Limpiar el cielo

La ¨²nica obsesi¨®n, en el mundo de la pol¨ªtica, parece ser ya la de conseguir una buena fotograf¨ªa. No importa nada c¨®mo est¨¦n las cosas realmente; lo que comunica son las im¨¢genes, y por dar un mensaje se mueven muchedumbres o se paralizan metr¨®polis o, incluso, se hace el rid¨ªculo. Lo saben bien los chinos y por eso llevan unas cuantas semanas afanados en descontaminar la atm¨®sfera de Pek¨ªn. El mundo va a estar pendiente de lo que suceda en el Foro de Cooperaci¨®n Econ¨®mica Asia Pac¨ªfico (APEC), que se celebra estos d¨ªas all¨ª y cuyas sesiones se clausuran los pr¨®ximos lunes y martes con la presencia de l¨ªderes mundiales de la envergadura de Barack Obama y Vlad¨ªmir Putin, as¨ª que conviene que todo luzca celestial. Y para empezar a conseguirlo urge un cielo azul.

Los l¨ªderes de China no tienen ya la fantasiosa ambici¨®n de Karl Marx ¡ªtan popular ¨²ltimamente¡ª cuando llamaba en 1871 a la Comuna de Par¨ªs a asaltar el cielo. Ya no est¨¢n los tiempos para la l¨ªrica, se habr¨¢n dicho con toda l¨®gica; y su ¨²nica vocaci¨®n ha sido la de quitar toda la mugre que impide encontrar en las alturas una pantalla di¨¢fana que permita irradiar el poder¨ªo de una de las econom¨ªas m¨¢s potentes del mundo.

Habr¨¢ c¨¢maras, acudir¨¢n periodistas de todo el mundo, la ciudad se exhibir¨¢ por doquier; hace falta limpiarla, pulirla y devolverle todo su esplendor. As¨ª que se impuso un sistema de circulaci¨®n de veh¨ªculos en d¨ªas alternativos seg¨²n las matr¨ªculas, se oblig¨® a las f¨¢bricas de Pek¨ªn y a las instaladas en 200 kil¨®metros a la redonda a que detuvieran su actividad, se paralizaron las obras. Y se lanz¨® un comunicado pidiendo ¡°comprensi¨®n¡± e invitando a los habitantes de Pek¨ªn a ¡°ser buenos anfitriones¡±.

China es el mayor emisor del mundo de gases de efecto invernadero, pero sigue neg¨¢ndose a compromiso alguno con cualquier iniciativa internacional contra el cambio clim¨¢tico. Eso s¨ª, la foto es la foto: durante unos d¨ªas Pek¨ªn tendr¨¢ el cielo pintado de azul. A largo plazo no habr¨¢ grandes beneficios; a corto, para evitar aglomeraciones, se dieron seis d¨ªas de vacaciones a los trabajadores del inmenso sector p¨²blico y se cerraron las escuelas estatales. Algo es algo.