Nace el primer servicio meteorol¨®gico espacial en espa?ol
Hoy se estrena una red que ofrecer¨¢ informes diarios y alertas por tormentas solares
Cada cierto tiempo, las tormentas solares amenazan a la Tierra sin que la mayor¨ªa de la poblaci¨®n sea muy consciente de ello. Las m¨¢s potentes liberan tanta energ¨ªa como 10.000 millones de bombas at¨®micas como la de Hiroshima. Estos estallidos de radiaci¨®n y perturbaciones geomagn¨¦ticas afectan a los sistemas el¨¦ctricos y los sat¨¦lites y pueden dejar regiones enteras sin luz, radio, GPS y otras tecnolog¨ªas de las que cada vez somos m¨¢s dependientes. Poder advertir de la llegada de estas tormentas y calcular su impacto es uno de los objetivos de los incipientes servicios de meteorolog¨ªa espacial que est¨¢n poniendo en marcha algunos pa¨ªses. Hoy comienza a funcionar de forma oficial el primero en espa?ol. Se trata del Servicio Nacional de Meteorolog¨ªa Espacial (SeNMEs), que ofrecer¨¢ informes diarios y alertas en caso de eventos extremos relacionados con la actividad solar.
Hasta hace poco, la mayor¨ªa de las predicciones eran a nivel planetario. Pero igual que el tiempo atmosf¨¦rico, los efectos de una tormenta solar var¨ªan localmente y lo que puede ser un d¨ªa espl¨¦ndido para Washington puede no serlo para Madrid. El servicio que se estrena hoy ser¨¢ el primero que aporte datos v¨¢lidos sobre los impactos de la actividad solar para toda Espa?a.
Una tormenta de gran tama?o podr¨ªa causar da?os por dos billones de d¨®lares, seg¨²n la Academia Nacional de Ciencias de EEUU
El SeNMEs nace con la intenci¨®n de ser un primer paso hacia la elaboraci¨®n de una estrategia estatal en caso de tormentas solares intensas. ¡°En Espa?a, la meteorolog¨ªa espacial no es tan intensa como en otros pa¨ªses, pero el d¨ªa en que s¨ª haya un evento serio puede haber muchos problemas por falta de preparaci¨®n, como ya nos pasa con las tormentas de nieve y otros cambios de tiempo bruscos¡±, explica Consuelo Cid, investigadora de la Universidad de Alcal¨¢ de Henares y cient¨ªfica principal del SeNMEs. Por el momento, recuerda, no hay ning¨²n protocolo de actuaci¨®n en Espa?a ante estos eventos. Otros pa¨ªses como B¨¦lgica o Reino Unido, que inaugur¨® recientemente su servicio de meteorolog¨ªa espacial, s¨ª lo tienen. Uno de los objetivos del nuevo servicio es sumarse a la red internacional de 15 observatorios regionales de tiempo espacial existentes hasta el momento. ¡°El nuestro es el primero en espa?ol¡±, detalla Cid.
El SeNMEs tiene cuatro grandes indicadores. Los dos primeros muestran el riesgo de apagones de radio y la llegada de part¨ªculas solares en cada momento usando datos en tiempo real de la Agencia Nacional Atmosf¨¦rica de EEUU. Los otros dos muestran la actividad de tormentas geomagn¨¦ticas y el riesgo de corrientes inducidas en Espa?a. Potencialmente todo lo que funciona con electricidad puede verse afectado por estos cambios de tiempo, desde el tendido el¨¦ctrico a las se?alizaciones ferroviarias pasando por los oleoductos y los gasoductos, se?ala Cid.
La mayor tormenta conocida
Por eso, las aplicaciones del nuevo servicio son especialmente interesantes para empresas el¨¦ctricas, compa?¨ªas a¨¦reas y de comunicaciones, aunque los efectos del tiempo solar puedan afectar a todos los ciudadanos. ¡°Es evidente que si el GPS no te funciona durante un rato no tiene importancia pero imagina que de repente se va la imagen justo antes de gol en una final del Mundial, que dejan de funcionar los cajeros autom¨¢ticos o que el sistema se cuelga justo cuanto est¨¢s haciendo una transferencia bancaria y se acaba perdiendo¡±, comenta Cid.
