Amenaza de guerra civil en Nigeria
Por Chido Onumah
Cuarenta y cuatro a?os despu¨¦s del final de la guerra de Biafra, Nigeria se encuentra al borde de otra guerra civil. Los nigerianos hemos estado esperando en vano durante cinco a?os a que se pronunciasen aquellos que deben demostrar cierta autoridad. Finalmente, algunos de ellos lo hicieron hace pocas semanas. Seg¨²n informaba el Sunday Punch el pasado 16 de noviembre, la propuesta presentada por un grupo de oficiales retirados del Ej¨¦rcito, incluido el ex jefe de Estado, el general Yakubu Gowon ¨Cel hombre que lider¨® la guerra de Biafra-, pidiendo al presidente Goodluck Jonathan que declarara ¡°la guerra total¡± a Boko Haram, la organizaci¨®n que est¨¢ sembrando el terror entre los nigerianos desde hace cinco a?os y que ya controla varias localidades del noroeste de Nigeria, no podr¨ªa haber llegado en mejor momento.
Aunque su plan para bloquear el suministro de combustible y alimentos a los insurgentes puede conllevar problemas, sus intenciones son encomiables. La conclusi¨®n es que Nigeria se est¨¢ enfrentando a una guerra civil y como tal hay que abordarla. Antes de esta ¨²ltima declaraci¨®n, uno de los oficiales del Ejercito de Nigeria m¨¢s respetado, el coronel retirado Abubakar Umar, hab¨ªa escrito una carta abierta muy dura a los nigerianos ofreciendo soluciones a la dif¨ªcil situaci¨®n que vive el pa¨ªs. Umar se mostraba muy rotundo.
¡°Me siento obligado a pedir a todos los nigerianos que reconozcan que Nigeria est¨¢ de hecho en guerra. Parece que es un conflicto que destruir¨¢ por completo el pa¨ªs. Tenemos que aceptar que la escalada de violencia que se est¨¢ produciendo en el noroeste ha evolucionado hacia un conflicto civil, y que es una guerra contra Nigeria. Los insurgentes tienen la intenci¨®n de utilizar las localidades que controlan en esa regi¨®n como punto de partida para invadir y conquistar el resto del pa¨ªs y probablemente la subregi¨®n de ?frica Occidental¡±, afirmaba.
Desde luego, el n¨²mero de unidades militares no es el ¨²nico y ni siquiera el principal factor determinante para medir el poder militar y la disposici¨®n para el combate de una naci¨®n. Cualquier intento serio de conseguir que las actuales Fuerzas Armadas de Nigeria sean una fuerza de combate deber¨ªa antes pasar ¨Ctal como tambi¨¦n observaba el coronel Umar-, por comprender la ruina moral de nuestro ej¨¦rcito. Hay que ver las actuales condiciones en que combaten nuestras tropas contra un grupo terrorista heterog¨¦neo que les aventajan en lo que respecta al calibre de sus armas, pese a que defensa a¨²n se lleva una partida considerable de los presupuestos generales.
Tambi¨¦n hay que ver si los cuarteles donde se alojan nuestras tropas de combate son apropiados, si los soldados est¨¢n provistos de uniformes adecuados y si cobran en la forma y en el momento debidos sus beneficios sociales. Todas estas medidas son esenciales para elevar la moral de las tropas de combate. Pero quiero dar un paso m¨¢s y pedir una moratoria de las elecciones generales previstas para febrero de 2015. Mantuve esta misma postura en un art¨ªculo que escrib¨ª en septiembre de 2013 cuando el gobierno federal estaba d¨¢ndole vueltas a la idea de organizar una Conferencia Nacional que iba supuestamente a abordar el futuro de Nigeria.
Entonces yo argumentaba que el pa¨ªs se enfrentaba al gran reto que supon¨ªa la necesidad de aceptar su propia historia. En aquel momento manifest¨¦ que Nigeria ¨Ccreada por un imperio colonial tambaleante en 1914-, no estaba al servicio de los nigerianos, al menos no de la mayor¨ªa, y que hab¨ªa llegado la hora de redefinir Nigeria tal como lo hicieron los que heredaron el rumbo del pa¨ªs hace un siglo. La realidad es que una parte de la tesis de Boko Haram se basa en los importantes defectos que tiene Nigeria como naci¨®n. Nigeria tiene dos opciones: o enfrentarse directamente a este problema o continuar posponiendo el desastre que se avecina.
Naturalmente, el conflicto con Boko Haram puede analizarse desde una perspectiva pol¨ªtica. Ya en enero de 2012, y durante un servicio interconfesional para conmemorar el d¨ªa de las Fuerzas Armadas, el presidente Jonathan declaraba que Boko Haram se hab¨ªa infiltrado no solo en los poderes ejecutivo, legislativo y judicial del estado, sino tambi¨¦n en la Polic¨ªa y en las Fuerzas Armadas. Incluso lleg¨® a describir el fen¨®meno Boko Haram como algo ¡°peor que la guerra civil¡±. Eso fue hace casi tres a?os.
