Identidad asesina
Se puede hablar de ¡®los populistas de todos los partidos¡¯. El populismo, hoy, es transversal
En 1944 Friedrich Hayek dedic¨® su libro de referencia Camino de servidumbre ¡°a los socialistas de todos los partidos¡±. A finales del siglo XX y principios del XXI, cuando la hegemon¨ªa de la tercera v¨ªa dentro de la socialdemocracia era evidente, los defensores de los principios socialistas arrinconados circularon lo de ¡°los liberales de todos los partidos¡±. Ahora, para subrayar la transversalidad del concepto de moda, se podr¨ªa hablar de ¡°los populistas de todos los partidos¡±.
El populismo, en su ambig¨¹edad, emborracha a casi todas las formaciones pol¨ªticas. Unas, porque son populistas por su naturaleza; otras, porque se contagian del mismo. El populismo puede considerarse una de las ¡°identidades asesinas¡± de nuestro tiempo, en el sentido amplio que le da el escritor l¨ªbano-franc¨¦s Am¨ªn Maalouf en el excepcional libro del mismo t¨ªtulo.
No es dif¨ªcil escuchar aseveraciones tajantes como, por ejemplo, que los problemas de ingresos p¨²blicos en Espa?a se resolver¨ªan acabando con un fraude fiscal de 90.000 millones de euros o aflorando una econom¨ªa sumergida que puede acercarse a la cuarta parte de la producci¨®n de nuestro pa¨ªs (suponiendo que ambas cifras sean exactas). O cambiando el modelo productivo. O haciendo unas reformas estructurales sin, a continuaci¨®n, explicar que no existen reformas paretianas ¡ª aquellas que benefician a todo el mundo¡ª sino que todas conllevan redistribuci¨®n de la renta y del poder y, por tanto, vencedores y perdedores. Si se incrementa el porcentaje de PIB que se dedica a pensiones, educaci¨®n, sanidad, ... habr¨¢ que dejar de gastarlo en otros cap¨ªtulos, aunque se pudiese recaudar un poco m¨¢s. ?En qu¨¦ habr¨¢ que dejar de invertir? Como si ello fuese posible en el corto plazo, que es el tiempo en que se alojan las soluciones pol¨ªticas a los problemas p¨²blicos.
Existe un peligro real de que un porcentaje relevante del cuerpo electoral acabe por escuchar las sirenas de los pol¨ªticos
Dar respuestas simples a dificultades complejas es un s¨ªntoma de nuestros d¨ªas, acrecentado por el hecho de que esas aseveraciones se escuchan sobre todo en los programas de televisi¨®n, donde no ha lugar a las oraciones subordinadas y donde se arrojan, unos a otros, la etiqueta populista a la cara. El debilitamiento de las clases medias, potencialmente las m¨¢s vulnerables a la crisis econ¨®mica y a la falta de eficacia de la pr¨¢ctica pol¨ªtica de los partidos tradicionales, facilita la fascinaci¨®n que producen las propuestas populistas que proporcionan respuestas lineales a interrogantes tales como la perspectiva del crecimiento econ¨®mico, el consumo, el bienestar, la calidad y la duraci¨®n de la vida, en un contexto de desplazamiento del poder econ¨®mico y pol¨ªtico hacia otras capas m¨¢s privilegiadas.
Existe un peligro real de que, a falta de respuestas pol¨ªticas coherentes y complejas, un porcentaje relevante del cuerpo electoral acabe por escuchar las sirenas de los pol¨ªticos populistas, aunque sean incre¨ªbles, y les d¨¦ una oportunidad. Y esos pol¨ªticos se encuentran alojados en el interior de la mayor parte de los partidos.
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