El az¨²car que toman los padres puede hacer obesos a sus descendientes
Un estudio realizado en moscas de la fruta apoya la hip¨®tesis de que los h¨¢bitos de un individuo durane su vida pueden afectar a la salud de las generaciones posteriores
Concebir entre cient¨ªficos incluye quebraderos de cabeza adicionales. Cuenta medio en broma la investigadora Tanya Vavouri, ahora embarazada, que cuando decidi¨® tratar de tener un hijo, le advert¨ªa a su pareja de que no tomase demasiado alcohol y tratase de comer sano. Vavouri, que lidera el grupo de regulaci¨®n gen¨®mica del Instituto de Medicina Predictiva y Personalizada del C¨¢ncer en Barcelona, es una de las autoras de un estudio que puede acabar ampliando a los futuros padres las restricciones saludables que por ahora solo aplican a las embarazadas.
En un art¨ªculo publicado en la revista Cell esta semana se muestra que incrementar el az¨²car en la dieta de moscas de la fruta macho uno o dos d¨ªas antes de la c¨®pula puede provocar obesidad a las cr¨ªas producidas en ese acto sexual. El equipo de cient¨ªficos, liderado desde el Instituto Max Planck de Inmunobiolog¨ªa y Epigen¨¦tica en Alemania, muestra que este exceso de az¨²car cambia la expresi¨®n gen¨¦tica del embri¨®n haci¨¦ndole m¨¢s propensos al engorde. Normalmente, la influencia se hab¨ªa observado a trav¨¦s de la alimentaci¨®n o los h¨¢bitos de las hembras, pero no de los machos, de ah¨ª parte del inter¨¦s de este estudio.
La clave de estos cambios se encontrar¨ªa en los mecanismos epigen¨¦ticos, que modifican la actividad de los genes sin cambiar la secuencia heredada de los padres. ¡°Para decirlo en t¨¦rminos de computaci¨®n, si nuestros genes son el hardware, nuestra epigen¨¦tica es el software que decide c¨®mo se emplea ese hardware¡±, ha explicado en un comunicado Anita ?st, investigadora de la Universidad de Link?ping que particip¨® en el estudio. ¡°Parece que la dieta del padre reprograma el software epigen¨¦tico de manera que los genes implicados en la producci¨®n de grasa de sus hijos se encienden¡±, ha a?adido.
Los hijos de mujeres que pasaron hambre durante la guerra ten¨ªan m¨¢s riesgo de obesidad?
Vavouri reconoce que los efectos de estos mecanismos epigen¨¦ticos en las generaciones posteriores son muy suaves y a¨²n no se entienden demasiado bien. Sin embargo, los resultados tienen similitudes con otras observaciones realizadas en algunos estudios con humanos que sugieren que los h¨¢bitos o las vivencias de una persona pueden transmitirse no solo a los hijos sino incluso a los nietos.
Un estudio sueco, por ejemplo, mostr¨® que un exceso de comida en la dieta de un hombre durante su infancia estaba relacionado con la mortalidad por diabetes de sus nietos y en una l¨ªnea similar, se ha encontrado una relaci¨®n entre la hambruna sufrida por mujeres durante la segunda guerra mundial y un mayor riesgo de obesidad en las dos generaciones posteriores. Otro art¨ªculo m¨¢s reciente, apuntaba tambi¨¦n a que los hijos de hombres que fumaban antes de la adolescencia ten¨ªan un mayor riesgo de obesidad.
La dificultad para realizar grandes estudios controlados en humanos, requiere el uso de modelos animales como las moscas utilizadas en el estudio publicado en Cell o ratones, otra especie en la que estudian los efectos de la alimentaci¨®n o los vicios de los progenitores sobre la salud de las cr¨ªas. Aunque los resultados obtenidos en animales se deban tomar con cautela a la hora de sacar conclusiones sobre el funcionamiento de los humanos, los autores del trabajo han encontrado pruebas de que el mecanismo que regula la susceptibilidad a la obesidad en moscas tiene una versi¨®n similar en ratones y humanos.
Otro de los misterios que a¨²n quedan por resolver en este campo incipiente es el motivo por el que tanto el exceso de comida como su falta incrementa el riesgo de obesidad en las generaciones posteriores. En el segundo caso, parece que los cambios hacia una mayor propensi¨®n a la obesidad pueden tener sentido como forma de adaptaci¨®n a lo que el organismo interpretar¨ªa como una etapa de falta de alimentos que tambi¨¦n le podr¨ªa afectar, pero esa interpretaci¨®n no servir¨ªa en el primer caso.
El mecanismo que regula la obesidad en moscas tiene una versi¨®n similar en humanos
Si estos hallazgos se confirmasen y se pudieran aplicar tambi¨¦n a humanos, incrementar¨ªa el peso de la responsabilidad de los padres sobre sus hijos e incluso sus nietos. Pero igual que lo que se hace durante un periodo de la vida anterior a la fecundaci¨®n puede malograr una buena gen¨¦tica para las cr¨ªas, los hallazgos sobre epigen¨¦tica sugieren que nada tiene por qu¨¦ ser del todo definitivo. Un cambio en los h¨¢bitos individuales podr¨ªa compensar con modificaciones positivas en el software epigen¨¦tico los rasgos negativos heredados. Ciencia contra el fatalismo.
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