Siete palabras que debemos erradicar del castellano en 2015
Si para el a?o que entra nos libramos de granos ling¨¹¨ªsticos como 'petarlo', 'bizarro', 'gentrificaci¨®n', ya iremos mejor que en 2014
Adem¨¢s de ser el a?o del caballo, seg¨²n el hor¨®scopo chino, 2014 tambi¨¦n ha sido el del culo ¨Cverbigracia de Kim Kardashian e Iggy Azalea- y el del amor/odio a las listas. Luego no hay mejor ni m¨¢s coherente forma de rendirle homenaje que con un inventario.
En este caso, uno de palabras que merecen el mismo destino que el a?o saliente: su extinci¨®n irreversible. Montar un Change.org para exigir su eliminaci¨®n del diccionario de la Real Academia de la Lengua resultar¨ªa un tanto exagerado (y agotador), pero, al menos, su uso y abuso merece cierta reflexi¨®n en estas semanas de balance vital:
Lo aut¨¦nticamente terrible es o¨ªr a miembros de la generaci¨®n EGB pronunciar estos palabros con impostada despreocupaci¨®n, como si la hubiesen escrito mil veces en sus cuadernillos Rubio
Gentrificaci¨®n. Sin duda una de las palabra cuya utilizaci¨®n se ha extendido cual gripe aviar durante 2013 y 2014. Asevera la Wikipedia que se trata de un t¨¦rmino originario del ingl¨¦s gentrification, y define el proceso de transformaci¨®n por el que la poblaci¨®n original de un barrio deteriorado es progresivamente desplazada por otra de un mayor nivel adquisitivo a la vez que se renueva. Ya saben, el barrio madrile?o de Chueca se gentrific¨® cuando a¨²n no hab¨ªamos o¨ªdo hablar de esa palabra. Williamsburg, en Brooklyn, convirti¨® el concepto en algo cool (a por ese terminejo tambi¨¦n deber¨ªamos ir pronto), y como buen producto h¨ªpster (¨ªdem) pas¨® a ser lo peor en el mismo momento en el que el gran p¨²blico lo asumi¨® como algo deseable. Decir que tu distrito se est¨¢ gentrificando equivale a decir que tiene una plaga de chinches (a veces, como en el madrile?o Lavapi¨¦s, pueden pasar las dos cosas a la vez). Pero lo aut¨¦nticamente terrible es o¨ªr a miembros de la generaci¨®n EGB pronunciar este palabro con impostada despreocupaci¨®n, como si la hubiesen escrito mil veces en sus cuadernillos Rubio, y buscar cualquier excusa para colarla en una conversaci¨®n. Lo sentimos: aunque digas tres veces gentrificaci¨®n delante de un espejo no volver¨¢s a la veintena ni te convertir¨¢s en el due?o de un panader¨ªa artesanal en Estocolmo. Esto no va as¨ª. Pero entendemos que no existe, de momento, ninguna palabra para sustituirla.
Bizarro. Desde la cr¨ªticas de m¨²sica m¨¢s pretenciosas hasta las conversaciones que comienzan en la barra de bares pseudomodernos y pretenden terminar en camas flanqueadas por pilas de libros a modo de mesilla de noche, el t¨¦rmino bizarro ha sido mal empleado desde hace un lustro. Seg¨²n la RAE es "algo o alguien valiente" o, en su segunda acepci¨®n, "generoso, l¨²cido o espl¨¦ndido". Algo bizarro no es algo raro. Ese es su significado en ingl¨¦s, no en castellano. ¡°T¨ªo, dice que le gusta V¨ªctor Manuel, qu¨¦ bizarro¡±. Desde luego confesarlo lo es, pero en su primera acepci¨®n. Hay personas que sostienen que da igual, que valiente es sin¨®nimo de raro. Ellos s¨ª que lo son.
Existen preciosas palabras en castellano para sustituirlas: fecha l¨ªmite, formulario y en cuanto puedas
Deadline, call sheet, asap (de as soon as possible). John Waters dijo, ¡°si vas a casa de alguien y no tiene libros, no te lo folles¡±. Bien, pues si recibes un correo de alguien en el que se utilicen alguno o todos estos t¨¦rminos (y es muy probable que suceda si trabajas en el mundo de la publicidad, el m¨¢rketing, la moda o la econom¨ªa), tampoco lo hagas. Existen preciosas palabras en castellano para sustituirlas: fecha l¨ªmite, formulario y tan pronto como puedas, respectivamente.
