La traves¨ªa de la igualdad
La ley contra la violencia de g¨¦nero redujo la impunidad pero todav¨ªa queda mucho por hacer
Se ha gripado el motor de la Ley Integral contra la Violencia de G¨¦nero. En el a?o 2004 se aprob¨® con la unanimidad de las fuerzas pol¨ªticas y 10 a?os despu¨¦s se encuentra encallada. La cubierta preparada para servicio de urgencias de denuncias y peticiones de ¨®rdenes de protecci¨®n; y el motor desactivado por falta de combustible en la prevenci¨®n y educaci¨®n en igualdad. As¨ª lo demuestra la persistencia de esta violencia en j¨®venes y adolescentes.
Diez a?os despu¨¦s contamos con polic¨ªa, juzgados, fiscal¨ªas y abogac¨ªa especializada en esta materia. Organizaci¨®n y personal que ha permitido invertir situaciones del pasado: m¨¢s del 70% de las amenazas, coacciones y malos tratos a la esposa o pareja obtienen sentencia de condena, a diferencia de lo que suced¨ªa en los noventa, que ese porcentaje era de sentencias absolutorias. No hay impunidad y esto es un resultado positivo.
Hoy en d¨ªa las mujeres no est¨¢n solas en el proceso judicial. Cuentan con asesoramiento jur¨ªdico y los hechos violentos se persiguen de oficio por la fiscal¨ªa. Se ha comprobado que la formaci¨®n especializada en las caracter¨ªsticas de esta violencia ofrece buenos resultados: conocemos los efectos de las relaciones de dependencia y sumisi¨®n que se suele presentar y la importancia del testimonio de la v¨ªctima, en muchas ocasiones la ¨²nica prueba de cargo.
Es evidente que han de mejorarse las medidas de protecci¨®n y evitar da?os a?adidos a las mujeres que sufren denuncias cruzadas y amenazas de retirada de los hijos. Sin embargo, es importante recordar que el sistema judicial interviene cuando la violencia ya se ha producido y que la ra¨ªz se encuentra en la desigualdad y posici¨®n secundaria de la mujer en la sociedad. En tanto no se rompa el factor cultural que apoya el machismo no podremos atajar el foco.
El objetivo de esta ley es eliminar la hist¨®rica discriminaci¨®n de las mujeres, pero la evoluci¨®n social no ha acompa?ado en el ritmo y, adem¨¢s, topamos con resistencias y reacciones que arrojan sus misiles en forma de mitos interesados y artificiales.
M¨¢s del 70% de las amenazas, coacciones y malos tratos a la esposa o pareja obtienen sentencia de condena
Mitos como el de las denuncias falsas: un 0,01%, seg¨²n el fiscal general del Estado y el estudio de sentencias del Observatorio judicial. Son m¨ªnimas, pero una falsa acusaci¨®n tiene m¨¢s repercusi¨®n medi¨¢tica que 10.000 veraces. Se intenta minar la credibilidad de las mujeres e inyectarles el miedo a no ser cre¨ªdas, y las consecuencias son nefastas porque se pueden traducir en minusvalorar el riesgo que sufren, a veces con resultados fatales como vemos en los informes de femicidios del Poder Judicial.
Malos tiempos para la igualdad. Los falsos mitos encuentran apoyo en algunas personas con responsabilidades pol¨ªticas o sociales que nos hacen retroceder hacia ¨¦pocas del blanco y negro. La actualidad ofrece ejemplos recientes. Unos proyectan contrarreformas para devolver a las mujeres el papel de reproductoras con obligaci¨®n de paliar el descenso de natalidad. Otros nos tildan de ego¨ªstas porque no a?adimos horas de fidelidad a nuestras empresas y dicen que solo pensamos en conciliar y tambi¨¦n los hay f¨¢ciles en el comentario machista. Con desparpajo y orgullo de lo que llaman ¡°no ser pol¨ªticamente correcto¡± se cargan toda una d¨¦cada de lucha por los derechos laborales de las mujeres y por las medidas antidiscriminatorias.
Diez a?os despu¨¦s se ha conseguido reducir la impunidad; pero todo el esfuerzo humano y material invertido en crear una respuesta judicial y policial eficaz pierde su efectividad si no existen pol¨ªticas de igualdad en el ¨¢mbito educativo y social. Las reformas educativas han abierto las puertas a la segregaci¨®n, y tras suprimir la asignatura de Educaci¨®n para la Ciudadan¨ªa no han garantizado que nuestros j¨®venes adquieran el conocimiento de los da?os y tragedias que produce la violencia de g¨¦nero, sus causas, caracter¨ªsticas y los beneficios de la igualdad.
Los poderes p¨²blicos tienen la responsabilidad de avanzar en el camino ya trazado y subrayado en el Convenio del Consejo de Europa sobre Prevenci¨®n y Lucha contra la Violencia sobre la Mujer.
Esto exige tener muy presente que esta violencia es un instrumento para mantener la situaci¨®n de subordinaci¨®n de las mujeres, y que son esenciales medidas de sensibilizaci¨®n, educaci¨®n y formaci¨®n, especialmente en los medios de comunicaci¨®n.
La ley integral est¨¢ varada. Necesita con urgencia combustible en pol¨ªticas educativas y de igualdad para reanudar su traves¨ªa.
?Inmaculada Montalb¨¢n Huertas, magistrada , fue presidenta del Observatorio contra la Violencia Dom¨¦stica y de G¨¦nero.
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