La revoluci¨®n de las compresas
Un ex soldador inventa una m¨¢quina para fabricar este producto de higiene femenina a bajo coste en India En ese pa¨ªs, estigmatizadas cuando tienen la regla, solo un 12% de las mujeres las utiliza dado su elevado precio
¡°Los d¨ªas de la menstruaci¨®n eran muy dif¨ªciles antes de usar compresas¡±, cuenta Revathi, una joven de Velur, un peque?o pueblo en Tamil Nadu, en el sur de la India. Cuando empez¨® a menstruar tuvo mucho miedo porque no sab¨ªa de lo que se trataba, recuerda. ¡°Nadie me hab¨ªa dicho nada. A m¨ª me daba verg¨¹enza preguntar y a mi madre le daba reparos explicarme de qu¨¦ se trataba. Cuando tuve mi primer periodo s¨®lo me dijo que cortara un poco de tela de un sari viejo y que me lo pusiera por unos d¨ªas y que ya se me pasar¨ªa. Pero cada mes era dif¨ªcil. No quer¨ªa moverme mucho o salir de casa por miedo a manchar la ropa¡±, explica.
La menstruaci¨®n es un tab¨² en India y es muy dif¨ªcil que se hable abiertamente de ella, incluso en las casas o en las escuelas. Las tradiciones dictan que las mujeres no deben entrar en los templos o ir a lugares p¨²blicos cuando tienen la regla. Por eso muchas prefieren quedarse en casa, interrumpiendo as¨ª sus actividades diarias. El 28% de las adolescentes faltaban a clase al menos un d¨ªa por este motivo em 2010, seg¨²n un estudio que el Gobierno encarg¨® ese a?o a la consultora Nielsen.
En India, s¨®lo un 12% de las mujeres usa compresas. La mitad de las mujeres no las utiliza porque son muy caras y un tercio por desconocimiento, seg¨²n una investigaci¨®n para la que se entrevist¨® a un millar de ellas en nueve Estados del pa¨ªs. La gran mayor¨ªa usa trozos de tela o pa?os, como hac¨ªa Revathi. Esto provoca que exista una elevada tasa de infecciones urinarias y vaginales. El jefe de comunicaci¨®n para el desarrollo de Unicef, Mario Mosquera, explica que la utilizaci¨®n de tejidos no es perjudicial. ¡°El problema es que la menstruaci¨®n es un proceso biol¨®gico estigmatizado y eso lleva a que el lavado y secado de las telas se haga de una forma clandestina. En definitiva, provoca pr¨¢cticas poco higi¨¦nicas. Muchas incluso no los limpian antes de usarlos o cuando lo hacen, no los secan al sol¡±, detalla.
Para Revathi, las cosas cambiaron hace cuatro a?os, cuando empez¨® a trabajar en una f¨¢brica de compresas de bajo coste que se estableci¨® en su pueblo, en una zona rural. ¡°Cuando un grupo de mujeres comenzamos a fabricarlas y bajaron los precios, la gente empez¨® poco a poco a hablar de sus ventajas. Y tambi¨¦n a comprarlas¡±, recuerda. Parte de su trabajo es venderlas casa por casa y charlar con adolescentes y adultas sobre temas de higiene femenina. Revathi asegura que de esta manera es m¨¢s f¨¢cil para las mujeres adquirirlas porque en las tiendas es muy probable que el tendero sea un hombre, lo que pone a las chicas en una situaci¨®n muy dif¨ªcil.
La menstruaci¨®n es un tab¨² en India y es muy dif¨ªcil que se hable abiertamente de ella
La due?a de esa f¨¢brica, Sumathi Kartikeya, asegura que producen hasta mil compresas al d¨ªa, con un coste de producci¨®n de un euro por cada 40 piezas. El precio final de venta de cada paquete de ocho piezas es de 40 c¨¦ntimos de euro. Un precio asequible, afirma la responsable de la factor¨ªa, hasta para las personas con menos recursos. ¡°Las compresas baratas han cambiado la vida de las mujeres que no sal¨ªan de sus casas por temor a ensuciarse. En las escuelas o en la calle es dif¨ªcil encontrar ba?os y es dif¨ªcil revisar o cambiar los pa?os. Con las compresas pueden estar varias horas fuera y seguir adelante con sus vidas¡±, asegura Sumathi, quien adem¨¢s da trabajo a siete mujeres.
