La sonda ¡®Philae¡¯, casi sin bater¨ªa, perfora en el suelo del cometa
Los expertos siguen sin localizar con exactitud el lugar de aterrizaje del robot
Los cient¨ªficos y los ingenieros de la sonda Philae estaban trabajando contra reloj para obtener todos los datos cient¨ªficos tomados por el robot en el suelo del cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko y, al mismo tiempo, buscar estrategias a la desesperada que puedan alargar un poco su vida en el lugar donde fue a parar tras el descenso del pasado mi¨¦rcoles. El principal problema, explicaron los responsables de la misi¨®n en la Agencia Europea del Espacio (ESA), segu¨ªa siendo que, al estar en sombra, los paneles solares de la Philae apenas cargan sus bater¨ªas. Pero los 10 instrumentos cient¨ªficos de la Philae estan en funcionamiento.
La sonda lleg¨® con energ¨ªa suficiente para funcionar dos d¨ªas y medio. El l¨ªmite se debe haber cumplido en alg¨²n momento esta noche o la pr¨®xima madrugada. Para aprovechar al m¨¢ximo el escaso tiempo disponible, los expertos decidieron activar el perforador de la Philae, un dispositivo para hacer un agujero en el suelo (de hasta 25 cent¨ªmetros) y tomar muestras que han de analizarse a bordo, lo que proporcionar¨ªa informaci¨®n crucial sobre la composici¨®n del cometa. Antes de finalizar la ventana de comunicaci¨®n, esta ma?ana, se recibieron datos de que el taladro hab¨ªa llegado a 22 cent¨ªmetros. A primera hora de la tarde, Stefan Ulamec, jefe del equipo de la sonda, explic¨® que hasta la siguiente comunicaci¨®n con el robot, prevista para ¨²ltima hora de la noche y siempre a trav¨¦s de la nave Rosetta, en ¨®rbita del cometa, no se podr¨ªan conocer los resultados de la perforaci¨®n. ¡°Y no estamos seguros de que las bater¨ªas de a bordo tengan suficiente energ¨ªa para transmitir los datos que pueda obtener¡±, advirti¨®.
¡°Todav¨ªa no sabemos exactamente d¨®nde est¨¢ la Philae¡±, dijo Ulamec. El m¨®dulo de descenso tuvo una accidentada llegada a la superficie del cometa 67P/Churyamov-Gerasimenko, a 510 millones de kil¨®metros de la Tierra. Aterriz¨® en el punto previsto, en una maniobra espacial de gran precisi¨®n, tras desprenderse de la nave Rosetta. Pero, al llegar al suelo, no se dispararon los arpones de la Philae que deb¨ªan fijarla all¨ª y rebot¨® dos veces (en el primer salto se elev¨® hasta un kil¨®metro y se desplaz¨® otro tanto). Al tercer aterrizaje se qued¨® en el suelo, con solo dos de sus tres patas en contacto con la superficie y junto a paredes rocosas que le dan sombra. Por eso, los paneles de la sonda no est¨¢n recibiendo suficiente luz solar para cargar las bater¨ªas. En esta situaci¨®n, explic¨® Ulamec, se decidi¨® activar el perforador, a¨²n con al riesgo impl¨ªcito de desestabilizar la sonda.
Los expertos contemplan la posibilidad de rotar un poco la sonda para que reciba algo m¨¢s de luz solar
Pese a los acontecimientos imprevistos y la fren¨¦tica operaci¨®n de la sonda, la enorme satisfacci¨®n no decae ni en la ESA ni entre los centros cient¨ªficos participantes en la misi¨®n. ¡°Tenemos la Philae en el cometa y funcionando¡±, recalc¨® Andrea Accomazzo, director de vuelo en el centro de control ESOC, en Alemania. Tambi¨¦n los especialistas de la NASA, que han aportado tres instrumentos cient¨ªficos, se mostraron muy satisfechos. ¡°Todos aqu¨ª estamos encantados. ?Felicidades!¡±, dijeron, desde EE UU, Gordon Johnston y Jeff Grossman, especialistas de la misi¨®n OSIRIS-REx que prepara la NASA para tomar muestras en un asteroide.
Con la informaci¨®n que ha enviado la Philae y la de la Rosetta, los expertos intentan precisar el lugar donde fue a parar la primera. Lo que est¨¢ claro es que el lugar es desfavorable por el problema de la sombra. ¡°Tenemos muy poca iluminaci¨®n¡±, declar¨® Valentina Lommats, de la agencia espacial alemana DLR. ¡°Si tenemos comunicaci¨®n con la Philae, vamos a enviar los comandos para que se eleve y reoriente hacia el Sol (puede rotar 360 grados y elevarse sin mover las patas); si esto funciona, tendr¨ªamos alguna probabilidad de usar la sonda dentro de unas semanas, cuando el cometa est¨¦ un poco m¨¢s cerca de la estrella¡±, explic¨® a EL PA?S Lawrence O¡¯Rourke, ingeniero de sistemas de la ESA en el equipo de Philae, desde el centro de control. Se hab¨ªa contado con seis o siete horas de iluminaci¨®n diaria, pero ahora uno de los paneles de la sonda recibe luz una hora y 20 minutos al d¨ªa (el d¨ªa cometario dura 12,4 horas), y otro, 20 minutos, apunt¨® Lommats.
?C¨®mo se sabr¨¢ que ya no hay energ¨ªa a bordo? Sencillamente cuando la Philae se quede muda, cuando no se reciban m¨¢s datos.
En cuanto a la Rosetta, ¡°est¨¢ funcionando muy bien, es s¨®lida como una roca y mantiene perfectamente las comunicaciones con la Philae, con un contacto muy estable¡±, apunt¨® Accomazzo.
La buena mala suerte
Los dos saltos que la sonda Philae dio en la superficie del cometa hasta quedarse en el suelo en el tercer aterrizaje han brindado a los cient¨ªficos m¨¢s datos de los que esperaban en la toma de contacto durante el aterrizaje. Lawrence O'Rourke, ingeniero de sistemas de la misi¨®n, lo explica: "Hemos obtenido datos cient¨ªficos de m¨²ltiples sitios del cometa, en lugar de uno solo". Hay que tener en cuenta que, en el primer aterrizaje, la sonda interpret¨® que estaba ya definitivamente en el suelo y activ¨® sus sistemas, aunque reemprendi¨® el vuelo de nuevo, y sigui¨® haciendo mediciones.
Otro factor imprevisto acab¨® convertido en ventaja: no se encendi¨® el peque?o cohete que ten¨ªa que presionar la Philae contra el suelo al aterrizar y ayudar a fijarla para evitar el rebote. Pero, cuando se complic¨® la situaci¨®n al no dispararse otro elemento de sujeci¨®n a la superficie, los arpones, ese primer fallo jug¨® a favor. "Al no fijarse la sonda al suelo, si hubiera funcionado ese peque?o cohete la Philae se habr¨ªa puesto a girar, en lugar de caer m¨¢s o menos con sus patas hacia el suelo, como hizo", comenta O'Rourke. "As¨ª que hemos tenido suerte con la mala suerte".
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