?Por qu¨¦ siempre tenemos que volver a hablar del agua?

Este art¨ªculo ha sido escrito pro Bel¨¦n de la Banda (@bdelabanda).

Foto: Pablo Tosco (@PavlobskiRoisen)

Hace unas semanas regres¨¦ de Chad. Para m¨ª, ahora, no significa lo mismo abrir el grifo. Tener al instante, en varios lugares de la casa, agua limpia, potable, ?fr¨ªa o caliente! Ya, ya s¨¦ que es un cl¨¢sico. Los proyectos de agua son un cl¨¢sico de la cooperaci¨®n, -todo el mundo tiene claro que el agua es una necesidad b¨¢sica del ser humano-, pero habr¨¢ que reconocer que no son los que levantan pasiones. Es verdad que tenemos otros problemas y otras causas. Si no tuvi¨¦ramos agua en casa, estoy segura de que nos costar¨ªa mucho pensar en otra cosa.

Con los recuerdos de Chad muy recientes en mi cabeza, siento que deber¨ªamos rebelarnos y hablar mucho m¨¢s del agua. Explicar mucho mejor lo que significa. Y pedir apoyo y compromisos urgentes para cambiar esa realidad mundial dolorosa. Unas cuantas razones de mucho peso:

Porque es un esc¨¢ndalo: cada veinte segundos muere un ni?o o una ni?a por enfermedades relacionadas con el agua. Un mill¨®n y medio de ni?os al a?o que se pierden por enfermedades que tienen f¨¢cil tratamiento y curaci¨®n. Un terrible esc¨¢ndalo.

Porque las consecuencias son caras. No s¨®lo en vidas, sino en coste sanitario (para las familias que tienen que endeudarse sin remedio para pagar el transporte, la consulta y los medicamentos; y para el sistema de salud del pa¨ªs, que es muy d¨¦bil).

Porque donde no hay agua potable, nada puede funcionar. En Chad, las mujeres y las ni?as dedican seis, ocho, diez horas diarias a ir a buscar agua. No tienen pr¨¢cticamente tiempo para nada m¨¢s. Viven permanentemente cansadas. Se bloquean sus posibilidades de estudiar, conseguir trabajo o mejorar su alimentaci¨®n cultivando un huerto. Agua o nada.

Porque el problema tiene soluci¨®n. No hacen falta grandes inversiones ni obras fara¨®nicas. He visto c¨®mo perforar un pozo y ponerle una buena bomba puede costar menos de mil euros, y cambiar la vida de cientos de familias.

Porque el pozo es una de las pocas iniciativas en las que todo el pueblo se pone de acuerdo. Por eso, est¨¢n dispuestos a dedicarle horas de trabajo a construirlo, a mantenerlo, a repararlo si se aver¨ªa, a colaborar con peque?as cantidades para comprar piezas, a formarse para adoptar medidas de higiene que acaben con las enfermedades.

Porque el agua forma parte de un nudo y es el cabo del que podemos tirar para deshacerlo: el c¨ªrculo vicioso de la enfermedad, la malnutrici¨®n, la improductividad, empieza a deshacerse cuando las personas tienen agua limpia cerca de su casa.

Porque los resultados no tienen color, como el agua limpia. Los cambios son radicales, eficaces, sostenibles. Los veo en la vida de Ma?mouna, que ha podido trabajar como profesora en su pueblo. En la de Moussa, a la que por primera vez han tenido en cuenta para un proyecto importante en su pueblo. En la de Idriss, que recuenta las enfermedades que ya no tienen sus diez hijos. En la de Djidd¨¦, que ahora puede vender agua potable en el mercado semanal.

As¨ª que tiene todo el sentido, y es importante, hablar del agua, y ofrecer una oportunidad, eficaz y sencilla, de empezar a cambiar vidas con nuestras acciones concretas.Porque el agua limpia tiene una fuerza capaz de impulsar la esperanza, y el futuro. Y todos deber¨ªamos colaborar en eso.

M¨¢s informaci¨®na trav¨¦s de la web de la campa?a de #cambiasuagua de @oxfamintermondonde puedes colaborar si lo deseas.