El caso Lily, Amy, Florence y Duffy: qu¨¦ pas¨® con una generaci¨®n de cantantes que parece maldita
Todas surgieron en los primeros a?os del siglo XXI en Inglaterra y gozaron de ventas y premios, pero sus destinos han demostrado que tras su talento y ¨¦xito tambi¨¦n subyac¨ªan los demonios que la industria musical hab¨ªa ignorado durante demasiado tiempo
![Lily Allen, Duffy, Amy Winehouse and Florence Welsh](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/LBRFAG2FMJCT7EG7M6AEDC5WYQ.jpg?auth=140aa6a506a4e1039977425c227eea68ca256e6d3ada549082020382a1426629&width=414)
A comienzos de a?o, la cantante y actriz Lily Allen (Londres, 39 a?os) anunciaba que se iba a retirar de la vida p¨²blica -en este caso, del exitoso podcast Miss Me?, que presentaba en la BBC junto a su amiga Miquita Oliver¨C por problemas de depresi¨®n. ¡°Me resulta dif¨ªcil interesarme por algo. Realmente no estoy en un buen momento. S¨¦ que he estado hablando de esto durante meses, pero me encuentro en una espiral, y siento que todo se me ha ido de las manos¡±, declaraba la artista en su ¨²ltima intervenci¨®n en el programa. A?ad¨ªa que hab¨ªa sufrido ataques de p¨¢nico que le hab¨ªan llevado a cancelar sus compromisos sociales y tambi¨¦n hac¨ªa especial hincapi¨¦ en el escrutinio a la que se la hab¨ªa sometido a nivel medi¨¢tico y de redes sociales, tanto por los comentarios sobre su presunta crisis matrimonial como relativos a su consumo de alcohol y drogas.
No es la primera vez que Lily Rose Beatrice Allen anuncia una retirada temporal. La artista tiene un largo historial previo de adicciones y diagn¨®sticos de problemas relativos a salud mental. Hablamos de una de las artistas de mayor ¨¦xito en el pop brit¨¢nico de este siglo. En 2005 colg¨® sus primeras maquetas en Myspace y un a?o despu¨¦s lleg¨® al n¨²mero 1 en su pa¨ªs con la canci¨®n Smile, convirti¨¦ndose autom¨¢ticamente en una artista s¨²perventas, premiada, respetada por la cr¨ªtica y reconocida celebridad. Allen public¨® cuatro ¨¢lbumes entre 2006 y 2018 pero, desde entonces, se ha visto incapaz de volver a hacer m¨²sica pese a anunciar en varias ocasiones que estaba a punto de grabar un nuevo disco. La ¨²ltima fue hace un a?o, cuando, en respuesta a comentarios de fans en la red social X, anunci¨® que ten¨ªa unas 50 canciones compuestas y que pronto podr¨ªan escuchar algo nuevo.
Una generaci¨®n bisagra en el pop brit¨¢nico
El de Lily Allen se ha interpretado generalmente como un caso individual y muy concreto pero, en realidad, no lo es. Cuando public¨® su segundo ¨¢lbum, It¡¯s Not Me, It¡¯s You, en 2009, con a¨²n mayor ¨¦xito que su disco de debut, se habl¨® de ella como punta de lanza de una nueva generaci¨®n de solistas femeninas que iba a hacer historia en el pop brit¨¢nico. Lily era la continuadora de la senda abierta por Amy Winehouse (dos a?os mayor, y cuyos dos ¨²nicos ¨¢lbumes se hab¨ªan publicado en 2003 y 2006) y, aquel 2009, fue jaleado por los medios brit¨¢nicos como ¡°el a?o de las mujeres¡±, especialmente despu¨¦s de que cinco de ellas apareciesen entre los doce finalistas al Premio Mercury. Lo gan¨® una chica que no lleg¨® a despuntar, Speech Debelle, quien se impuso a Florence & The Machine, Bat For Lashes, La Roux y Lisa Hannigan. Un a?o antes, hab¨ªan sido Adele y Laura Marling quienes hab¨ªan optado al galard¨®n.
![Amy Winehouse](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/5AESS3LM6NG7BP35IPL76QVJA4.jpg?auth=6f7fcf70e806fa3c5d1a2f9cee77fb9d8535481a2158b22f9b593ad08379ad11&width=414)
Hay un factor com¨²n entre pr¨¢cticamente todas las cantantes brit¨¢nicas de ¨¦xito de esa generaci¨®n. Tanto Amy Winehouse y Lilly Allen como Duffy (nacida en 1984), Florence Welch (86), Adele y Jessie J (88) y Laura Marling (90) no han podido disfrutar plenamente de sus triunfos art¨ªsticos y, en alg¨²n momento de su carrera, han sufrido problemas m¨¢s o menos serios de salud mental. El caso m¨¢s tr¨¢gico es el de Amy Winehouse, quien falleci¨® en 2011 y, en cierto modo, pudo ser lo que puso en alerta a sus compa?eras de profesi¨®n y hacerlas reflexionar sobre la necesidad de parar en alg¨²n momento y hacer que la salud mental formase parte de la conversaci¨®n p¨²blica en un tiempo en que aquello no estaba tan extendido como en la actualidad.
