Sin reformas, 2015 ser¨¢ un a?o perdido
La coyuntura econ¨®mica ha cambiado, pero los desequilibrios no se han superado. Hay que abandonar el modelo espa?ol de mercados r¨ªgidos y baja calidad de protecci¨®n social que ha producido millones de parados
Para los interesados en el corto plazo, en la coyuntura econ¨®mica, 2015 ser¨¢ un buen a?o. Para los interesados en cambiar las cosas, en mejorar nuestra estructura econ¨®mica, 2015 ser¨¢ un a?o perdido
El a?o pasado la coyuntura cambi¨® de signo. El n¨²mero de parados tuvo que superar los seis millones para que se produjera un ajuste suficiente para el cambio. Una vez m¨¢s Espa?a ha sido un ejemplo de c¨®mo el mercado acaba ajustando siempre, cualesquiera sean las estructuras en las que opere. En otros pa¨ªses el ajuste se produce m¨¢s r¨¢pidamente y con menos costes econ¨®micos y sociales. En Espa?a, donde seguimos bajo la Riginseguridad (mercados r¨ªgidos y baja calidad de protecci¨®n social) el ajuste se produce lentamente y con los costes brutales de cerrar miles de empresas y arrojar al paro a millones de personas. Pero el ajuste se produce.
Los millones de desempleados acaban aceptando cualquier salario y condiciones. La competitividad mejora de la peor forma posible, por el doble efecto de la reducci¨®n de la ocupaci¨®n y el hundimiento de los salarios de los nuevos entrantes. Si Espa?a hubiera contado con leyes e instituciones como las del norte de Europa habr¨ªa alcanzado como m¨¢ximo una tasa de paro del orden del 10%. Con la estructura espa?ola se ha necesitado superar el 25% para que la coyuntura cambie. Y no es la primera vez que esto ocurre. Es la tercera vez que Espa?a se ajusta de forma tan b¨¢rbara.
El cambio de coyuntura continuar¨¢ en 2015. Adem¨¢s del giro derivado del ajuste interno y de las alegr¨ªas presupuestarias, hay otros factores externos que incrementar¨¢n a¨²n m¨¢s el crecimiento en 2015: la ca¨ªda de precio del petr¨®leo, la devaluaci¨®n del euro, y el mayor compromiso del BCE de hacer todo lo posible para animar la econom¨ªa de la eurozona.
La recuperaci¨®n duradera exige dos pol¨ªticas: una estructural nacional y una fiscal europea
La reducci¨®n del precio del petr¨®leo aumenta la renta de los consumidores con lo que que la demanda interna crece sin tener que reducir el ahorro. Este aumento de la demanda es de los buenos, pues no se produce por incremento de gasto p¨²blico improductivo o por disminuci¨®n de impuestos, cuyos negativos efectos se pagan engrosando la deuda p¨²blica. Este aumento de la demanda es gratis. No hay que pagarlo ma?ana.
La devaluaci¨®n del euro tambi¨¦n tendr¨¢ un impacto positivo en la coyuntura. En los anteriores episodios en que el paro super¨® en Espa?a la cota del 20%, la devaluaci¨®n de la peseta fue siempre el ingrediente decisivo para cambiar la coyuntura. En esta crisis, al no tener moneda propia, Espa?a no ha podido devaluar y eso, junto al ingente endeudamiento privado, ha hecho a¨²n m¨¢s lento el cambio de coyuntura. La devaluaci¨®n del euro no tendr¨¢ un efecto tan espectacular como las de la peseta, porque no devaluaremos frente a los pa¨ªses a los que van el grueso de nuestras exportaciones. Pero un euro menos fuerte tambi¨¦n mejora la competitividad de nuestros socios y eso tiene efectos positivos.
Finalmente en 2015 volveremos a contar una vez m¨¢s con la ayuda del Banco Central Europeo (BCE). El BCE fue quien salv¨® a nuestros bancos hace tres a?os con las masivas inyecciones de liquidez a largo plazo. El BCE tambi¨¦n fue quien, con la canciller alemana, salv¨® a Espa?a de salir del euro el verano de 2012, despu¨¦s del derrumbe de confianza en el Reino de Espa?a y en sus bancos que se produjo como consecuencia de las torpes pol¨ªticas de gesti¨®n de crisis aplicadas durante el primer semestre de aquel a?o.
El mantenimiento de tipos de inter¨¦s pr¨®ximos a cero por parte del BCE seguir¨¢ siendo una ayuda impagable para un pa¨ªs de deudores como es Espa?a: los bancos consiguen beneficios aunque caiga el negocio, el Estado disminuye los gastos financieros cumpliendo con mayor comodidad los compromisos de d¨¦ficit y los agentes privados reducen m¨¢s f¨¢cilmente su endeudamiento. Esta ayuda de tipos bajos es ¡°impagable¡± en sentido literal, pues los millones de euros que se ahorran los bancos, el Estado y los agentes privados no tendr¨¢n que ser devueltos m¨¢s adelante.
