Feliz Navidad
Gracias por ayudarnos a recuperar un motivo para celebrar: la vida es para vivirla y, especialmente, compartirla
Carta de la semana: Feliz Navidad
En nuestro andar por la vida somos muchos (si no todos) los que, en alg¨²n momento, nos hemos sentido solos, desamparados, incluso con miedo a la hora de afrontar determinadas situaciones. Es entonces cuando una mano amiga, una mirada, una sonrisa, un gesto de complicidad nos da fuerza para avanzar. ?Qu¨¦ acierto, Santiago Roncagliolo, al ver en esto el sentido de la Navidad! Yo tambi¨¦n, como tantos, me iba alejando de esta fiesta, al verla reconvertida solo en luces, anuncios, en el ¡°gasta y consume m¨¢s¡±. Gracias por ayudarnos a recuperar un motivo para celebrar: la vida es para vivirla y, especialmente, compartirla.
Maria del Portal Su?¨¦ Vela. Palma de Mallorca
Zurdos contrariados
No estoy de acuerdo con el art¨ªculo Zurdos contrariados, de Fernando Iwasaki, aparecido en El Pa¨ªs Semanal del 21 de diciembre. Los ejemplos que pone son incompletos e inexactos. Para que una persona sea diestra o zurda tiene que estar lateralizada hacia el lado derecho o el izquierdo de su eje corporal; los valores a determinar cuando se hace un estudio riguroso son el ojo, el o¨ªdo, la mano, la rodilla y el pie.
Si utiliza el ojo derecho, el o¨ªdo izquierdo, la mano derecha, se arrodilla con la izquierda y usa el pie derecho, y sobre esto podr¨ªamos hacer muchas combinaciones, se llama lateralidad cruzada, y esto significa que la persona no tiene la lateralidad definida. Un zurdo contrariado es el que teniendo la lateralidad definida hacia el lado izquierdo se le obliga a utilizar la parte derecha ¨Cy concretamente la mano derecha¨C para comer, escribir, dibujar, coser, planchar, etc¨¦tera.
S¨ª es rigurosamente cierto que a los zurdos les rige el lado derecho del hemisferio cerebral, y a los diestros el izquierdo. Estos problemas se tratan en las personas disl¨¦xicas; ellas son frecuentemente ambidiestras: tienden a usar ambas manos por igual, no por cuestiones pr¨¢cticas o de inteligencia sino porque no han definido su lateralidad y a¨²n no prevalece una mano sobre otra. Estas cuestiones desembocan en problemas de aprendizaje, sobre todo en la lecto-escritura y otros de ¨ªndole espacio-temporal, como confundir el lado derecho con el izquierdo, simetr¨ªas, rotaciones, problemas num¨¦ricos¡
Creo que, aunque adornado, el contenido del art¨ªculo es equivocado, y m¨¢s perjudicial que beneficioso para el lector.
Mar¨ªa Antonia Valverde Zabala. Maestra, especialista en dislexia
T¨®picos
Admiro la escritura de Javier Cercas, pero la lectura del art¨ªculo El triunfo de la gracia, publicado el 21 de diciembre, me ha desconcertado. Me queda la duda de si su intenci¨®n es desmentir el clich¨¦ sobre Sevilla o, por el contrario, insistir en ¨¦l.
Sevilla, sin duda, puede ser cuanto dice. Pero no solamente es eso, ni lo es en exclusividad. Me explico. Desde muy antiguo, es normal que en el arte y la cultura espa?oles se reconozcan dos tendencias o actitudes, que no son ¨²nicas, aunque s¨ª de las m¨¢s notables: la andaluza y la castellana. Por razones tal vez circunstanciales, se dio en llamarlas sevillana (aunque G¨®ngora fuese cordob¨¦s) y salmantina (Jovellanos naci¨® en Gij¨®n). Hoy, lo que algunos llaman ¡°sevillano¡± puede aplicarse a un ¨¢mbito m¨¢s amplio.
Este tipo de confusi¨®n tiene ra¨ªces antiguas. Ya Estrab¨®n citaba las puellae gaditanae, bailarinas andaluzas que fascinaban y escandalizaban a la vez en el Imperio Romano. Y aunque se las llamaba gaditana, no proced¨ªan necesariamente de Gades, sino que pertenec¨ªan a cualquier rinc¨®n de la provincia b¨¦tica.
Con lo anterior no quiero dar ni quitar nada a Sevilla, solo expresar mi aburrimiento ante los t¨®picos. Y quede claro que, seg¨²n feliz expresi¨®n de un paisano cuyo nombre ignoro, pero que debi¨® ser muy l¨²cido, soy de Sevilla, aunque no ejerzo.
Anastasio ?lvarez Mart¨ªn.?M¨¢laga
Palabras
Javier Mar¨ªas utiliza en el art¨ªcu?lo Diccionario Penal (21-12-2014) el adjetivo ¡°desafortunado¡±, palabra registrada en la RAE con el mismo significado que infortunado. Pero mientras el diccionario recoge el adverbio infortunadamente no recoge su paralelo desafortunadamente, aunque se use a porrillo. Dice Mar¨ªas que la gente habla y escribe como le da la gana sin atender al Diccionario; de acuerdo, pero hablamos y escribimos para entendernos, y esto requiere acuerdos previos para que unos no llamen tomillo a lo que otros berza. Bien. Todos llamamos infortunio a la mala suerte. De ah¨ª se desprende infortunado e infortunadamente. Pero el desafortunado no pinta nada, y, en mi opini¨®n, no deber¨ªa estar registrado, como no lo est¨¢ desafortunadamente.
Jaime de Nepas.?Majadahonda (Madrid)
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