Es probable que aquella declaraci¨®n la hiciera con el fin de obtener beneficios pol¨ªticos partidistas. Pero est¨¢ claro que la situaci¨®n actual de disputas pol¨ªticas y ret¨®rica electoralista no ofrece las garant¨ªas necesarias para hacer frente a Boko Haram. Ante la renovada amenaza que supone Boko Haram y con los comicios de 2015 a la vuelta de la esquina, no cabe otra alternativa que reflexionar sobre el futuro de Nigeria. Los nigerianos debemos mirar m¨¢s all¨¢ de las votaciones del pr¨®ximo a?o para conjurar el peligro que nos acecha.
Evidentemente, las de 2015 ¨Cen caso de celebrarse- ser¨¢n en cualquier caso unas elecciones muy disputadas y es mejor imaginar sus consecuencias. Si a eso le a?adimos un pa¨ªs devastado por la guerra y una econom¨ªa inestable debido a la ca¨ªda del precio del petr¨®leo, tenemos los ingredientes necesarios para que se desate una gran recesi¨®n en la regi¨®n. Con la actual crisis que tiene Nigeria no queda en realidad m¨¢s opci¨®n que enfrentarla como se enfrentan las crisis que tienen el potencial de destruir a la humanidad. La Asamblea Nacional debe revisar el esfuerzo de guerra que est¨¢ haciendo actualmente el gobierno, aprobar una resoluci¨®n para posponer las elecciones de 2015 y dotar al presidente de los poderes necesarios para movilizar a los nigerianos para ganar esta guerra de una manera convincente el pr¨®ximo a?o, o hacer frente a un impeachment.
Hace un par de semanas, mientras Boko Haram tomaba el control de varias ciudades del noroeste de Nigeria, dejando tras de s¨ª una senda de muerte y destrucci¨®n, incluyendo la masacre de los estudiantes inocentes, volv¨ª a ver la pel¨ªcula Hotel Rwanda, que trata sobre el genocidio ruand¨¦s, solamente para recordarme a m¨ª mismo lo que puede suceder cuando los que deber¨ªan actuar deciden mostrarse indiferentes ante una banda de asesinos que ha declarado p¨²blicamente sus prop¨®sitos y quiere sembrar el p¨¢nico. Pese a que no soy partidario de complacer a la ¡°comunidad internacional¡± amorfa, me parece importante se?alar que quienes pueden apoyar a Nigeria para superar el actual conflicto no deben esperar, sino actuar antes de que la situaci¨®n humanitaria empeore.
De acuerdo con las cifras que maneja la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), ¡°miles de nigerianos est¨¢n escapando de la amenaza mortal que supone el grupo terrorista Boko Haram y est¨¢n huyendo hacia Camer¨²n. Una gran mayor¨ªa son mujeres y ni?os¡ Muchas familias se han visto obligadas a cruzar la frontera a pie, llevando sus escasas pertenencias consigo, caminando decenas de kil¨®metros hasta sentirse seguros en Camer¨²n¡±. La agencia de la ONU asegura que ¡°desde principios de este a?o la regi¨®n Diffa, en N¨ªger, est¨¢ acogiendo a m¨¢s de 100.000 nigerianos, mientras que en Camer¨²n se han instalado cerca de 44.000 refugiados nigerianos. Adem¨¢s, otros 2.700 han huido a Chad. Mientras tanto, se calcula que debido a los ataques de los insurgentes, el n¨²mero de desplazados internos en el noroeste de Nigeria se aproxima a 650.000¡±.
El conflicto que sufre Nigeria tiene claramente una dimensi¨®n internacional. Creo que la ¡°comunidad internacional¡± y sobre todo Estados Unidos tiene un papel importante que desempe?ar porque, como se?alaba el coronel Umar en su carta, ¡°Al Qaeda en el Magreb est¨¢ financiando en gran parte a Boko Haram, y adem¨¢s se apropian del bot¨ªn en los numerosos territorios que conquistan. Occidente sabe, m¨¢s que nadie, que Boko Haram constituye, al igual que el EI, una grave amenaza para la paz y la seguridad mundial¡±.
Desconozco cual es la pol¨ªtica del presidente Obama respecto a Nigeria. En cualquier caso, la protecci¨®n y respeto a los derechos humanos no debe limitar ni reducir la ayuda espec¨ªfica al Ejercito nigeriano. Como era de esperar, el gobierno de Obama est¨¢ muy interesado en el ¡°¨¦xito¡± de las elecciones de Nigeria en 2015 y sus representantes ¡°vigilar¨¢n¡± los resultados. Pero, ?de verdad podemos estar hablando de elecciones y democracia cuando est¨¢ en juego la estabilidad del pa¨ªs m¨¢s poblado de ?frica? Evidentemente, y despu¨¦s de todo, se trata de un conflicto que est¨¢ teniendo lugar en Nigeria y el gobierno nigeriano est¨¢ obligado a hacer todo lo posible para ganar y salvaguardar la vida de los nigerianos.
No cabe duda de que tantos a?os de mala gesti¨®n y corrupci¨®n no solo han servido para agravar una crisis como la actual, sino tambi¨¦n para disminuir nuestra capacidad como naci¨®n de abordarla como es debido. Por este motivo, ?los nigerianos debemos alzarnos en todas partes ante el reto que supone el presente peligro!
Chido Onuma es periodista nigeriano y autor de Nigeria is negotiable. Actualmente es estudiante de doctorado en Comunicaci¨®n y Periodismo en la Universidad Aut¨®noma de Barcelona. Twitter: @conumah; email: conumah@hotmail.com
Traducci¨®n de Virginia Solans.
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