La principal medida, la que no estaba en el guion, el relevo de Mato
El PP vive con alivio la salida de la ministra aunque teme que el debate no sea suficiente para salvar la imagen de Rajoy
Cuando concluy¨® su discurso, Mariano Rajoy fue recibido con un aplauso de sus diputados puestos en pie. Sin embargo, en esta ocasi¨®n, seg¨²n varios diputados consultados, era m¨¢s un aplauso de respaldo en un momento de dificultad que un reconocimiento a un discurso brillante. El presidente no logr¨® esta vez animar a la bancada del PP, cada vez m¨¢s inquieta y preocupada ante un reguero de esc¨¢ndalos de corrupci¨®n que amenaza con hundir las expectativas electorales sobre todo de alcaldes y barones auton¨®micos, los primeros en enfrentarse a las urnas.
En los pasillos del Congreso era mucho m¨¢s comentada la dimisi¨®n de Ana Mato que las medidas anunciadas por Rajoy, buena parte de ellas ya conocidas y en cualquier caso ninguna lo suficientemente impactante como para dar un vuelco a una jornada parlamentaria muy dif¨ªcil para el presidente del Gobierno. La principal medida para frenar el deterioro de imagen del PP es pues, seg¨²n admit¨ªan, la ¨²nica sobra la que el presidente no dijo ni una sola palabra en su intervenci¨®n inicial: la destituci¨®n de Ana Mato el d¨ªa anterior. Ya en la r¨¦plica, el presidente s¨ª habl¨® de Mato pero solo para explicar que no est¨¢ acusada de haber cometido ning¨²n delito y ni siquiera de haber conocido que se cometieran delitos. El presidente no aclar¨® entonces por qu¨¦ forz¨® su dimisi¨®n, de la que no dijo una palabra.
Todos los diputados miraban hacia el banco azul donde, al lado de Luis de Guindos, deb¨ªa haber estado Mato, pero hoy solo hab¨ªa un hueco. Los ujieres hab¨ªan retirado su esca?o, como es preceptivo porque en este momento no hay ministra de Sanidad, la vicepresidenta ocupa sus funciones. En la bancada popular hay cierta pena por el final de Mato, una persona muy querida en el partido, pero tambi¨¦n alivio porque incluso los m¨¢s cercanos asumen que su situaci¨®n pol¨ªtica era insostenible hace mucho tiempo.
El problema fundamental, seg¨²n admiten dirigentes importantes del partido dentro y fuera de la C¨¢mara, es de credibilidad. Rajoy puede elaborar un listado de medidas novedosas, pero el deterioro de imagen es de tal calibre ¨Cel 86,6% de los ciudadanos conf¨ªan poco o nada en ¨¦l, seg¨²n el CIS- que el coste pol¨ªtico de cada esc¨¢ndalo cae directamente sobre el presidente. Rajoy hab¨ªa dise?ado este pleno como un punto y final sobre la corrupci¨®n para poder volver a hablar de lo que realmente le interesa: la econom¨ªa. El presidente no ha aceptado un pleno monogr¨¢fico para evitar hablar de los esc¨¢ndalos que afectan al PP y concentrarse en las medidas con la intenci¨®n de superar cuanto antes ¡°un clima que a ratos se hace irrespirable¡±, seg¨²n explic¨® ¨¦l mismo. Algunos diputados dudaban de que este pleno pueda servir para volver a la econom¨ªa, pero el presidente lo intentar¨¢ y de lo que nadie duda en el PP es de su capacidad de resistencia.
Lo que s¨ª gust¨® en la bancada del PP es que el l¨ªder del PSOE, Pedro S¨¢nchez, no fuera especialmente agresivo. Rajoy lanz¨® un mensaje de fondo que todos en el PP est¨¢n comentando estos d¨ªas con los diputados y dirigentes socialistas, con los que comparten muchas horas en el Congreso y el Senado. El presidente dijo, en un claro llamamiento a S¨¢nchez, que ¡°generalizar sobre la corrupci¨®n es injusto y abre el paso a los salvapatrias de las escobas, cuyo ¨²nico programa pol¨ªtico consiste en barrer, con las consecuencias que todos conocemos¡±. Esto es: la corrupci¨®n facilita la llegada de Podemos al poder. S¨¢nchez atac¨® al presidente por el caso G¨¹rtel, pero con un tono m¨¢s suave de lo previsto y tambi¨¦n incidi¨® en la idea de que en Espa?a no hay corrupci¨®n generalizada. Eso gust¨® mucho en la bancada popular, que lleva semanas presionando a S¨¢nchez para que no se deje presionar por Podemos y apueste por acuerdos con el PP.
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