Eterno Nadal
A los 28 a?os, el espa?ol es un competidor temido por los rivales, deseado por los patrocinadores y apreciado por el p¨²blico. Asalta 2015 busca del r¨¦cord absoluto de t¨ªtulos Tiene un plan: competir a pecho descubierto y empezar a preparar la vida despu¨¦s del tenis fundando una academia.
Nadie escapa al paso del tiempo, tampoco los ni?os prodigio. Rafael Nadal, el adolescente que hace un decenio asombraba al mundo jugando la final de la Copa Davis de 2004, ya no compite con pantalones pirata ni luce una melena salvaje que le d¨¦ latigazos en los hombros mientras devora contrarios. No. Para nada. Hoy el mallorqu¨ªn tiene 28 a?os, ya ha ganado 14 torneos del Grand Slam y sabe que ha jugado m¨¢s partidos de los que le quedan por jugar. Listo para asaltar 2015 con la raqueta afilada y el apetito voraz de siempre, Nadal ya no piensa solo en el presente.
Mientras se recupera de una operaci¨®n de apendicitis y del tratamiento con c¨¦lulas madre con el que intenta solucionar sus problemas de espalda, el n¨²mero tres mundial programa su vuelta a las pistas y analiza tambi¨¦n el ma?ana, el futuro, lo que ser¨¢ de su vida en unos a?os. Y ve hijos. Una academia de tenis. Su papel como embajador del Banco Sabadell. Sus proyectos solidarios. La gesti¨®n de sus inversiones. Y entonces, cuando piensa en todo eso, no siente miedo, ni v¨¦rtigo. Al contrario. Mueve las manos para explicar que cuando llegue el momento se encontrar¨¢ frente a un reto.
¡°Toda mi vida he pensado en qu¨¦ iba a haber despu¨¦s del tenis. Es algo que nunca me ha creado ning¨²n precipicio, ning¨²n p¨¢nico, ning¨²n problema¡±, cuenta el tenista a su paso por Madrid, donde aparece trajeado, con la vieja melena domada por encima de las orejas y el tono reflexivo de quien lo tiene todo ya analizado, medido y pensado. ¡°Eso s¨ª, respeto m¨¢ximo a lo que pueda venir despu¨¦s¡±, admite, porque sabe que abundan los ejemplos de quienes han fracasado en la transici¨®n del estadio a casa. ¡°No voy a decir que no tendr¨¦ ning¨²n problema en habituarme a otra vida despu¨¦s de una carrera as¨ª, pero yo estoy convencido, convencid¨ªsimo, de que no, de que tengo muchas cosas en la vida fuera del circuito profesional que me hacen ser feliz. Creo que voy a tener muchas otras cosas que me van a hacer ser feliz¡±, insiste mientras desgrana sus argumentos pausadamente, como jugueteando con la idea, porque sabe que tiene carrera por delante, que quedan finales por competir y t¨ªtulos que celebrar.
Tengo muchas cosas fuera del circuito profesional que me hacen ser feliz¡±
En alg¨²n momento, sin embargo, pasar¨¢. El d¨ªa despu¨¦s de un pol¨ªtico es parecido en algunos puntos al d¨ªa despu¨¦s de un deportista. En cuanto el primero se despide del ministerio, deja de sonarle el tel¨¦fono, ya no le invitan a las recepciones de los salones m¨¢s influyentes, y consecuentemente siente un vac¨ªo inabarcable, un golpe en la autoestima, un empeque?ecimiento y una pregunta: ?no era yo m¨¢s que esto? Al deportista, progresivamente, le dejan de reconocer en la calle, ya no le piden aut¨®grafos ni le contratan para campa?as promocionales y, sobre todo, le faltan las emociones que se sienten compitiendo al m¨¢ximo nivel y en los escenarios m¨¢s prestigiosos. Expulsados del para¨ªso de los grandes estadios, donde son protagonistas de lo imposible y autores de relatos ¨¦picos a diario, muchos sufren para hacer la transici¨®n. Algunos penan enclaustrados en un recuerdo eterno. Incapaces de volver al ayer y de vivir en el hoy.