¡°Las artistas j¨®venes tienen ya mucha m¨¢s conciencia de eso, ahora hay un movimiento donde el autocuidado, el ir a terapia y el tener vidas sanas s¨ª que se est¨¢ fomentando y est¨¢ bien visto¡±, apunta Rosana Corbacho, psic¨®loga especializada en la industria musical. ¡°Las cantantes de esa generaci¨®n no ten¨ªan eso y siento que s¨ª fueron las pioneras, pero tambi¨¦n a ra¨ªz de ver c¨®mo ca¨ªan las que estaban a su alrededor. Entonces no se sol¨ªa hablar tanto de la salud mental de un artista que tiene una depresi¨®n, solo se hac¨ªa en el caso de suicidios, adicciones y cosas ya muy llamativas¡±.
![Lilly Allen](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/URZI6KNCA5BXVMT5GLFFBVOKXI.jpg?auth=ffa3da63eddc755b9bfffa4881a49a23edd34c7b73ba9cc04ba18482474b1f4a&width=414)
Adele fue una de las primeras estrellas que se abri¨® a hablar en p¨²blico de ello y muchos de sus seguidores interpretan que su ¨¦xito Rolling In The Deep est¨¢ inspirado en las depresiones por las que ella ha pasado. Tambi¨¦n Laura Marling lleg¨® a confesar que dej¨® temporalmente la m¨²sica y se hizo monitora de yoga cuando estaba en la cima del ¨¦xito por sufrir de depresi¨®n.
Contra el mito pernicioso del artista torturado
?Qu¨¦ parte de la mitificaci¨®n y canonizaci¨®n de Amy Winehouse se debe a las tr¨¢gicas circunstancias de su muerte, a los 27 a?os? Y, teniendo en cuenta que ella no lo pudo disfrutar, ?qui¨¦n se benefici¨® m¨¢s de esa adoraci¨®n? En su libro Giras y salud mental. Manual de la industria musical (Liburuak, 2024), la psicoterapeuta brit¨¢nica Tamsin Embleton escrib¨ªa: ¡°Nuestra comprensi¨®n y respuesta a la depresi¨®n est¨¢ determinada, en parte, por el discurso cultural. La vemos simbolizada en el arte o en las tr¨¢gicas historias de quienes han perecido en las garras de esta aflicci¨®n potencialmente fatal. Tambi¨¦n se encuentra en el mito del artista torturado o el ficticio club de los 27 que romantiza el sufrimiento y promueve la falacia de que ese es un requisito previo para hacer arte. Estos conceptos err¨®neos distraen de la cruda realidad de que muchas de esas personas murieron como resultado de problemas de salud mental a los que habr¨ªan podido responder bien si fueran tratados¡±.
A la segunda pregunta responde Pablo Garnelo, psic¨®logo y m¨²sico (fue bajista del grupo Biznaga) que tambi¨¦n escribe en publicaciones musicales como Ruta 66. ¡°La industria del espect¨¢culo, donde el reconocimiento y la validaci¨®n son se?ales de ¨¦xito, se convierte en un calmante temporal, una experiencia que tiende a ocultar a la persona que hay tras el personaje que el p¨²blico ve en un concierto. Esta constante b¨²squeda de aprobaci¨®n externa convierte al artista en v¨ªctima y esclavo de un perverso sistema que mercantiliza el sufrimiento psicol¨®gico y lo vende como algo innovador y vanguardista, beneficiando al empresario y no al artista¡±.
![Florence Welch](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/OEFWFT5D25AEDHFUVYYMP47WKY.jpg?auth=458506c299d07cb0b46fe7aed3a9b9f3753e4b4111da759db8f86ad6f37f9206&width=414)
Seg¨²n Garnelo, ¡°somos testigos de c¨®mo la industria especula con los malestares y la frustraci¨®n de la poblaci¨®n, donde lo que no es rentable se penaliza y la romantizaci¨®n del artista maldito ha pasado a ser un elemento m¨¢s de una rueda que no cesa de girar buscando optimizar el beneficio neto del espect¨¢culo, cada vez en manos de menos personas. En la industria del ocio, que hoy en d¨ªa fagocita hasta los discursos pol¨ªticos, todo vale mientras se vendan entradas¡±.
