La Navidad y la solidaridad

Estando ya pr¨®ximos a esas fechas entra?ables que llamamos Navidad, la maquinaria publicitaria que nos la anuncia est¨¢ ya en marcha a toda m¨¢quina. Habr¨¢ reuniones familiares, cenas copiosas, exaltaciones de la amistad y seremos mejores personas. Esperaremos tambi¨¦n que el Olentzero, los Reyes Magos, o Pap¨¢ Noel (seg¨²n el gusto de cada uno) nos traiga ese regalo que esperamos. Un tipo muy diferente de campa?a es la que ha puesto en marcha la Federaci¨®n Espa?ola de Bancos de Alimentos, con el fin de recoger toneladas de comida para todos aquellos colectivos que m¨¢s lo necesitan (parados de larga duraci¨®n, inmigrantes sin recursos y un largo etc¨¦tera). Las cifras dicen que hemos sido solidarios (21.000 toneladas en todo el Estado), en Bizkaia m¨¢s de 700 toneladas, que luego se distribuir¨¢n a diversas organizaciones, C¨¢ritas, comedores sociales o asilos de ancianos, por citar algunas. Es una labor callada y silenciosa de todos ellos, que asumen cada vez m¨¢s un trabajo que deber¨ªa corresponder a las Administraciones p¨²blicas. Corremos el grave riesgo de confundir la caridad con los derechos m¨¢s b¨¢sicos, no solamente ya el derecho a una alimentaci¨®n digna, sino a no pasar hambre. Por no hablar ya de ese art¨ªculo que dice que toda la riqueza del pa¨ªs debe estar al servicio del inter¨¦s general. Est¨¢ bien la solidaridad de los ciudadanos, no solamente cuando se van acercando esos d¨ªas se?alados en el calendario; pero tambi¨¦n es responsabilidad de todo el Gobierno que todos esos derechos se cumplan.¡ª Maria Olga Santisteban Otegui.