Estos beneficios de la pol¨ªtica del BCE son muy importantes, pero son tambi¨¦n coyunturales. Para que las actuaciones del Banco Central puedan ayudar a conseguir una recuperaci¨®n intensa y duradera necesita de la contribuci¨®n de otras dos pol¨ªticas: las pol¨ªticas estructurales nacionales y una pol¨ªtica presupuestaria a nivel europeo que hoy es inexistente. Mario Draghi no ha cesado de recordarlo a quienes quieren o¨ªrle. Y aunque es probable que en el 2015 los mercados se fijen al principio en el ambiente de alegr¨ªa coyuntural, acabar¨¢n d¨¢ndose cuenta de la dificultad que supone caminar sin dos de las tres pol¨ªticas necesarias para que la eurozona recupere un crecimiento suficiente y sostenible. Las econom¨ªas de mercado funcionan c¨ªclicamente. A veces van a mejor y a veces a peor. Y esto sucede siempre, cualquiera sea la estructura en la que operen.
El mensaje que transmite el Gobierno es que no acepta el coste pol¨ªtico de reformar
La diferencia es que hay estructuras institucionales que, en todas las fases c¨ªclicas, potencian la mejora de la calidad de sus recursos y facilitan su m¨¢xima utilizaci¨®n, con lo que, al final, consiguen salarios y rentas m¨¢s altas y disponen de m¨¢s medios para financiar las funciones tradicionales del Estado o la protecci¨®n social. Hay otras econom¨ªas, como la nuestra, cuyo modelo productivo sistem¨¢ticamente obtiene resultados comparativamente mediocres en bienestar econ¨®mico y social.
En esta tarea de emprender las necesarias reformas para acercarnos a los pa¨ªses m¨¢s desarrollados, 2015 ser¨¢, otra vez, un a?o perdido. El Gobierno dice la verdad cuando anuncia a bombo y platillo el cambio de coyuntura. Pero no la dice cuando repite que ¡°se han superado todos los desequilibrios¡±. No es verdad. Lo que en realidad est¨¢ diciendo es que ¡°no estoy dispuesto a asumir los costes pol¨ªticos de reformar¡±. Como sucedi¨® en los episodios anteriores, el crecimiento continuar¨¢ varios a?os, pero creceremos como siempre con tasas de ocupaci¨®n m¨¢s bajas que las de otros pa¨ªses, con menos empleos estables, sin mejorar nuestro capital humano y con baja productividad.
El crecimiento del PIB y la creaci¨®n de empleo no son una prueba de haber hecho las reformas estructurales. Durante la anterior fase expansiva (1994-2008) el PIB creci¨® un 60% y se crearon m¨¢s de cuatro millones de puestos de trabajo, m¨¢s que ning¨²n otro pa¨ªs de la Eurozona. Entonces las autoridades tambi¨¦n hablaban ¨²nicamente de la reducci¨®n del paro y del crecimiento del PIB y negaban los problemas estructurales. ¡°No hay burbuja¡± repet¨ªan antes de las elecciones de 2004, pero los problemas del endeudamiento masivo y la p¨¦rdida de competitividad acabaron irrumpiendo a?os despu¨¦s.
Hoy los problemas estructurales no son exactamente los mismos, pero no afrontarlos tendr¨¢ igualmente consecuencias. En la consolidaci¨®n presupuestaria, se dio un paso importante con la reforma de pensiones del 2011 pero en los ¨²ltimos tres a?os el list¨®n de deuda a devolver ha escalado del 67% al 100% del PIB. En el terreno microecon¨®mico, todav¨ªa las empresas espa?olas no cuentan con esquemas de contrataci¨®n y niveles de cotizaci¨®n similares a los de los pa¨ªses m¨¢s avanzados y el Estado sigue sin establecer pol¨ªticas activas que ayuden a conseguir empleo. Las empresas en competencia siguen sufriendo los privilegios de los oligopolios de los sectores m¨¢s regulados. En el campo institucional hay que dar la vuelta a una pol¨ªtica que se ha dedicado ¨²ltimamente a quitar competencias y autonom¨ªa a los ¨®rganos reguladores y a aumentar el intervencionismo gubernamental. La lista es larga y conocida.
Parece que 2015 nos traer¨¢ un importante cambio pol¨ªtico. Habr¨ªa que aprovechar esa oportunidad para abandonar este modelo econ¨®mico tan espa?ol y aprender de los pa¨ªses que lo hacen mejor.
Miguel ?ngel Fern¨¢ndez Ord¨®?ez fue Gobernador del Banco de Espa?a.
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