As¨ª lo describe Jos¨¦ Manuel Beir¨¢n, psic¨®logo deportivo, exjugador del Real Madrid y plata ol¨ªmpica con la selecci¨®n de baloncesto en los Juegos de Los ?ngeles 1984: ¡°Es una jubilaci¨®n con 30 a?os, no con 65. Es un cambio total de lo que era tu vida desde peque?o. Hay que irlo preparando desde mucho antes, o t¨² o tu entorno, porque vives como una persona normal muchos m¨¢s a?os que los que vives como deportista. En 50 a?os, a Nadal se le seguir¨¢ recordando. De los que no son superestrellas, en cuesti¨®n de poco tiempo nadie se acuerda. Y si esa persona se ha valorado por lo que piensan los dem¨¢s en funci¨®n de los resultados¡¡±, advierte Beir¨¢n. ¡°Se piensa que eres m¨¢s profesional si las 24 horas del d¨ªa solo vives para el deporte, si solo piensas en el deporte. Eso tiene mucho riesgo. Cansa much¨ªsimo. Es un esfuerzo mental tremendo. Hay que descansar f¨ªsicamente, pero tambi¨¦n mentalmente, y se descansa haciendo otra cosa, no no haciendo nada¡±.
Solo hay una soluci¨®n, dice el psic¨®logo. Planear. Prepararse. Actuar antes, mientras se es deportista en activo. Encontrar algo que llene tanto como la carrera que ya no ser¨¢. Justo lo que est¨¢ haciendo el mallorqu¨ªn. Nadal, todav¨ªa en plenitud, todav¨ªa capacitado para luchar por todos los t¨ªtulos grandes, como demuestra que afronte 2015 con la posibilidad de convertirse en el tenista que ha ganado m¨¢s Grand Slams en la historia (tiene 14, por los 17 de Roger Federer), dice que ya ha encontrado el proyecto que le motivar¨¢ en el futuro.
¡°Tengo gente que me ayuda en estas cosas, como mi padre¡±, cuenta sobre sus planes vitales, en los que la familia es y ser¨¢ siempre un pilar fundamental. ¡°El proyecto de la academia es un proyecto emocional y de una motivaci¨®n personal y colectiva que despierta mi atenci¨®n¡±, describe sobre el centro internacional de tenis de alto rendimiento que abrir¨¢ en Manacor (Mallorca), su ciudad, y del que ya ha puesto la primera piedra. ¡°Me permite seguir vinculado al mundo del deporte y al deporte que he practicado desde que tengo tres a?os. Estar¨¢ en el sitio en el que he crecido, donde vivo y seguir¨¦ viviendo. Eso, emocionalmente, es importante: crear algo en Manacor que pueda ser un centro deportivo de referencia internacional¡±, describe. ¡°Me motiva darle a Manacor y a Mallorca unas instalaciones de ese nivel, crear puestos de trabajo y hacer que los ciudadanos puedan disfrutarlo¡±, argumenta mientras mueve las manos con vehemencia.
¡°Tambi¨¦n me motiva formar a j¨®venes para el futuro. Hay que tener claro, y el que no lo tenga va desencaminado, que el tanto por ciento de gente que se dedica al m¨¢ximo al tenis desde los 10 a?os y llega a profesional es equis. Nosotros vamos a intentar que ese equis sea el m¨¢s alto posible, pero la gran mayor¨ªa no llega, y por eso lo primero es formar personas, proporcionarles unas bases s¨®lidas para darles un futuro con posibilidades, formarles a nivel personal, de estudios y prepararles para tener una salida hacia la universidad¡±, reflexiona el jugador, que tiene presente el ejemplo de su amigo Tomeu Salv¨¢, un talento del tenis que no complet¨® el viaje hasta el profesionalismo y que ahora trabaja formando jugadores. ¡°Lleg¨® un d¨ªa en el que a Tomeu competir le creaba ansiedad, nervios e infelicidad, y tom¨® otro camino, en el que ha conseguido encontrar la alegr¨ªa. La academia ir¨¢ encaminada a sacar el m¨¢ximo n¨²mero posible de jugadores profesionales, el m¨¢ximo rendimiento de los ni?os que vayan a estar ah¨ª, pero evidentemente tambi¨¦n a prepararles un futuro alternativo, en la universidad, y con unos valores que les ayuden en su vida personal sea cual sea su destino¡±.