La mayor tormenta solar registrada hasta el momento sucedi¨® en 1859. Tumb¨® el tel¨¦grafo en zonas de EEUU y Reino Unido y provoc¨® auroras boreales en lugares tan at¨ªpicos como las Islas Canarias o Cuba. Los efectos de una tormenta de esta magnitud en el mundo actual podr¨ªan causar da?os por unos dos billones de d¨®lares, o 20 veces m¨¢s que el hurac¨¢n Katrina, seg¨²n la Academia Nacional de Ciencias de EEUU. En 2012, una tormenta de dimensiones similares estuvo a punto de impactar en la Tierra. Lo sabemos ahora, pero si hubiera venido directa hacia el planeta no podr¨ªamos haber hecho mucho para evitarla.
La meteorolog¨ªa espacial es a¨²n una ciencia incipiente y los sat¨¦lites actuales que sirven de centinelas ante las inclemencias del Sol solo permiten avisar con un margen peque?o de tiempo. En caso de que una tormenta muy severa viniese directa a Espa?a, el servicio nacional podr¨ªa avisar con unos 30 minutos de antelaci¨®n, se?ala Cid. Muchos de los da?os ser¨ªan inevitables, reconoce, de lo que se trata es de tener sistemas que permitan saber cu¨¢ntos de esos da?os s¨ª se podr¨ªan esquivar gracias al tipo de observaciones que est¨¢n disponibles desde hoy.
El d¨ªa en que haya un evento serio puede haber muchos problemas por falta de preparaci¨®n"
El sistema nace justo cuando puede ser m¨¢s necesario. El Sol sigue ciclos de actividad de 11 a?os. En la actualidad est¨¢ en m¨¢ximo descendiente. ¡°Aunque las tormentas pueden suceder en cualquier punto del periodo, este es el momento en el que se han producido las tormentas m¨¢s importantes de las que tenemos constancia¡±, detalla Cid. Aunque los efectos de una tormenta pueden golpear en cualquier momento, Cid se?ala que, en Espa?a, el mayor peligro est¨¢ en las horas cercanas al mediod¨ªa. Son algunas de las pocas cosas que su equipo ha ido averiguando a lo largo de a?os de estudio del tiempo espacial. ¡°Los meteor¨®logos nos llevan muchas d¨¦cadas de ventaja y a¨²n as¨ª se equivocan, nosotros solo llevamos 10 a?os as¨ª que a¨²n nos hace falta mucho trabajo¡±, concluye.
El ¨ªndice ?
El servicio nacional se basa en un nuevo ¨ªndice adaptado a Espa?a y que mide las perturbaciones magn¨¦ticas causadas por el Sol a ras de suelo, usando los datos del Observatorio de San Pablo (Toledo) dependiente del Instituto Geogr¨¢fico Nacional. El indicador se denomina ¨ªndice de Perturbaci¨®n Local en Espa?a (LDi?). Los datos recogidos se extrapolan para todo el pa¨ªs y esto permite componer un mapa del tiempo espacial en Espa?a de cuya elaboraci¨®n se encarga otro equipo de la Universidad Complutense de Madrid. El servicio tambi¨¦n usa datos de una red de sat¨¦lites que observan todo el proceso que va desde la erupci¨®n de llamaradas solares como hacen el SDO o el SOHO a sus efectos dentro y fuera de la magnetosfera terrestre como el GOES o el ACE. El proyecto cuenta con una financiaci¨®n de 100.000 euros de un proyecto de investigaci¨®n b¨¢sica del Ministerio de Econom¨ªa y tiene una duraci¨®n prevista hasta 2016.
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