?Qu¨¦ hace falta para que vuelva el Bar?a de Guardiola?
Despu¨¦s de un 'annus horribilis' el equipo busca volver a ser aquel que era mucho m¨¢s que la suma de sus resultados
El c¨ªrculo virtuoso alcanz¨® su apogeo entre mayo y diciembre de 2011. Entre el d¨ªa en que Wembley se enamor¨® de la versi¨®n sublime del F¨²tbol Club Barcelona y la noche de magia transcontinental en que Xavi y Messi iluminaron Jap¨®n. El 3 a 1 al Manchester United del eterno Alex Ferguson y el 4 a 0 al Santos de un jovenc¨ªsimo Neymar fueron el ¨²ltimo par de c¨²spides del m¨¦todo Guardiola, de la suprema exuberancia t¨¦cnica al servicio del f¨²tbol coral del siglo XXI, del virtuoso fundamentalismo del toque en corto y al pie, del rondo eterno coronado con un pase a la red. En el segundo de esos partidos, el de Yokohama, los azulgrana hab¨ªan ya enrolado en la banda a Thiago y Cesc, otro par de violinistas con los que enriquecer una partitura musical que por entonces se antojaba infinita.
Guardiola, m¨¢s que un entrenador, fue una especie de director deportivo a la inglesa, con mando en plaza. Antes y despu¨¦s de ¨¦l, el Barcelona ha cambiado de modelo y ha dado m¨²ltiples bandazos Alejandro Elortegui, director adjunto del diario As
Lo que ocurri¨® pocos meses despu¨¦s, en opini¨®n de Alejandro Elortegui, director adjunto del diario As, es que el propio Josep Guardiola precipit¨®, con su renuncia a final de temporada, el cierre del ciclo m¨¢gico ¡°porque fue el primero en darse cuenta de que el equipo se hab¨ªa cansado de ganar¡±. Elortegui considera que la narrativa en torno al Bar?a y su apuesta continuada por un f¨²tbol de toque, primoroso y l¨ªrico, es en gran medida falsa: ¡°S¨ª veo una clara coherencia en el estilo y la pol¨ªtica deportiva durante los cuatro a?os en que Guardiola, m¨¢s que un entrenador, fue una especie de director deportivo a la inglesa, con mando en plaza. Antes y despu¨¦s de ¨¦l, el Barcelona ha cambiado de modelo y ha dado m¨²ltiples bandazos, como es normal en los equipos grandes, que se enfrentan a alt¨ªsimos niveles de exigencia y suelen sufrir a presidentes intervencionistas y poco pacientes¡±.
Francisco Lobo Carrasco, que jug¨® 498 partidos vestido de azul y grana entre 1978 y 1989, no comparte el diagn¨®stico: ¡°No s¨¦ hasta d¨®nde habr¨ªa que remontarse, pero dir¨ªa que la apuesta del Barcelona por un f¨²tbol t¨¦cnico, ofensivo y vistoso, viene de muy atr¨¢s. As¨ª es como se me ense?¨® a jugar en las categor¨ªas inferiores y eso fue lo que me encontr¨¦ en el primer equipo cuando debut¨¦ a las ¨®rdenes de Joaquim Rif¨¦¡±. En su opini¨®n, ¡°Cruyff y Rinus Michels se trajeron en 1973 la escuela del Ajax y el f¨²tbol total, y otra gran influencia fue el Brasil del Mundial del 70, un equipo de centrocampistas de t¨¦cnica exquisita que dej¨® atr¨¢s el f¨²tbol f¨ªsico y ultradefensivo de los a?os sesenta. Creo que el Bar?a se sigue mirando en ese par de espejos desde entonces, y que las traves¨ªas del desierto que le ha tocado padecer coinciden casi siempre con cortos periodos en los que se ha renunciado al estilo¡±.
