es el formato, que agradece m¨¢s la lectura en un m¨®vil, un iPad, un clic furtivo en el trabajo. Nos gusta hacerlas. Nos gusta, a la hora de subir a la web reportajes de la edici¨®n impresa, reimaginar el titular pregunt¨¢ndonos cu¨¢l es el tema central del texto y venderlo as¨ª, sin el apoyo de las fotos ni entradillas. Nos gusta crear temas que exploten estos formatos. Nos gusta, en definitiva, que los lectores de ICON ¨C EL PA?S puedan leer contenidos as¨ª. Puramente digitales. Como los temas que mostramos a continuaci¨®n. Algunos son batacazos, otros nos dieron alegr¨ªas pero en todos sacamos alguna lecci¨®n y nos han llevado, por fortuna o por desgracia, a donde estamos hoy.
Todav¨ªa no hemos conseguido sacar Siete pel¨ªculas porno mejores que la ¨²ltima de Lars von Trier de lo m¨¢s visto en icon.elpais.com. Eso es un proyecto para el segundo a?o.
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Una web period¨ªstica suele nacer con muchas prisas y poca personalidad. Por eso el comienzo es siempre un tr¨¢mite tan inc¨®modo. Hay que publicar temas sin parar, respetando el ritmo y la actualidad, pero sin saber cu¨¢l es su tono, su enfoque y estilo. Se supone que al poco se da con una combinaci¨®n ganadora. Ese hallazgo es el primer hito de toda web, se da cuando a la web le da gana y surge de d¨®nde a la web de la gana. En nuestro caso, fue este texto, que no pod¨ªa ser m¨¢s raro. Una ampliaci¨®n de un contenido de la revista (cosa que apenas hemos vuelto a hacer) hecho por alguien que, normalmente, escribe solo para el papel, sobre un tema, el vino, que no hemos vuelto a tratar jam¨¢s. Pero el tono era el correcto, la estructura tambi¨¦n y el modelo result¨® perfectamente exportable.
Hemos hecho entrevistas (al escritor Edward St. Aubin, por ejemplo, o Aleix Sal¨® en el terreno patrio). Hemos hecho perfiles de millonarios, empresarios, actores y actrices. Hemos dedicado una secci¨®n entera a economistas. Hemos defendido barrigas, hemos hecho reportajes en el extranjero, nos hemos metido en temas de m¨²sica cl¨¢sica, hemos publicado cosas inexplicables y hemos soltado otras injustificables. Y sin embargo, casi todo lo que publicamos acaba remiti¨¦ndose al esp¨ªritu de este texto.
Ocho palabras que no deber¨ªamos dejar morir (mayo)
Los temas de sexo siempre dan visitas pero esos triunfos son como acostarse con un ex. La parte agradable dura muy poco y los problemas que da, mucho. Un estudio del orgasmo femenino reporta un pu?ado de visitas instant¨¢neo que desaparece igual r¨¢pido y el da?o que le hace a la cabecera dura. A nosotros nos gusta a reemplazarlos por los mucho m¨¢s saludables temas de lenguaje: errores que solemos cometer en castellano, patadas que Internet le ha dado a nuestro idioma, qu¨¦ se aprende de comida estudiando su vocabulario¡ Son un fil¨®n con el que no cont¨¢bamos y que refuerza nuestra fe en los lectores de la Red y en el futuro de la prensa escrita.
No tenemos muchos colaboradores pero a los que s¨ª tenemos los usamos con frecuencia y, generalmente, dentro de una especialidad. Del escritor Miqui Otero nos aprovechamos para que nos escriba sobre autores y literatura. No es terreno exclusivo de los hombres, pero s¨ª ha resultado ser un prisma excelente bajo el que abordar algunas facetas de la masculinidad ¨Cel estilo, el debate sobre la importancia de las apariencias, el consumo de alcohol, la sensibilidad...¨C sin caer en lo chusco. De todos los temas que le hemos encargado ¨Cy ha habido algunos que rozaban lo inquietante¨C, este fue uno de los mejor recibidos.
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Reebok es Ribok, Givenchy es Llivanshi, Jane Austen es Yein Ohstin¡ Cuando el consejero delegado de Nike le aclar¨® al mundo que su marca se pronunciaba Naiqui y no Naik como la mayor¨ªa de los espa?oles acostumbran a decirlo, se juntaron varias de las firmas m¨¢s habituales de la web de ICON y sali¨® este tema que gana a los dem¨¢s en simpat¨ªa. Nos gusta porque es todo lo que entendemos que debe de ser un tema online que no pretenda ir de informativo o noticioso: tiene tono, sigue y ampl¨ªa la actualidad, y, sobre todo, es ¨²til.