Me motivadar a Manacor un centro de referencia del tenis y crear puestos de trabajo¡±
Valores. El sanctasanct¨®rum de Nadal. Las inquietudes del balear van m¨¢s all¨¢ de las pistas. ?l, que fue un adolescente sin inter¨¦s por la lectura, apegado a los videojuegos de la PlayStation y siempre listo para participar en un partidillo de f¨²tbol, es hoy un adulto que habla de crear empleo, de fundar una familia, de dar forma, gestionar y dejar un legado, y, sobre todo, de valores. Ese es un concepto clave en la vida del n¨²mero tres mundial. Hoy y hace un decenio, Nadal es esfuerzo, pasi¨®n, humildad, constancia, superaci¨®n y agradecimiento a la vida por lo que le ha ido dando. Hoy y hace un decenio, en la pista o a trav¨¦s del Rafa Nadal Tour, su circuito para j¨®venes tenistas, el mallorqu¨ªn intenta trasladar esos sentimientos desde la pr¨¢ctica. Hablar es gratis, dice. Hacer tiene un precio, recuerda.
¡°Hablar de valores es mucho m¨¢s f¨¢cil que ejemplificarlos, que actuar y llevarlos a la realidad¡±, opina con una ceja levantada, el gesto m¨¢s nadaliano que existe. ¡°Dar consejos de palabra es mucho m¨¢s sencillo que hacerlo con ejemplos¡±, subraya tras pasear por las calles del centro de Madrid mientras arrastra su maleta y la gente le anima con sus ¡°?Vamos, Rafa!¡± camino de un acto de la campa?a Cerca que protagoniza con el periodista John Carlin para el Banco Sabadell. ¡°Mi padre no hace falta que me d¨¦ muchos consejos, porque me vale con ver c¨®mo act¨²a diariamente, lo que ha hecho por nosotros, lo que se esfuerza para hacer que su empresa funcione. Durante muchos a?os, a?o tras a?o, ha luchado por superarse a s¨ª mismo en el trabajo¡±, destaca el tenista, que aplica en la cancha lo que vio en casa, una actitud que probablemente mantendr¨¢ cuando toque en la gesti¨®n de su patrimonio, que incluye inversiones en hoteles. ¡°Mi padre lo ha conseguido. Tiene la cristaler¨ªa m¨¢s grande de Baleares. Para m¨ª eso es un ejemplo: empezar de la nada y llegar a crear lo que ha creado ¨¦l. No ha sido un golpe de suerte. Ha sido trabajo y buscar continuamente la superaci¨®n¡±, a?ade.
¡°Cada uno tiene que hacer lo que le haga feliz, si puede. No todo el mundo tiene la posibilidad de hacer lo que le gusta. Es importante ser feliz con lo que uno hace, no hacer lo que a uno le hace feliz. Eso es una gran virtud¡±, asegura el tenista, al que tambi¨¦n asesora Carlos Costa, ex n¨²mero 10 mundial del tenis y su agente desde que era ni?o. ¡°Durante muchos a?os he hecho lo que me gusta, que es jugar al tenis, y he sido feliz, pero tambi¨¦n me he esforzado desde una edad muy corta para conseguir lo que he conseguido. ?Podr¨¦ tener la actividad de mi padre?¡±, se pregunta. ¡°No lo s¨¦. Lo que s¨¦ seguro es que no estar¨¦ sentado en el sof¨¢ porque me gusta hacer cosas. Mi pasi¨®n ha sido el tenis, la de mi padre ha sido la empresa, trabajar, porque le divierte hacerlo. La idea es tener una ocupaci¨®n y tambi¨¦n disfrutar de otras cosas. Mi padre tambi¨¦n lo hace ahora, pero durante muchos a?os no lo ha hecho¡±.
Cuando dentro de un tiempo llegue el d¨ªa, Nadal se implicar¨¢ m¨¢s en su academia y en los proyectos solidarios de su fundaci¨®n, que trabaja en India; seguir¨¢ siendo una figura extremadamente codiciada por marcas y empresas, que ven en ¨¦l a un portavoz capaz de entrar como uno m¨¢s de la familia en el sal¨®n de cualquier casa; tendr¨¢ un papel m¨¢s activo en la agencia de representaci¨®n y organizaci¨®n de eventos que comparte con Carlos Costa (ya han fichado al chileno Gar¨ªn, campe¨®n j¨²nior de Roland Garros); y vivir¨¢ de otra forma su amor por el tenis, el golf, el f¨²tbol, la pesca y el mar.