Empoderaci¨®n. El diccionario panhisp¨¢tico de dudas habla de este concepto. Explica que es un calco del ingl¨¦s to empower y que ya exist¨ªa en espa?ol como variante desusada de apoderar. Como con los pantalones a cintura alta y los petos, algunos sienten que hay cosas que nunca deber¨ªan volver a ponerse de moda. S¨ª, es cierto, que conceptos como ¡°la empoderaci¨®n de la mujer¡± resultan mucho m¨¢s largos de expresar con otras palabras (La ganancia de poder por parte de las mujeres), pero en esta vida la funcionalidad no lo es todo. Si no vestir¨ªamos todos sacos o monos y utilizar¨ªamos el lenguaje binario.
Emprendurismo, emprendedurismo y emprendedur¨ªa. Antes dec¨ªamos montar un negocio, pero hoy sucede lo mismo que con la palabra empresario: el concepto est¨¢ cargado de connotaciones negativas. En el subconsciente colectivo, el empresario es un explotador laboral y avaricioso que vive en una casa enorme, mientras que al emprendedor se le presupone cierto grado de creatividad, buenas intenciones y, si es hombre, una barba bien espesa. Si pones en marcha una empresa de lanas eres un empresario; si la lana es org¨¢nica y, adem¨¢s, dedicas parte de tu capacidad fabril a elaborar abrigos para beb¨¦s foca entonces eres un emprendedor. Sea como fuere la palabra adecuada para referirse a tu actividad es emprendimiento. Ya lo dice la Fundaci¨®n del espa?ol urgente, Fund¨¦u, son traducciones inadecuadas de la palabra inglesa entrepreneurship, por lo que se recomienda emplear emprendimiento, que ya figura en el avance de la vig¨¦sima tercera edici¨®n del Diccionario de la lengua espa?ola, de la Real Academia Espa?ola, con los significados de "acci¨®n y efecto de emprender (acometer una obra)" y "cualidad de emprendedor".
Nadie puede negar que petar se trata de un verbo muy vers¨¢til dentro del lenguaje coloquial, con usos que van desde el campo sem¨¢ntico del ¨¦xito al sexual
Petar. Nadie puede negar que se trata de un verbo muy vers¨¢til dentro del lenguaje coloquial, con usos que van desde el campo sem¨¢ntico del ¨¦xito al sexual. De hecho, se ha utilizado tan profusamente y con tan variados significados, que est¨¢ a punto de no significar nada. Seg¨²n la RAE, es sin¨®nimo de agradar y golpear el suelo. Quiz¨¢ haya llegado el momento de guardarla en el mismo caj¨®n ling¨¹¨ªstico que chachi y guay.
Reu y presu. Los Zipi y Zape de la jerga laboral. El director de la RAE, Jos¨¦ Manuel Blecua, reconoci¨® en la presentaci¨®n de la ¨²ltima edici¨®n del diccionario que los acad¨¦micos debatieron ¡°hasta el final¡± la incorporaci¨®n de finde, como sin¨®nimo, obviamente, de fin de semana. No pudo ser y, quiz¨¢, sea mejor as¨ª. Porque la aceptaci¨®n de un diminutivo como equivalente a la palabra completa puede abrir una puerta inquietante. Si usted trabaja en una empresa, estar¨¢ harto de o¨ªr hablar de reus y presus. T¨¦rminos que algunos osan plasmar en correos electr¨®nicos oficiales ?De verdad hay alguien que ande tan falto de tiempo y saliva que el ahorro de cuatro y seis letras respectivamente (reuni¨®n, presupuesto) le suponga un avance? Si no parece profesional ni maduro pedirse prime para elegir los turnos de vacaciones, tampoco lo es pasar un presu.
Y un a?adido: Tener sexo. S¨ª, sabemos que no es una palabras, sino dos. Un concepto que tiene otros tantos problemas. Primero, todos tenemos sexo (femenino o masculino. Los hay que incluso tienen ambos). Segundo: Es cierto que en ingl¨¦s se dice to have sex (literalmente, tener sexo), pero no es una expresi¨®n empleada de forma tan usual en Estados Unidos como nos quieren convencer las sitcom y sus horribles, horribles doblajes al espa?ol.En los pa¨ªses hispanohablantes tenemos nuestras propias expresiones para referirnos al acto sexual: practicar sexo, practicar el coito y todo un cat¨¢logo de verbos que se acerca en volumen al de palabras que manejan los esquimales para referirse a la nieve. Con tan vasto y rico vocabulario ?por qu¨¦ importar un concepto impreciso? ?Nos parece menos escabroso, menos descriptivo? ?Qu¨¦ se supone que implica tener sexo? Dejemos de hablar como en las series y empecemos a hablar como en la vida real. Si alguien te dice que quiere "tener sexo contigo" di no. Por militancia y porque no sabes exactamente qu¨¦ te est¨¢ ofreciendo.
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