El a?o del desarrollo sostenible
La consecuci¨®n de los ODS requerir¨¢ una reforma profunda del sistema financiero mundial Hay que dedicar recursos empleados en los conflictos armados o los que escapan al fisco a atender prioridades como la salud, la educaci¨®n y la energ¨ªa limpia
El a?o 2015 ser¨¢ la mayor oportunidad de nuestra generaci¨®n para hacer avanzar el mundo hacia un desarrollo sostenible. Tres negociaciones de alto nivel entre los meses de julio y diciembre pueden reorganizar el programa mundial de desarrollo y dar un importante impulso a cambios decisivos en el funcionamiento de la econom¨ªa mundial. Con el llamamiento del Secretario General de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, en pro de la adopci¨®n de las medidas recogidas en su informe La senda a la dignidad, comienza el A?o del Desarrollo Sostenible.
En julio de 2015, los dirigentes del mundo se reunir¨¢n en Addis Abeba (Etiop¨ªa) para formular las reformas del sistema financiero. En septiembre, volver¨¢n a reunirse para aprobar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) a fin de que gu¨ªen las pol¨ªticas nacionales y mundiales hasta 2030. Y, en diciembre de 2015, se encontrar¨¢n en Paris para aprobar un acuerdo mundial encaminado a evitar los peligros del cambio clim¨¢tico inducido por el hombre.
El objetivo fundamental de esas cumbres es el de poner el mundo rumbo al desarrollo sostenible o el crecimiento sostenible y no excluyente, lo que quiere decir un crecimiento que aumente los niveles de vida medios, beneficie a la sociedad (y no solo a los ricos) mediante la distribuci¨®n de la riqueza, y proteja (en vez de destruir) el medio ambiente.
La econom¨ªa mundial es bastante v¨¢lida para lograr el crecimiento econ¨®mico, pero falla a la hora de velar porque este sea medioambientalmente sostenible y se comparta equitativamente la prosperidad. La raz¨®n es sencilla: las mayores empresas del mundo persiguen implacable, y bastante logradamente, sus propios beneficios, con demasiada frecuencia a expensas de la equidad econ¨®mica y del medio ambiente.
La obtenci¨®n del m¨¢ximo beneficio no garantiza una distribuci¨®n razonable de la renta ni un planeta seguro. Al contrario, la econom¨ªa mundial est¨¢ dejando atr¨¢s a un gran n¨²mero de personas, tambi¨¦n en los pa¨ªses m¨¢s ricos, mientras que el propio planeta Tierra padece una amenaza sin precedentes, por el cambio clim¨¢tico causado por el hombre, la contaminaci¨®n, el agotamiento del agua y la extinci¨®n de innumerables especies.
La premisa de la que parten los ODS es la necesidad de un r¨¢pido y trascendental cambio. Como dijo John F. Kennedy hace medio siglo: ¡°Al determinar nuestro objetivo m¨¢s claramente, al hacer que parezca m¨¢s viable y menos remoto, podemos ayudar a todas las personas a verlo, a sentir la esperanza que entra?a y a avanzar irresistiblemente hacia ¨¦l¡±. Ese es el mensaje esencial de Ban a los Estados miembros de la ONU: Determinemos claramente los ODS y con ello inspiremos a los ciudadanos, las empresas, los gobiernos, los cient¨ªficos y la sociedad civil en todo el mundo para avanzar hacia su consecuci¨®n.
Los fines principales de los ODS ya est¨¢n acordados. Una comisi¨®n de la Asamblea General de la ONU determin¨® 17 objetivos, incluidos la erradicaci¨®n de la pobreza extrema, la garant¨ªa de la educaci¨®n y la salud para todos y la lucha contra el cambio clim¨¢tico provocado por el hombre. La Asamblea General en conjunto se ha pronunciado a favor de esas prioridades. El paso decisivo que falta es el de convertirlas en un conjunto viable de metas. Cuando se propusieron los ODS por primera vez en 2012, los miembros de la ONU dijeron que deb¨ªan ¡°estar orientados a la adopci¨®n de medidas¡±, ser ¡°f¨¢ciles de comunicar¡± y ¡°de n¨²mero limitado¡±, y muchos gobiernos se mostraron partidarios de un total de tal vez entre diez y doce objetivos que abarcaban los 17 sectores prioritarios.
La consecuci¨®n de los ODS requerir¨¢ una reforma profunda del sistema financiero mundial, objetivo primordial de la Conferencia sobre la Financiaci¨®n para el Desarrollo. Hay que dedicar los recursos que se emplean en los conflictos armados, los que escapan por los resquicios fiscales para los ricos y los desembolsos desorbitados destinados a nuevas extracciones de petr¨®leo, gas y carb¨®n a atender prioridades como, por ejemplo, la salud, la educaci¨®n y la energ¨ªa con bajas emisiones de carbono, adem¨¢s de adoptar medidas m¨¢s contundentes para luchar contra la corrupci¨®n y la fuga de capitales.