Sid Lowe, corresponsal deportivo en Madrid del diario brit¨¢nico The Guardian, acepta con matices que el estilo es el hilo conductor de la historia deportiva del Barcelona en las ¨²ltimas d¨¦cadas. ¡°Sigo al equipo muy de cerca desde la primera etapa de Louis Van Gaal, en los noventa, y esa identidad futbol¨ªstica basada en el toque y en una idea rom¨¢ntica del juego casi siempre ha sido una constante¡±. Lowe entiende que esa insistencia en las virtudes del estilo moleste a los seguidores de otros equipos, sobre todo del Real Madrid, ¡°porque lleva impl¨ªcito un cierto discurso de superioridad moral muy conectado con esa otra idea que da fuerza al barcelonismo, lo del m¨¦s que un club, y que seg¨²n Joan Laporta se basaba en cuatro ejes: Cruyff, cantera, Catalu?a y UNICEF¡±. Tras el cierre abrupto de la etapa Guardiola, Lowe considera que ninguno de esos ejes permanece intacto: ¡°Ya hemos visto lo que ha pasado con UNICEF, arrinconada en la camiseta por un patrocinio muy rentable pero m¨¢s bien dudoso. La cantera sigue ah¨ª, pero este verano el club se ha gastado incluso m¨¢s dinero en fichajes que el Real Madrid. Lo de Cruyff solo puede entenderse como una met¨¢fora de la continuidad del estilo, porque el holand¨¦s se ha distanciado del club. Y en cuanto a Catalu?a, la instituci¨®n ha conseguido decepcionar tanto a los independentistas m¨¢s radicales como a los partidarios de la unidad de Espa?a o los que creen que un club de f¨²tbol no deber¨ªa meterse en pol¨ªtica¡±.
La cantera sigue ah¨ª pero este verano se ha gastado m¨¢s dinero en fichajes que el Real Madrid Sid Lowe, corresponsal deportivo en Madrid del diario The Guardian
El posible camino de vuelta a la excelencia, a seducir otra vez al mundo con un f¨²tbol distinto, pasa en primer lugar, seg¨²n Elortegui, ¡°por la necesidad de que en el banquillo se siente un entrenador con tanto talento y personalidad como tuvo Guardiola, que cogi¨® el tiki-taka de Luis Aragon¨¦s, lo refin¨® y lo llev¨® a otro nivel¡±. En su opini¨®n, es dif¨ªcil que Luis Enrique sea ese hombre, ¡°pero no por falta de aptitudes, sino porque juegan en su contra aspectos generacionales que tambi¨¦n son muy importantes: ?cu¨¢ndo podr¨¢ volver a reunir el Barcelona a jugadores del nivel que ten¨ªan Xavi, Iniesta y Messi en su momento de m¨¢ximo esplendor?¡±. Para Carrasco, ¡°Xavi Hern¨¢ndez sigue ah¨ª, es el guardi¨¢n de las esencias, y mientras ¨¦l siga en el campo, el equipo conservar¨¢ el estilo, porque no podr¨¢ jugar a otra cosa¡±. El Lobo considera que el equipo no pasa ahora mismo por una traves¨ªa del desierto: ¡°En todo caso, est¨¢ cruzando un puente. Y la buena noticia es que en la otra orilla le siguen esperando el estilo de siempre y el mejor Messi, que acaba de cumplir 27 a?os y entiende ahora el juego mejor que nunca¡±. Sid Lowe cree que no tardar¨¢ en quedar atr¨¢s el par¨¦ntesis negativo que, desde su punto de vista, fue la etapa de Gerardo Martino: ¡°?l mismo dijo que se sent¨ªa en inferioridad, porque no era ni catal¨¢n ni de la casa, y lo cierto es que nunca pareci¨® entender ni la instituci¨®n ni su entorno¡±. Con Luis Enrique, ¡°que al menos s¨ª es de la casa, se est¨¢ abriendo la transici¨®n hacia un f¨²tbol algo m¨¢s directo y m¨¢s pragm¨¢tico, pero sin perder de vista el toque y esa idea rom¨¢ntica de que no solo importa ganar, sino tambi¨¦n c¨®mo se gana¡±. Una idea que el propio Lowe asegura compartir: ¡°Recordamos a equipos legendarios como la Holanda del 74 o el Brasil del 82 por c¨®mo jugaban, aunque acabasen perdiendo. Pues bien, el Bar?a de Guardiola jugaba a un nivel igual o superior y, adem¨¢s, se hart¨® de ganar. Por eso el planeta f¨²tbol se enamor¨® de ese equipo¡±. Por recitales de esplendor geom¨¦trico como los que se vieron en 2011 en Wembley y Yokohama.