Florence Welch ¨Cquien, en 2009, vio como su primer ¨¢lbum como Florence & The Machine, Lungs, se alzaba con el n¨²mero 1 en ventas en su pa¨ªs y obten¨ªa un Premio Brit, y cuyo ¨¦xito no ha deca¨ªdo desde entonces¨C ha declarado en varias entrevistas c¨®mo ha sufrido de ansiedad, alcoholismo, des¨®rdenes alimenticios y estr¨¦s postraum¨¢tico, y es una artista manifiestamente cr¨ªtica contra esa glamurizaci¨®n del sufrimiento. ¡°Consegu¨ª tener ¨¦xito a pesar de mis demonios, no gracias a ellos¡±, declar¨® en 2019 a la revista Vogue.
?Es diferente para las chicas?
¡°Los estudios indican que la incidencia de salud mental inestable es notablemente m¨¢s alta entre los m¨²sicos que en la poblaci¨®n general. Un popular estudio de 2017 de Help Musicians UK realizado por Gross y Musgrave revel¨® que el 71,1% de los int¨¦rpretes informaron de casos de ansiedad y/o ataques de p¨¢nico, y el 68,5% experiment¨® incidencias de depresi¨®n. Gross y Musgrave escribieron que hacer m¨²sica es terap¨¦utico, pero hacer carrera en la m¨²sica es destructivo¡±, escribe Tamsin Embleton en su libro.
¡°Las adicciones y trastornos de comportamiento, muy comunes en estos casos, suelen ser la punta del iceberg de otras situaciones m¨¢s complejas, que abarcan situaciones de acoso y rechazo, de ausencias y desatenciones en la primera infancia y en la edad adulta. La industria expone y agrava ciertas fragilidades y vulnerabilidades individuales¡±, explica Pablo Garnelo. Lily Allen y Florence Welch se iniciaron en la m¨²sica llevando cargas de ese tipo en sus mochilas personales, pero hay otros muchos factores que se dan con m¨¢s frecuencia en las mujeres que en los varones, como los asociados al f¨ªsico y al escrutinio externo o la depresi¨®n postparto, por la que pasaron tanto Lily Allen como Adele. En cuanto a Jessie J, la cantante afirmaba el pasado verano que el tener a su primer hijo hab¨ªa expuesto sus trastornos obsesivo-compulsivo y de d¨¦ficit de atenci¨®n por hiperactividad de un modo mucho m¨¢s notorio. Allen, adem¨¢s, se enganch¨® a un medicamento, el Adderall, que se receta a los pacientes con TDAH, durante una gira como telonera de Miley Cyrus porque le permit¨ªa estar delgada. En aquel momento notaba que se juzgaba su imagen en comparaci¨®n a la hipersexualizada int¨¦rprete de Wrecking Ball.
Tamsin Embleton explica a ICON, v¨ªa email, que ¡°existe un ¨¦nfasis permanente en que las mujeres que trabajan en el mundo del espect¨¢culo deben permanecer j¨®venes, delgadas, sexualmente atractivas y disponibles. La belleza se mercantiliza y, a veces, se equipara con la virtud moral. Esto aumenta la presi¨®n para ajustarse a los ideales de belleza y promueve la autoconciencia¡±. Para la psic¨®loga, fundadora de la asociaci¨®n Music Industry Therapists Collective, ¡°las im¨¢genes de las mujeres se examinan en busca de defectos en un grado que los hombres no experimentan. Cuando una se enfrenta constantemente a las opiniones de otras personas, puede distorsionar su sentido de s¨ª misma y conducir a una crisis de identidad, y los trastornos alimentarios pueden darle un medio para controlar un aspecto de su vida cuando el resto puede sentirlo fuera de control¡±.
Rosana Carbacho, quien ha trabajado en Inglaterra muchos a?os, remarca la peculiaridad de ese pa¨ªs y su ecosistema medi¨¢tico, en el que las estrellas del pop est¨¢n muy presentes. ¡°Ah¨ª hay mucha exigencia y exposici¨®n como figuras p¨²blicas¡±, y recuerda la moda del heroin chic, ¡°que valoraba el estar muy delgada, y ten¨ªa mucha difusi¨®n a nivel de prensa. Era algo muy negativo para la salud, pero no para la publicidad y los sellos discogr¨¢ficos¡±.
