Perreras de escaparate

Paseando estos d¨ªas por alg¨²n centro comercial he podido comprobar c¨®mo muchos ni?os se agolpaban frente a los escaparates de las tiendas de animales. No ser¨¢n pocos los que esta Navidad pidan, en sus cartas a los Reyes Magos o a Pap¨¢ Noel, una mascota con la que compartir juegos. Pero la otra cara de la moneda se encuentra tras las rejas de cientos de perreras repartidas por todo el pa¨ªs. En ellas, muchos animales, algunos llegados en su d¨ªa de Oriente o del Polo Norte, esperan a que se asomen a sus barrotes ni?os y mayores para llevarles a sus hogares mientras pasan los d¨ªas a la espera de un futuro, cuanto menos, incierto. Tengamos en cuenta en estas fechas, y el resto del a?o, que las perreras y las protectoras de animales son una opci¨®n solidaria que no podemos olvidar si decidimos, con responsabilidad, tener una mascota en casa. Quiz¨¢ sus escaparates no sean tan bonitos ni tan c¨¦ntricos, pero la alegr¨ªa que estos animales traer¨¢n a nuestros hogares es algo inmenso que no tiene nada que ver con su origen.¡ª Fernando Fanlo Pini¨¦s.

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