La aventura de Sumathi es posible gracias a una m¨¢quina, tambi¨¦n de bajo coste, con la que se producen las compresas. El artilugio fue inventado por un hombre, Arunachalam Muruganantham, un exsoldador que vive en Coimbatore, una de las principales ciudades del sur de India. Inquieto e ingenioso, cuenta que su curiosidad por la menstruaci¨®n empez¨® poco despu¨¦s de casarse. ¡°Shanti, mi esposa, se pon¨ªa muy nerviosa algunos d¨ªas. Iba y ven¨ªa escondiendo unos trapos. Cuando, por fin, me confes¨® por qu¨¦ era y supe de las compresas, me sorprendi¨® que algo tan necesario para las mujeres fuera tan caro. En las zonas rurales de India, las marcas internacionales no son accesibles, las familias tendr¨ªan que prescindir de cosas indispensables para comprar un pedazo de algod¨®n a precios desorbitados¡±.
As¨ª, durante a?os investig¨® los componentes de las toallas sanitarias y descubri¨® que era celulosa, un material muy absorbente. En ese proceso, su mujer lleg¨® a abandonarle durante un tiempo porque pensaba que era muy raro que investigase sobre este tema y en su comunidad ve¨ªan extra?o que un var¨®n se preocupase por la menstruaci¨®n. Pero pas¨® el tiempo y finalmente Muruganantham ide¨® una m¨¢quina muy sencilla y f¨¢cil de manejar para fabricarlas. Ya ha vendido un millar de unidades de su artilugio en India, a veces a cambio de animales u otros bienes, y ha empezado a comercializarlo en 18 pa¨ªses en desarrollo en Asia y ?frica. Asegura que con sus m¨¢quinas, en India se han creado m¨¢s de 15.000 empleos femeninos y que ha mejorado la vida de miles de ellas.
El inventor cree que para que India ¡ªo cualquier pa¨ªs en desarrollo¡ª siga creciendo, se deben dar oportunidades iguales a las mujeres, para que se integren al mercado laboral. ¡°La clave de la equidad comienza por la higiene menstrual. Las chicas deben sentirse seguras cuando van a la escuela, para que no la dejen y puedan seguir con su desarrollo. En todo el mundo, ellas son luchadoras y quieren superarse. El problema es que no tienen las mismas oportunidades¡±, sentencia.
El 28% de las adolescentes faltan a la escuela cuando tienen la regla
La visi¨®n machista de la regla y que no haya ba?os en los colegios son factores que influyen en el elevado absentismo escolar femenino, opina Mosquera, de Unicef. Cualquier trabajo para mejorar la higiene femenina es, asegura, un punto de partida para abordar otros temas relacionados con la discriminaci¨®n de las mujeres, como el matrimonio temprano. Su organizaci¨®n, entre otras cuestiones, trata de acabar con el estigma de la menstruaci¨®n y organiza grupos de discusi¨®n entre chicas para que hablen de este y otros temas importantes para su desarrollo. "El reto de mejorar la higiene menstrual es inmenso por las dimensiones del pa¨ªs, pero posible pues hay un gran inter¨¦s por parte del Gobierno. Este es un punto importante en su agenda de salud as¨ª como para la sociedad civil y las agencias internacionales para el desarrollo¡±. De hecho, un programa del gobierno subvenciona compresas para chicas en la escuela en 200 distritos.
A la f¨¢brica de Muruganantham ha llegado, desde una aldea lejana, Rekha. Dice que ley¨® un reportaje sobre el invento del exsoldador en el peri¨®dico y que est¨¢ interesada en comprar una de las m¨¢quinas. Afirma que le gustar¨ªa dar empleo a otras mujeres y que las chicas de su aldea est¨¦n m¨¢s c¨®modas durante la regla para que no falten a la escuela. Ella tambi¨¦n quiere ser parte de la revoluci¨®n de las compresas.
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