Este coche tiene enchufe
Las grandes ciudades empiezan a poner el stop a los veh¨ªculos m¨¢s contaminantes Los el¨¦ctricos y los h¨ªbridos enchufables (plug-in) predominar¨¢n en las smartcities
Amanece en una cualquiera de los cientos de urbanizaciones que tapizan el extrarradio de cualquier gran ciudad. Suena el despertador en el smartphone. La radio se sintoniza en la tableta mientras ponemos en marcha la m¨¢quina de caf¨¦ y entramos a trompicones en la ducha. En el garaje, el coche en cambio, est¨¢ ya despierto y mucho m¨¢s espabilado esperando a su conductor desde hace un rato: tiene la bater¨ªa a tope, e incluso la temperatura interior id¨®nea para poder salir a la calle en cualquier momento sin perder un solo vatio de las pilas en calentar el interior. Y es que la aplicaci¨®n del m¨®vil permite programar al minuto las recargas de toda la semana disfrutando una tarifa especial que aprovecha los excedentes de energ¨ªa e¨®lica y/o nuclear de las horas valle nocturnas que antes se desperdiciaban. Adem¨¢s, se puede elegir tambi¨¦n la temperatura ambiente.
Los nuevos autom¨®viles se quieren parecer cada vez m¨¢s a los m¨®viles y tabletas. Es decir, quieren ser smart o inteligentes. Y sobre todo se han empe?ado en cambiar sus connotaciones agresivas y contaminantes para convertirse en c¨®mplices amigables y simp¨¢ticos. El primer paso de esa evoluci¨®n pasa por la optimizaci¨®n del combustible. La crisis, los precios de la gasolina y el gas¨®leo ¨C siempre en ascenso permanente, salvo en momentos puntuales como las ¨²ltimas semanas - y las restricciones de acceso al centro en muchas ciudades, invitan a cambiar el chip y hacer las cosas de otra manera. Pero sobre todo, obligan a cambiar las fuentes de energ¨ªa cl¨¢sicas por otras diferentes y sostenibles. Y por ahora, la ¨²nica soluci¨®n madura y neutra - al menos cuando se obtiene de fuentes renovables- es la electricidad.
Los nuevos autom¨®viles se quieren parecer cada vez m¨¢s a los m¨®viles y tabletas
Se abre la puerta del garaje y empieza una nueva jornada laboral. Aunque multitud de cifras y estad¨ªsticas constatan que el uso del autom¨®vil est¨¢ cambiando en los ¨²ltimos a?os y empiezan a ceder terreno en las calles, m¨¢s del 70% de los trayectos que no se hacen a pie en los pa¨ªses de la OCDE, se siguen realizando con un volante entre las manos. As¨ª, el coche sigue siendo clave en la movilidad diaria, pero las grandes compa?¨ªas del sector saben desde hace tiempo que la era de los combustibles f¨®siles tiene los d¨ªas contados. Y eso implica modernizarse e invertir cantidades ingentes de recursos en desarrollar y adoptar nuevas tecnolog¨ªas que vayan acercando el autom¨®vil a la sostenibilidad. Adem¨¢s, tienen tambi¨¦n claro que qui¨¦n antes lo consiga disfrutar¨¢ una ventaja estrat¨¦gica que puede ser definitiva.
Los e-coches de ¨²ltima generaci¨®n son el principio de ese cambio, y en particular los h¨ªbridos enchufables o plug-in en su terminolog¨ªa sajona. El ¨²ltimo en llegar, el Audi A3 Sportback e-tron; primer h¨ªbrido enchufable de la firma alemana, combina gasolina y electricidad a elecci¨®n del cliente. As¨ª se pueden disfrutar las ventajas de un coche el¨¦ctrico cuando se circula en ciudad, y las prestaciones y autonom¨ªa de un modelo convencional cuando se necesita viajar.
¡°Mi propio apartamento, un coche y un mont¨®n de mujeres¡±. Con tan pocas palabras sintetizaba Arthur Miller el sue?o americano en Muerte de un viajante. El coche era algo aspiracional y clave para el ¨¦xito personal. Las nuevas generaciones no lo ven exactamente igual: ahora el autom¨®vil tiene que ser ¨²til. Y no debe generar problemas, sino solucionarlos. La contaminaci¨®n y los atascos, que afectan a las grandes capitales del mundo, se han traducido en complicaciones y gastos para los conductores; en impuestos sobre el combustible y tasas en el uso de los veh¨ªculos que m¨¢s emisiones de part¨ªculas y gases de efecto invernadero producen.