El terrible caso de Duffy
Aim¨¦e Ann Duffy, art¨ªsticamente conocida como Duffy, fue otra de las m¨¢s exitosas cantantes de esa era. Su debut, Rockferry, fue el ¨¢lbum m¨¢s vendido del a?o 2008 en Reino Unido, Suecia y Dinamarca, n¨²mero uno en seis pa¨ªses y merecedor de tres premios Brit y un Grammy. No revalid¨® aquel ¨¦xito con su sucesor, Endlessly, en 2010, del que solo extrajo un single para despu¨¦s desaparecer misteriosamente de la vida p¨²blica. En 2020, revel¨® en su cuenta de Instagram y, posteriormente, en una larga carta abierta en su p¨¢gina web, que el motivo de su prolongada ausencia hab¨ªa sido realmente terrible: mientras celebraba su cumplea?os, hab¨ªa sido drogada y secuestrada, drogada de nuevo en su casa durante cuatro semanas, recluida en un hotel en un pa¨ªs extranjero y violada repetidamente por una misma persona durante un largo per¨ªodo de tiempo. Nunca revel¨® la identidad del agresor ni acudi¨® a la polic¨ªa, aduciendo que hab¨ªa sido amenazada de muerte en caso de que lo hiciera. Tras el suceso, la cantante dice que estuvo diez a?os completamente sola, lleg¨® a especular con el suicidio, pero, afortunadamente, opt¨® por el tratamiento psicol¨®gico.
![Duffy](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/5NQL25L3VJDQPH3DKTV6W7S63Y.jpg?auth=c23039818b581da397e0e4199afc68c21c5f5cf6fe54c24df431a7f8006a8fc0&width=414)
Puede ser un suceso aislado (y francamente inquietante por el misterio que lo rodea), pero tambi¨¦n de ah¨ª se podr¨ªa extraer un relato social. Lily Allen, por ejemplo, sufri¨® problemas con un acosador, que comenz¨® abord¨¢ndola por Twitter y termin¨® intentando entrar en su casa y amenaz¨¢ndola de muerte. Pablo Garnelo cita estos datos del estudio 2024 Be The Change por la equidad de g¨¦nero: tres de cada cinco mujeres en la industria musical han sufrido acoso sexual y una de cada cinco, agresi¨®n sexual. La cultura del silencio reina en la industria, donde el 70% de las mujeres que sufren estas situaciones no las denuncian por miedo a represalias o por no ser tenidas en cuenta. El 56% de ellas dicen que sus denuncias fueron ignoradas o ninguneadas y el 38% que las pusieron en una lista negra.
Tamsin Embleton afirma que, en el Reino Unido, entre la poblaci¨®n general, el 78% de v¨ªctimas de acoso son mujeres y el 87% de agresores son varones. Y ofrece las siguientes explicaciones: ¡°La fama y la riqueza pondr¨ªan a alguien en mayor riesgo de ser acosada o secuestrada, ya sea porque se vuelva m¨¢s atractiva debido a su estatus o m¨¢s valiosa para el rescate debido a su fama y riqueza. Las mujeres en la industria tambi¨¦n pueden sufrir otros factores estresantes que sus hom¨®logos masculinos tienen menos probabilidades de vivir, como grooming, acoso sexual o relaciones que incluyen caracter¨ªsticas de control coercitivo o explotaci¨®n. La fama aumenta el riesgo de atenci¨®n no deseada e intrusiva, como interacciones intensas y no solicitadas con los fans A trav¨¦s de las redes sociales, hemos hecho que los artistas sean mucho m¨¢s accesibles para los fan¨¢ticos, brind¨¢ndoles informaci¨®n nunca antes vista sobre la vida personal del artista. Los equipos a menudo alientan a los artistas a publicar regularmente y compartir aspectos de su vida privada. Esto puede intensificar las relaciones parasociales, que son intensas y unilaterales, impulsadas por la fantas¨ªa de una persona sobre qui¨¦n es o podr¨ªa ser el artista para ella. Los fans pueden sentirse muy involucrados en la vida de los artistas, e incluso pueden sentirse con derecho a comentar sobre las elecciones que hace el famoso¡±.
Rosana Corbacho ahonda en otro tema, el de la toxicidad y las relaciones de poder sexual dentro de la industria: ¡°A veces traemos ya un trauma de casa y vamos buscando protecci¨®n pero, en los equipos con los que trabajamos, nos encontramos con m¨¢s violencia. El problema a?adido con el pop y con las giras gigantes es que no te queda mucho espacio para la vida normal o para tener relaciones con tus amigas del colegio, la familia o tu pareja de toda la vida. Eso te proteger¨ªa de la locura de ser un producto, y yo creo que algo que tienen en com¨²n todas las mujeres que hemos mencionado es que han sido muy productos¡±, concluye. Y deja espacio para que los dem¨¢s extraigamos nuestras propias conclusiones.
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