Dos semanas menos de radioterapia
Administrar dosis m¨¢s altas permite acortar el tiempo de terapia de cinco a tres semanas El hipofraccionamiento se aplica al 30% de pacientes con c¨¢ncer de mama
Vicenta tiene m¨¢s de 50 a?os y un tumor de mama peque?o de buen pron¨®stico que no ha llegado a afectar los ganglios. Hace cinco a?os, despu¨¦s de operarle y extirparle las c¨¦lulas neopl¨¢sicas, deber¨ªa de haberse sometido a cinco semanas de tratamiento de radioterapia, con sesiones de lunes a viernes. Sin embargo, ahora solo se someter¨¢ a los haces de rayos X del acelerador lineal del Instituto Valenciano de Oncolog¨ªa (IVO) durante tres semanas.
La radioterapia contra el c¨¢ncer de mama precoz est¨¢ cambiando. El objetivo consiste en acortar el n¨²mero de sesiones a cambio de aumentar la intensidad (la irradiaci¨®n) en cada una de ellas. Esta t¨¦cnica, denominada hipofraccionamiento, ya se aplica en un 30% de las pacientes, seg¨²n estima Manel Algara, especialista en oncolog¨ªa radioter¨¢pica del Grupo Espa?ol de Investigaci¨®n en C¨¢ncer de Mama (Geicam), aunque la tasa ¨®ptima deber¨ªa acercarse al 40%.
El cambio de perspectiva arranca con dos estudios (uno brit¨¢nico de 2008, otro canadiense de 2010) que pretend¨ªan dar respuesta a la siguiente pregunta: ?Es igual de eficaz y de seguro irradiar durante menos tiempo , pero con dosis algo m¨¢s altas el tejido tumoral? La intenci¨®n era ahorrar a las pacientes inc¨®modos desplazamientos diarios. No es casualidad que uno de los grupos impulsores de estos estudios fuera canadiense, un pa¨ªs con enormes distancias y donde los centros de tratamiento pueden estar a centenares de kil¨®metros de las enfermas.
Los estudios concluyeron que el tratamiento resulta igual de satisfactorio. En especial el impulsado por el Instituto Nacional del C¨¢ncer de Canad¨¢, que evalu¨® a un grupo de 622 mujeres durante 10 a?os. En lugar de 2 grays (unidad de dosis de radiaci¨®n absorbida) por sesi¨®n durante 25 d¨ªas, se administr¨® a estas mujeres 2,65 grays en 16 d¨ªas. Al comparar los resultados, la tasa de recurrencia del tumor fue similar a la del grupo de control, que fue sometida al tratamiento convencional. Tampoco se registraron problemas de endurecimiento del tejido a pesar del riesgo de que existe por exceso de radiaci¨®n, ni resultados est¨¦ticos indeseados como una mayor pigmentaci¨®n.
A partir de entonces, la t¨¦cnica se ha ido extendiendo por los servicios de los distintos hospitales. En 2010, el grupo de mama de la Sociedad Espa?ola de Oncolog¨ªa Radioter¨¢pica hizo una encuesta y observ¨® que esta t¨¦cnica solo se empleaba en un 5% de los casos. En estos momentos, beneficiada por el diagn¨®stico precoz y la detecci¨®n de los tumores en los estadios iniciales, hay centros que ya lo ofrecen al 40% e incluso el 50% de los pacientes, como el IVO, seg¨²n indica Leoncio Arribas, jefe de servicio de oncolog¨ªa radioter¨¢pica del centro. En la poblaci¨®n diana, las tasas son mucho m¨¢s elevadas. Algara pone como ejemplo su centro, el hospital del Mar de Barcelona, donde todas las pacientes que se ajustan a los criterios de inclusi¨®n de la terapia reciben tratamientos intensivos. Aunque admite que no pasa lo mismo en todos los centros ya que a¨²n hay especialistas reacios a abandonar la terapia cl¨¢sica.
Las ventajas no se limitan a ahorrar viajes y evitar el mal trago que supone pasar por dos semanas m¨¢s de tratamiento. Los m¨¦dicos pueden emplear las sesiones que dejan libre el hipofraccionamiento para otras enfermas y as¨ª aumentar el n¨²mero de mujeres atendidas.
De momento existen limitaciones, como las mujeres menores de 50 a?os o aquellas con afectaci¨®n de los ganglios. No porque esta estrategia terap¨¦utica sea menos eficaz, sino porque en los estudios de largo plazo realizados hasta ahora apenas se incluy¨® a pacientes con estas caracter¨ªsticas y los especialistas prefieren ser prudentes y ofrecer en estos casos la irradiaci¨®n cl¨¢sica. Sin embargo, es probable que el hipofraccionamiento se extienda, ya que hay distintos estudios en marcha con estos y otros grupos de pacientes cuyos primeros resultados son esperanzadores. Y lo mismo sucede con otros tumores. Por ejemplo, el de pr¨®stata, donde tambi¨¦n se aplica. O en tratamientos intensivos de procesos cerebrales.
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