Nadal, el noveno deportista mejor pagado del mundo seg¨²n la revista Forbes (35,5 millones de euros en 2014), imagina un futuro en el que su fren¨¦tica actividad de hoy (casi 11 meses fuera de casa, torneos en cuatro continentes, viajes y entrenamientos constantes) ser¨¢ sustituida por un ritmo de vida igualmente alto, pero menos viajero. ¡°No me veo siendo entrenador personal y viajando por el mundo¡±, dice. ¡°Ser un Stefan Edberg [entrenador de Roger Federer y ganador de seis t¨ªtulos del Grand Slam] o un Boris Becker [entrenador de Novak Djokovic y vencedor de seis grandes]¡ no me veo¡±.
Porque el mejor tenista espa?ol de todos los tiempos, premio Pr¨ªncipe de Asturias, oro ol¨ªmpico individual, el ¨²nico espa?ol que ha ganado Wimbledon desde la lejana victoria de Manuel Santana (1966), el primero en ganar el Abierto de Australia y en completar el Grand Slam, se ve siendo padre y rodeado de ni?os. ¡°M¨¢s de dos¡±, advierte, sin ponerle fecha a las cunas, porque sigue compitiendo y su pareja tambi¨¦n quiere alcanzar la excelencia en su terreno profesional. Cuando ese d¨ªa llegue, y con ¨¦l la emancipaci¨®n (el campe¨®n sigue viviendo con sus padres el poco tiempo que pasa en Mallorca), es m¨¢s que probable que a Nadal se le siga viendo con los amigos de siempre y de vez en cuando con Pedro Riera, el entrenador con el que empez¨® a jugar al f¨²tbol, Tormento, que le apodan, con el que hoy comenta los progresos futbol¨ªsticos de sus primos, cuyos partidos no se pierde cuando la temporada lo permite.
¡°Son gente con la que nunca he perdido el contacto¡±, cuenta el tenista, cuya familia lleva establecida en Manacor desde el siglo XIV. ¡°Tengo la suerte de que tengo muchos primos entre 9 y 12 a?os que juegan al f¨²tbol, y en cuanto puedo, en cuanto tengo momentos libres, intento ir a verles, porque me divierto. Son momentos bonitos. Yo, jugando al f¨²tbol, de peque?o, me pon¨ªa mucho m¨¢s nervioso que jugando al tenis. El f¨²tbol siempre ha sido una gran pasi¨®n. A Pedro ya le conoc¨ª as¨ª, como Pedro Tormento¡±.
A Nadal todav¨ªa le quedan batallas con Roger Federer, el rival que marc¨® el principio de su carrera, ese con el que disput¨® la inolvidable final de Wimbledon de 2008 y que le neg¨® la Copa de Maestros en 2010. Al espa?ol todav¨ªa le quedan encuentros contra Novak Djokovic, su n¨¦mesis, un fiero tenista serbio con el que lleva un lustro mir¨¢ndose de reojo, porque entre ambos se reparten la mayor¨ªa de los grandes t¨ªtulos. El n¨²mero tres mundial afronta la llegada de 2015 espoleado por un 2014 lleno de sinsabores, en el que la conquista de su noveno Roland Garros fue la chispa de luz en un a?o oscurecido por los dolores de espalda, los problemas en la mu?eca derecha (tres meses de baja) y una apendicitis que le dio un buen susto. ¡°Me oper¨¦, y con suerte: me dijeron que el ap¨¦ndice estaba otra vez en proceso activo, que se iba a volver a disparar¡±, cuenta. Listo para seguir peleando al m¨¢ximo nivel, el campe¨®n de 14 grandes sabe que todo tiene un fin. Que, aunque le quede carrera por delante, la raqueta no es eterna. Y por eso, ya en plena madurez, mira de frente al futuro igual que mira a los ojos a sus dos impresionantes rivales: sin miedo.
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