Kinmen, adi¨®s a las armas
La otrora fuertemente militarizada isla taiwanesa ha concluido la retirada de m¨¢s de 90.000 minas antipersona. Ahora renace gracias al turismo
Diez y media de la ma?ana en el puerto de Shuitou situado al este de la isla taiwanesa de Kinmen, a pocos kil¨®metros de la Rep¨²blica Popular China. En la terminal de llegadas atraca un ferry que llega desde Xiamen, la ciudad fronteriza con Kinmen que pertenece al lado comunista. Varios pasajeros van con un gu¨ªa que los conduce hasta el autob¨²s de la compa?¨ªa de viajes Yu Sheng International en el que van a recorrer los lugares m¨¢s emblem¨¢ticos de la ¨ªnsula. Desde que en 2001 comenzaran a funcionar gradualmente los tres minienlaces ¡ªla apertura de los sectores del transporte, el correo y el comercio entre las ciudades de Xiamen, Mawei y Quanzhou en la provincia china de Fujian y las islas de Kinmen y Matsu en el lado taiwan¨¦s¡ª esta imagen se ha convertido en algo cotidiano, especialmente a partir del 2008 cuando se eliminaron varias restricciones de acceso entre ambas partes. La evoluci¨®n de estas medidas ¡ªque ha corrido en paralelo a la de los tres enlaces entre el lado comunista y el democr¨¢tico¡ª ha permitido que en la actualidad se est¨¦ cerrando un acuerdo sobre emisi¨®n de visados de llegada, desde principios del a?o que viene, para los ciudadanos de la Rep¨²blica Popular China que arriben a las islas taiwanesas colindantes (Kinmen, Matsu y Penghu).
Kinmen, como el resto de Taiw¨¢n, acaba de pasar por elecciones locales (el pasado 29 de noviembre). Los municipios de la isla est¨¢n plagados de carteles electorales y de vez en cuando alguna furgoneta atraviesa la calle Minzu, una de las m¨¢s animadas del lugar, con unos ruidosos meg¨¢fonos a favor de alguno de los candidatos. Lejos quedaron ya los a?os de ley marcial ¡ªque legalmente finaliz¨® en Kinmen en 1992¡ª y amenaza desde el otro lado. Wu Ru-ming, autor e investigador sobre turismo en la zona, ha visto de cerca la evoluci¨®n de la vida y el turismo en la isla: ¡°Tras la guerra (la Guerra Civil China) no hab¨ªa nada para comer, la gente no ten¨ªa ni siquiera zapatos, este era un sitio muy pobre. Ahora sin embargo el turismo por parte de los que antes eran nuestros enemigos no para de crecer¡±. En la actualidad se realizan a diario unos 44 viajes de ida y vuelta en barco desde y hasta Kinmen, Matsu y Penghu a algunos de los puertos en China continental con los que tienen acuerdos. En los primeros nueve meses de 2014 solo Kinmen ha recibido m¨¢s de 1,1 millones de visitantes a trav¨¦s de estos viajes, lo que supone un incremento del 11,5% con respecto al mismo periodo de 2013. ¡°Tras los taiwaneses, los ciudadanos de China continental son los que m¨¢s nos visitan¡±, afirma Chang Jui-hsin, director del departamento de turismo del Gobierno de Kinmen cuando lo entrevistamos.
En su conflictivo pasado la ¨ªnsula ha encontrado una fuente de ingresos gracias a la industria tur¨ªstica. Viajeros de la Rep¨²blica Popular China y otras zonas de Taiw¨¢n llegan hasta aqu¨ª para conocer este lugar clave en la historia de la guerra fr¨ªa. La retirada de las tropas nacionalistas de Chiang Kai-shek hacia Taiw¨¢n en 1949 transform¨® Kinmen en un fort¨ªn contra las fuerzas de Mao Zedong. El 25 de octubre de dicho a?o el Ej¨¦rcito Popular de Liberaci¨®n lanz¨® una fallida ofensiva de tres d¨ªas sobre la isla. De aquel episodio ¡ªconocido como la batalla de Guningtou¡ª a¨²n quedan vestigios como la vieja casa de estilo occidental en Beishan, en la que murieron decenas de soldados comunistas. Tras la segunda crisis del estrecho de Taiw¨¢n, en 1958, ambas partes continuaron bombarde¨¢ndose mutuamente en d¨ªas alternos hasta 1979. Durante esas dos d¨¦cadas se estima que Kinmen recibi¨® el impacto de m¨¢s de 970.000 proyectiles.