La clave del ¨¦xito del Bar?a y de que se haya convertido en una marca tan global se encuentra en su talento para fabricar estrellas, algo que entra en contradicci¨®n con la idea de comprarlas, que es lo que m¨¢s de moda est¨¢¡± Boris Groysberg, de la Universidad de Harvard
Durante esos meses y esos partidos de 2011 en los que el c¨ªrculo virtuoso del club lleg¨® a su c¨¦nit, pero a la vez empez¨® a quebrar por su propios l¨ªmites, se materializ¨® el primer contrato para insertar publicidad en la camiseta. El acuerdo fue pol¨¦mico porque terminaba con uno de los elementos que m¨¢s orgullo provocaba entre la afici¨®n: 111 a?os sin publicidad comercial en la zamarra. Adem¨¢s, se reduc¨ªa la presencia de UNICEF en la el¨¢stica a algo simb¨®lico ¨Caunque el club sigue donando a la organizaci¨®n 1,5 millones de euros al a?o¨C para embolsarse m¨¢s de 30 millones al a?o del gobierno de Catar, pa¨ªs con un enorme d¨¦ficit democr¨¢tico que se iba a servir del FCB para publicitar su l¨ªnea a¨¦rea. M¨¢s tarde, el club firmar¨ªa otro acuerdo que confirmaba la intenci¨®n de la entonces junta directiva de capitalizar cualquier elemento asociado a los colores del FCB: el interior de la camiseta tambi¨¦n llevar¨ªa logo, esta vez el de Intel. Aquel a?o, seg¨²n un estudio de Football Observatory, la plantilla del Bar?a costaba 365 millones m¨¢s de lo que el club hab¨ªa pagado por los jugadores, convirti¨¦ndose en la m¨¢s rentable del planeta.
Turkish Airlines, Audi, Nike, Maurice Lacroix o Replay son otras de las firmas que colaboran con la entidad azulgrana, el segundo club deportivo m¨¢s valioso del mundo, por detr¨¢s del Real Madrid y por delante del Manchester United o el equipo de b¨¦isbol de los Yankees de Nueva York. Un valor cercano a los 3.500 millones de euros, m¨¢s de 300 millones de fans en el mundo. ¡°La clave del ¨¦xito del Bar?a y de que se haya convertido en una marca tan global se encuentra en su talento para fabricar estrellas, algo que entra en contradicci¨®n con la idea de comprarlas, que es lo que m¨¢s de moda est¨¢¡±, apunta Boris Groysberg, de la Universidad de Harvard, quien en ese mismo a?o 2011 utilizaba el Bar?a como ejemplo a seguir entre las principales firmas de Wall Street. ¡°Todos quieren fichar al que triunfa en la empresa rival, pero mi estudio conclu¨ªa que la mayor¨ªa de las veces, el fichaje estrella, cuando llega a su nueva compa?¨ªa, baja enormemente su rendimiento¡±. El Bar?a ha vuelto a comprar al por mayor, y ese hecho es casi m¨¢s relevante que si compra bien o mal. ¡°El tema es que el Madrid acepta p¨²blicamente que quiere ser una pel¨ªcula de Hollywood, con enorme presupuesto y los mejores actores. El Bar?a, no¡±, comenta Gerardo Molina, consejero delegado de Euromericas Sport Marketing y profesor de Marketing Deportivo de la Universidad Europea de Madrid. ¡°Le falta transparencia y mejor comunicaci¨®n y, aunque muchos apunten a la necesidad de un cambio generacional, lo que realmente se necesita es un cambio de modelo. El Bar?a se ha abandonado a muchos negocios que solo reportan dinero, no ese valor a?adido que es lo que lo hac¨ªa especial¡±. Para Mateo Sinigaglia, CEO y Presidente de Replay, aunque los resultados no sean tan epatantes como anta?o y los esc¨¢ndalos se sucedan, el FCB sigue siendo una marca tremendamente atractiva a la que cualquier firma desear¨ªa asociarse. ¡°No puedes ganar siempre¡±, apunta. ¡°Pero mientras se mantengan unos valores y una imagen, los triunfos volver¨¢n¡±.
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