En la cumbre que se celebrar¨¢ en el pr¨®ximo mes de julio, se intentar¨¢ conseguir un compromiso de los gobiernos del mundo para que asignen m¨¢s fondos a necesidades sociales. Adem¨¢s, se buscar¨¢n formas mejores de velar por que la ayuda para el desarrollo llegue a los pobres, aprovechando las ense?anzas que se desprenden de programas de ¨¦xito como, por ejemplo, el Fondo Mundial de Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y el Paludismo. Una de las innovaciones deber¨ªa ser la creaci¨®n de un Fondo Mundial para la Educaci¨®n, para vigilar que los ni?os de cualquier parte del mundo puedan asistir a la escuela, al menos, hasta el final del segundo nivel. Tambi¨¦n necesitamos formas mejores de encauzar el dinero privado con miras a unas infraestructuras sostenibles, como por ejemplo, la energ¨ªa e¨®lica y solar.
Esos objetivos est¨¢n a nuestro alcance. De hecho, son la ¨²nica forma de que disponemos para poner fin al derroche de billones de d¨®lares en burbujas financieras, guerras in¨²tiles y formas de energ¨ªa medioambientalmente destructivas.
El ¨¦xito en los pr¨®ximos meses de julio y septiembre dar¨¢ impulso a las decisivas negociaciones sobe el cambio clim¨¢tico que se celebrar¨¢n en Par¨ªs en diciembre. El debate sobre el calentamiento planetario es aparentemente eterno. En los 22 a?os transcurridos desde que el mundo firm¨® la Convenci¨®n Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Clim¨¢tico en la Cumbre de la Tierra celebrada en R¨ªo, se han producido muy pocos avances en cuanto a la adopci¨®n de medidas reales. A consecuencia de ello, es probable que 2014 sea el a?o m¨¢s c¨¢lido en la historia desde que se tienen registros. Un a?o que tambi¨¦n ha tra¨ªdo sequ¨ªas devastadoras, inundaciones, tormentas con graves consecuencias y olas de calor.
En 2009 y 2010, los gobiernos del mundo acordaron mantener el aumento de la temperatura mundial por debajo de dos grados cent¨ªgrados respecto de la era preindustrial. Sin embargo, el calentamiento va camino de alcanzar entre cuatro y seis grados al final de este siglo, lo bastante alto para devastar la producci¨®n mundial de alimentos y aumentar espectacularmente la frecuencia de los fen¨®menos meteorol¨®gicos extremos.
Para no superar el l¨ªmite de los dos grados, los gobiernos deben adoptar un concepto fundamental: el de la ¡°descarbonizaci¨®n profunda¡± del sistema energ¨¦tico, lo que significa un cambio decisivo de las fuentes de energ¨ªa que emiten carbono (carb¨®n, petr¨®leo y gas), para sustituirlas por otras como la e¨®lica, solar, nuclear e hidroel¨¦ctrica, adem¨¢s de adoptar las tecnolog¨ªas de captura y almacenamiento de carbono cuando se sigan utilizando los combustibles f¨®siles. La energ¨ªa sucia, con altas emisiones de carbono, debe ceder el paso a una limpia, con escasas o nulas emisiones de carbono, y se debe utilizar toda la energ¨ªa de manera mucho m¨¢s eficiente.
Un futuro acuerdo sobre el clima debe reafirmar el l¨ªmite de los dos grados de calentamiento, incluir compromisos de ¡°descarbonizaci¨®n¡± nacional hasta 2030 y ¡°trayectorias¡± (o planes) de descarbonizaci¨®n profunda hasta 2050. As¨ª como impulsar el objetivo global a gran escala para que gobiernos y empresas mejoren las tecnolog¨ªas energ¨¦ticas con escasas emisiones de carbono, adem¨¢s de dar ayuda fiable y a gran escala a los pa¨ªses m¨¢s pobres que afrontan problemas clim¨¢ticos. Estados Unidos, China y los miembros de la Uni¨®n Europea, y otros pa¨ªses, ya han indicado su intenci¨®n de avanzar en la direcci¨®n correcta.
Los ODS pueden brindar una v¨ªa hacia el desarrollo econ¨®mico tecnol¨®gicamente avanzado, socialmente justo y medioambientalmente sostenible. Un acuerdo en las tres cumbres del a?o pr¨®ximo no garantizar¨¢ el ¨¦xito del desarrollo sostenible, pero, desde luego, dichos encuentros pueden orientar la econom¨ªa mundial en la direcci¨®n id¨®nea. Y no volveremos a tener esa oportunidad en nuestra generaci¨®n.
Jeffrey D. Sachs es profesor de Desarrollo Sostenible y de Pol¨ªtica y Gesti¨®n de la Salud y director del Instituto de la Tierra en la Universidad de Columbia. Tambi¨¦n es Asesor Especial del Secretario General de las Naciones Unidas sobre los Objetivos de Desarrollo del Milenio.
Copyright: Project Syndicate, 2014.
Traducido del ingl¨¦s por Carlos Manzano.
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