Por Cuba
El r¨¦gimen es un cacharro, cierto, pero el bloqueo es una enfermedad obsesiva
Despu¨¦s del terremoto de 2010, en Hait¨ª, pude escuchar una frase que se murmuraba por los campamentos de la desolaci¨®n como una ir¨®nica letan¨ªa consoladora: ¡°Si no viene Dios, ?qu¨¦ venga un m¨¦dico cubano!¡±. Cuando Flaubert y George Sand debat¨ªan sobre el bien y el mal en la literatura y en la vida, llegaron a una conclusi¨®n: ¡°Lo importante es el matiz¡±. Cuba, en aquellos d¨ªas de abandono inhumanitario, era el matiz. Los m¨¦dicos cubanos hab¨ªan sido los primeros en llegar como una providencia divina con su carga ortop¨¦dica: piernas y brazos para gente desmembrada. No fue una operaci¨®n oportunista. Levantaron centros de atenci¨®n m¨¦dica estables en la psicogeograf¨ªa remota de la tragedia. Pero era casi un tab¨² period¨ªstico el elogiar esta presencia. Entrevist¨¦ a uno de aquellos m¨¦dicos, y me respondi¨® con un sarcasmo: ¡°?Operaci¨®n de propaganda? ?Somos invisibles! Solo nos ven los pacientes¡±. Con la epidemia del ¨¦bola, ha habido mucho ruido compasivo con ?frica, pero muy pocas nueces. M¨¦dicos sin Fronteras y la misi¨®n cubana vuelven a ser el matiz. D¨ªas atr¨¢s, el medio m¨¢s influyente de Estados Unidos, The New York Times, publicaba un editorial en el que ped¨ªa poner fin a ¡°un bloqueo insensato¡±, el que sufre el pueblo cubano desde 1961. En aquel tiempo, en escandalosa asimetr¨ªa, USA apoyaba y blindaba el r¨¦gimen totalitario en Espa?a. Cinco d¨¦cadas despu¨¦s, se mantiene contra la isla m¨¢s poblada del Caribe ese cerco insensato, que perjudica sobre todo a los m¨¢s pobres. No es un ¡°pa¨ªs terrorista¡±. Es un pa¨ªs anfibio, tan generoso como necesitado. Para quien ame la libertad, el ¨²nico para¨ªso es el Paradiso que escribi¨® Lezama Lima. El r¨¦gimen es un cacharro, cierto, pero el bloqueo es una enfermedad obsesiva. Adi¨®s a los guerreros. Es la hora del matiz. De los m¨¦dicos.
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