Dentro de la historia de este primer a?o, inaugur¨® una saludable tradici¨®n de temas hechos a varias manos que de vez en cuando animan las tardes en la redacci¨®n.
No siempre tenemos que estar a los lados de la informaci¨®n. Hay ciertos temas que nos permiten ir a la delantera, a riesgo de morir por sobredosis de modernidad. Esta defensa de la generaci¨®n nacida entre 1982 y 2004, que generalmente solo recibe palos en los medios, fue uno de ellos. Su aceptaci¨®n fue modesta si lo comparamos con otros grandes ¨¦xitos de audiencia, pero fue muy superior a lo que esper¨¢bamos y nos hace pensar que a lo mejor le dijimos a un grupo de gente algo que necesitaba escuchar. Internet es un medio que se nutre de t¨®picos, convenciones y lugares comunes. No siempre se puede ir contra ellos pero cuando s¨ª es el caso, es el doble de agradable.
Si pudi¨¦ramos dar marcha atr¨¢s en el tiempo, eso s¨ª, quitar¨ªamos el t¨¦rmino ingl¨¦s millennial y usar¨ªamos el mil¨¦nico que recomienda la FUNDEU.
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Hay t¨®picos a los que uno va a acabar enfrent¨¢ndose, le guste o no, porque van con el clima. Las listas de fin de a?o. Los temas sobre tomar el sol y el toples. El d¨ªa del padre. De estos los peores quiz¨¢ sean los de San Valent¨ªn: quien lo celebra no suele necesitar ayuda sobre c¨®mo hacerlo y quien no lo celebra prefiere que le dejen en paz. Intentamos resolver este problema haciendo algo tan innovador que acab¨® dando resultando desastroso: en lugar caer en la cursiler¨ªa del lugar com¨²n, se nos ocurri¨® mostrar el amor de la forma m¨¢s descarnada y cruda posible. Recopilamos v¨ªdeos de famosos int¨¦rpretes que hab¨ªan trabajado con sus parejas y subimos v¨ªdeos de ellos haciendo escenas rom¨¢nticas juntos en el escenario. Unos ensayaban La Boh¨¨me en la ¨®pera de Cincinnati. Otros bailaban ballet en el Bolshoi. Otros actuaban juntos en Qui¨¦n teme a Virginia Woolf. Otros le pon¨ªan la voz a Mickey y a Minnie Mouse.
Las intenciones de innovar, lo juramos, fueron buenas. Pero no hab¨ªamos aprendido a¨²n la lecci¨®n que nos ense?¨® esto: que la capacidad de una web diaria de justificar altos conceptos es reducida. Conviene compensarla con utilidad y m¨¢s trabajo que solo una idea. Este fue uno de los temas menos vistos de nuestra historia. Por eso es m¨¢s importante que nuestro mayor ¨¦xito.
Lo que la gente ignora de mi trabajo (mayo)
As¨ª, hemos hecho varios temas de concepto, esos que se alejan del formato habitual de los art¨ªculos period¨ªsticos e, incluso, de la actualidad. Algunos han sido de salud, otros de literatura, otros de pol¨ªtica, otros de ciclismo urbano y otros de deporte. La mayor¨ªa ha funcionado lo suficientemente bien y algunos son incluso conocidos en sus mundillos. Por eso queremos destacar esta modesta adaptaci¨®n de un trabajo de The Atlantic en el que se le daba voz a trabajadores cuya labor pasa desapercibida por la sociedad general. Ir¨®nicamente, lo que pas¨® desapercibido fue el tema. Todav¨ªa no ten¨ªamos la t¨¦cnica demasiado desarrollada. Aprovechamos para darle otra oportunidad.
No es elegante destacar un tema que ha escrito la misma persona que est¨¢ destacando los temas pero el director de ICON, Lucas Arraut, dijo en su d¨ªa que este le hab¨ªa gustado en particular, que estaba bien que la web se permitiera prescribir con moderaci¨®n de vez en cuando, y que le gustar¨ªa que firmara m¨¢s temas como este. En su lugar, hice algo analizado de c¨®mo escribe un agente de la CIA. Por eso vamos a tener en cuenta lo que dice.
D¨®nde est¨¢n hoy los personajes de ¡®Born in the USA¡¯ (junio)
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Porque el mundo no se rige por normas sino por circunstancias, este texto que rompe todas las m¨¢ximas que hemos mencionado fue bastante bien acogido. En teor¨ªa, es una boutade que coge el m¨ªtico disco de Bruce Springsteen y a los c¨¦lebres personajes que pueblan sus letras, y lo adapta a los tiempos modernos. En retrospectiva, es una locura. En realidad, lo que es, es un recordatorio de que en Internet cada vez que se cree saber c¨®mo funciona algo, es hora de probar lo contrario.
-El autor es jefe de secci¨®n web de ICON
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