Tras circular los primeros kil¨®metros por la autopista interurbana utilizando el motor de combusti¨®n para mantener a tope las bater¨ªas, entramos ya en el centro de la ciudad. Y llega el momento de elegir el modo el¨¦ctrico ¡°EV¡±, que convierte nuestro coche h¨ªbrido en un el¨¦ctrico puro. Ahora tenemos entre 30 y 50 kil¨®metros de autonom¨ªa para circular con las bater¨ªas seg¨²n el cuidado con que conduzcamos. Y todo en un silencio mec¨¢nico absoluto tan reconfortante como relajante que cambia la mentalidad de qui¨¦n conduce. Si hace a?os lo que se supon¨ªa que molaba era salir el primero del sem¨¢foro, incluso chirriando ruedas, ahora el desaf¨ªo pasa por utilizar todas las t¨¦cnicas de conducci¨®n posibles para aprovechar las inercias y alargar la autonom¨ªa. Cualquiera que haya conducido un coche de bater¨ªas coincide en que tiene su punto, aunque exige mucha concentraci¨®n: hay que acelerar siempre a punta de gas mimando el pedal, calcular si el sem¨¢foro se va a poner rojo para desacelerar antes y llegar a vela cargando las bater¨ªas¡, alargar las frenadas y parar con suavidad para recuperar m¨¢s energ¨ªa¡
Poco a poco, las ciudades han ido adaptando sus centros a los e-coches
Pero las ventajas de la electrificaci¨®n no acaban ah¨ª. En realidad y al margen de sus aportaciones ambientales, esta tecnolog¨ªa convierte nuestro coche en un elemento sostenible y nos otorga un salvoconducto frente a muchas limitaciones. As¨ª, nuestro coche h¨ªbrido enchufable no tendr¨ªa que abonar la congestion charge de Londres, que grava cada el acceso al centro de la urbe de miles de conductores; ni tampoco el nuevo sistema de estacionamiento regulado de Madrid, que obliga a pagar m¨¢s a los coches m¨¢s antiguos que generan m¨¢s contaminaci¨®n y libera a los de emisiones cero. Incluso evitar¨ªa la prohibici¨®n de acceder en d¨ªas alternos a determinados veh¨ªculos en ciudades como M¨¦xico o Par¨ªs, en las que se aplican estas medidas cuando se superan los l¨ªmites permitidos de poluci¨®n.
La electrificaci¨®n del autom¨®vil evita todos estos inconvenientes, porque los modelos de bater¨ªas est¨¢n exentos de pagar dichas tasas, que en los ¨²ltimos a?os han ascendido entre un 7% y un 22% en Espa?a, seg¨²n la OCU, y van a seguir haci¨¦ndolo de forma exponencial en un futuro m¨¢s o menos cercano. Tambi¨¦n permiten aparcar gratis e incluso aprovechar las plazas de los postes de carga para dejar el coche y llenar las bater¨ªas, en muchos casos sin coste ninguno. Adem¨¢s, en algunas zonas gozan de prioridad de aparcamiento. Y teniendo en cuenta que en ciudades como Madrid un 16% de los conductores dedica entre 30 y 40 minutos a encontrar sitio, seg¨²n un estudio de movilidad de IBM, tener un lugar reservado para tu e-coche es todo un lujo.
¡°Muchos j¨®venes prefieren invertir el dinero que cuesta el carn¨¦ en un tel¨¦fono o una tableta¡±, sentencia Weert Canzler, investigador de movilidad en el Wissenschaftszentrum de Berl¨ªn. ¡°Sus prioridades han cambiado¡±, agrega. Los millenials (la generaci¨®n nacida despu¨¦s de 1980) no tienen tanto apego a los autom¨®viles como sus padres. O por lo menos a los coches tal y como los entend¨ªamos hasta ahora. Algunos prefieren la tecnolog¨ªa al motor, y de ah¨ª que demanden veh¨ªculos inteligentes, que optimizan su uso para ahorrar tiempo y dinero.
El coche electrificado aporta libertad de movimiento y evita limitaciones. Y ahorra, tanto en combustible como en impuestos. Como la autonom¨ªa es limitada, la posibilidad de recargar durante el d¨ªa es siempre muy interesante, aunque en los h¨ªbridos enchufables el motor de gasolina permite tambi¨¦n recargarlas en marcha. Pero con un cargador industrial como este, las pilas se llenan a tope en solo dos horas, poco m¨¢s de lo que dura una reuni¨®n o una comida de trabajo.
Poco a poco, las ciudades han ido adaptando sus centros a los e-coches. Aunque todav¨ªa hay pocos ¨Cen EE UU representan menos del 1% de la flota- gozan de estaciones de recarga en las ciudades, sobre todo en el centro. En muchas de ellas, adem¨¢s, la recarga es mucho m¨¢s barata o gratuita, como en la mayor¨ªa de las urbes de Noruega, el para¨ªso del coche electrificado. Tambi¨¦n por la noche (entre las 00.00 y las 7.00), cuando el consumo de energ¨ªa es m¨ªnimo y se producen excedentes, la recarga se puede realizar de manera m¨¢s econ¨®mica o incluso sin cargo, aprovechando las tarifas valle o supervalle de las compa?¨ªas el¨¦ctricas.
¡°Lo de sacar brillo al coche el domingo por la ma?ana est¨¢ un poco pasado de moda¡±, opina Tom Worsley, del instituto brit¨¢nico para el estudio del transporte (ITS). Esa imagen cotidiana hasta hace un par de d¨¦cadas ha perdido ya todo el glamur. Ahora puede resultar mucho m¨¢s cool tener el coche el¨¦ctrico a la puerta de casa recargando las bater¨ªas. Con estos modelos las ciudades se hacen m¨¢s c¨®modas, silenciosas y accesibles, y desaparecen las limitaciones. En resumen, la vida es m¨¢s f¨¢cil, agradable y barata que cuando se convive con un motor de combusti¨®n. Y como los nuevos conductores no se conforman y quieren m¨¢s, la industria no va a dejar pasar la ocasi¨®n de ofrecerles lo que desean.
Esta informaci¨®n, patrocinada por Audi, ha sido elaborada por un colaborador de EL PA?S.
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