Las estatuas del Dios Le¨®n del viento ¡ªguardianes protectores para los locales¡ª y las huellas de un pasado fuertemente militarizado son las dos estampas m¨¢s caracter¨ªsticas del lugar. Syril, el due?o del caf¨¦ junto al museo de los prost¨ªbulos militares en la isla, nos cuenta que ¡°antes todo estaba lleno de soldados, pero ahora ya no se ven muchos¡±. Durante los momentos m¨¢s ¨¢lgidos del conflicto hubo estacionados hasta 100.000 soldados. Hoy en d¨ªa la poblaci¨®n total de Kinmen es de unas 120.000 personas. Sobre los prost¨ªbulos militares en la ¨ªnsula Syril nos cuenta que ¡°es un tema tab¨² para los taiwaneses. Se habla de ello, pero es algo que la gente prefiere no recordar. Eran tiempos dif¨ªciles¡±. Hace poco se estrenaba la pel¨ªcula Paradise in service (en su t¨ªtulo en ingl¨¦s), que ha servido para dar a conocer el asunto. Aquellos tiempos dif¨ªciles que menciona Syril hablan de la vida en los t¨²neles ¡ªel subsuelo est¨¢ plagado de galer¨ªas subterr¨¢neas¡ª, de noches oscuras en las que hab¨ªa que cubrir las luces para no ser avistados por el lado continental y de guerra psicol¨®gica. Durante las dos d¨¦cadas de bombardeos a partir 1958 el env¨ªo de propaganda y la emisi¨®n de mensajes radiof¨®nicos a uno y otro lado se convirti¨® en la t¨®nica del d¨ªa a d¨ªa en el estrecho. Hoy aquellos tiempos dif¨ªciles son un atractivo para el turismo que llega a la ¨ªnsula; t¨²neles como el de Zhaishan, meg¨¢fonos gigantes como el que se puede encontrar junto a la base tri¨¢ngulo o el muro de sonido que serv¨ªa como altavoz para la propaganda taiwanesa son ahora un reclamo m¨¢s para los viajeros. La de Teresa Teng era una de las principales voces de esa propaganda hacia China, adem¨¢s de uno de los activos m¨¢s utilizados por el ej¨¦rcito de la Rep¨²blica de China (Taiw¨¢n) para animar a las tropas; las fotograf¨ªas de sus visitas a la isla, las pel¨ªculas y las canciones de la diva de la m¨²sica en Asia forman parte de la exhibici¨®n permanente del antiguo Guest hotel, el que fuera alojamiento de los invitados extranjeros y personal militar de alto rango durante el conflicto.
Hoy el sonido de las armas ya no se escucha en la ¨ªnsula. Los tanques que apuntan desde la base triangulo hacia China est¨¢n inactivos; lo que antes era una base crucial en la l¨ªnea de defensa es hoy un santuario para los observadores de aves. Los veteranos se suelen acercar al pabell¨®n que el gobierno de la isla construy¨® en su honor. All¨ª las fotograf¨ªas de j¨®venes soldados se mezclan con ropas y recuerdos de un pasado armado. La se?ora Zhang lleva algo m¨¢s de dos a?os trabajando en el pabell¨®n. ¡°Los veteranos vienen con sus hijos y nietos para que conozcan la historia¡±, nos cuenta sobre el lugar. Muchos taiwaneses sirvieron durante el servicio militar en Kinmen y, ahora que no hay confrontaci¨®n, regresan con sus familias para rememorar su juventud. El museo conmemorativo del General Hu es otro de esos lugares a los que llegan los viejos soldados. Hu estuvo al frente de la defensa de la isla durante la batalla de Guningtou y la segunda crisis del estrecho en 1958. Los locales lo tienen en gran estima por los esfuerzos que llev¨® a cabo por mejorar las condiciones de vida de los civiles durante el conflicto. En la ¨²ltima p¨¢gina de su diario el general dej¨® escrito: ¡°Cuando muera quiero que mis cenizas sean dispersadas entre el gran y el peque?o Kinmen y que mi esp¨ªritu descanse en la torre Juguang¡±. La torre, erigida en homenaje a los soldados que defendieron la isla, es una de las principales atracciones de la zona. La se?ora Chen, de la disciplina espiritual Falun Gong, viene casi todos los d¨ªas hasta aqu¨ª para hablar con los turistas que llegan desde la Rep¨²blica Popular China sobre el porqu¨¦ de la prohibici¨®n de Falun Gong en el lado continental. ¡°Algunos turistas que llegan desde China empiezan a llorar cuando conocen nuestra historia¡±, cuenta tras hablar con un grupo de viajeros de Xiamen.
La empresa Ever Rich abr¨ªa recientemente en Kinmen el mayor duty free de Asia. El proyecto forma parte de un acuerdo de colaboraci¨®n p¨²blico-privada para atraer m¨¢s visitantes; el gobierno cede el terreno y durante un periodo de 50 a?os la empresa se encarga de todo lo dem¨¢s, BOT (en sus siglas en ingl¨¦s, build-operate-transfer). La primera planta del edificio es un paseo por el lado m¨¢s excesivo de las marcas de lujo. El a?o que viene el hotel de cinco estrellas adyacente al centro comercial de Ever Rich ¡ªtambi¨¦n gestionado por la cadena¡ª comenzar¨¢ su actividad. Con este hotel Kinmen busca ¡°un nuevo tipo de turistas con muchas m¨¢s posibilidades econ¨®micas¡±, nos cuenta Wu Ru-ming. La construcci¨®n de ambos edificios se ha llevado a cabo en poco m¨¢s de dos a?os, otra muestra m¨¢s de la velocidad a la que se mueven las cosas en el estrecho de Taiw¨¢n. Con la misma rapidez se llev¨® a cabo la adaptaci¨®n de muchas de las bases militares ¡ªpara que el p¨²blico pudiera acceder a ellas¡ª o la construcci¨®n de museos dedicados a diferentes batallas.
El proceso de la retirada de minas antipersona ha sido sin embargo m¨¢s lento; durante m¨¢s de siete a?os la unidad para la retirada de minas del ej¨¦rcito de la Rep¨²blica de China (Taiw¨¢n) y varias compa?¨ªas privadas se han encargado de desactivar m¨¢s de 95.000 artefactos. En Lieyu ¡ªuna peque?a isla que forma parte de Kinmen¡ª se ha construido un parque tem¨¢tico sobre minas antipersona, otra iniciativa para crear beneficios a trav¨¦s del pasado de la zona. Hong Mu-Sheng es el due?o de un hotel-restaurante frente al parque. Mientras cierra una de las bolsas de patatas de taro que vender¨¢ en el futuro el se?or Hong sonr¨ªe y nos cuenta que ¡°ahora las cosas son muy diferentes. Los turistas vienen y dejan beneficios. El futuro pinta bien¡±.
¡°En 2017 abriremos al p¨²blico los islotes Dadan y Erdan¡±, comentaba Chang Jui-hsin sobre futuros proyectos en el archipi¨¦lago. Estos dos islotes pasaban del control militar al civil en julio de este a?o, finalizando de esta manera con el control por parte del ej¨¦rcito taiwan¨¦s de grandes ¨¢reas terrestres en el estrecho. M¨¢s all¨¢ del turismo las relaciones entre las dos partes se han intensificado especialmente en el sector comercial; Wu Ru-ming afirmaba que ¡°muy pronto Kinmen podr¨¢ comprar agua m¨¢s barata a China¡±, algo que Taiw¨¢n tendr¨¢ que analizar a conciencia por temas de seguridad nacional. Hasta ahora la pol¨ªtica de los tres enlaces ha tra¨ªdo beneficios a los dos adversarios y Kinmen es el ejemplo m¨¢s claro de ello. A pesar del buen momento muchos ciudadanos en la isla se muestran cautos sobre la progresiva apertura al vecino continental; hace m¨¢s de una d¨¦cada Lijun Sheng indicaba en el libro China y Taiw¨¢n, relaciones entre ambos lados del estrecho bajo el mandato de Chen Shui-bian (2002) que ¡°Taipei no deber¨ªa esperar conseguir beneficios econ¨®micos de los tres grandes enlaces sin pagar un precio pol¨ªtico¡±.
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