Toreros de ida y vuelta
La mayor¨ªa de los matadores se retiran y regresan a lo largo de su carrera y, casi siempre, lo hacen por dinero. Francisco Rivera Ord¨®?ez es el ¨²ltimo en recuperar el traje de luces tras tres a?os alejado de la plaza
Coincid¨ª con Litri hijo en un tentadero poco tiempo despu¨¦s de que se despidiera de los ruedos, y le pregunt¨¦: ?Volver¨¢s? ¡®Todos vuelven por dinero, pero yo no, porque no lo necesito¡¯ me contest¨®. Dos toreros en activo que escucharon sus palabras asintieron: ¡®Esa es una verdad absoluta; nadie vuelve por ilusi¨®n¡±.
La reveladora an¨¦cdota la cuenta Juan Manuel Albendea, reconocido aficionado y diputado del PP en el Congreso de los Diputados. Miguel B¨¢ez Litri ha cumplido su palabra y no ha vuelto a los ruedos desde su retirada en 1999, pero su caso es la excepci¨®n, pues son mayor¨ªa los toreros que se retiran y vuelven a lo largo de su carrera, y son infinitas las causas que obligan a las idas y venidas, aunque el dinero casi siempre est¨¢ presente en todas.
Albendea a?ade que las presiones familiares y la p¨¦rdida de facultades y afici¨®n son las principales razones que empujan a los toreros a colgar, aunque sea de forma transitoria, el traje de luces. Los toreros prefieran casi siempre la cabeza gacha y el silencio en tales circunstancias, y casi todos vuelven ante una tentadora oferta econ¨®mica y la posibilidad de confirmar que mantienen el inter¨¦s de los aficionados.
Francisco Rivera Ord¨®?ez, por ejemplo, se march¨® con los labios sellados en octubre de 2012 al finalizar una corrida de toros en Zaragoza, y luce ahora sonrisa abierta para explicar la ilusi¨®n que le hace volver a los ruedos a ra¨ªz de la propuesta de sus nuevos apoderados. Ni entonces cont¨® por qu¨¦ se iba, ni ahora detalla el motivo de su reencuentro. De todos modos, se puede afirmar que se march¨® porque su cotizaci¨®n hab¨ªa bajado muchos enteros, y se supone que vuelve ante una ventajosa propuesta.
Ha otras razones, adem¨¢s de la econ¨®mica, una retirada. La primera y la m¨¢s habitual, sin duda, es la p¨¦rdida de inter¨¦s de los aficionados por un torero, lo que repercute necesariamente en su cach¨¦ y en su ilusi¨®n; pero hay quien se va en plena madurez y con el reconocimiento general porque est¨¢ convencido de que ha cumplido su papel. Ese fue el caso, por ejemplo, de Diego Puerta, que se retir¨® con 33 a?os, en plena racha de ¨¦xitos, y no volvi¨® a vestir el traje de luces. M¨¢s sorprendente a¨²n es el caso de Curro Romero, que estuvo en activo de forma continuada durante 42 temporadas y se retir¨® a punto de cumplir los 67 a?os y con su valoraci¨®n intacta. Enrique Ponce ha cumplido 25 a?os como matador de alternativa y no ha faltado una sola temporada a las citas m¨¢s comprometidas, y Carlos Escolar Frascuelo, el torero m¨¢s veterano del escalaf¨®n actual, ¡ªhace 40 a?os que tom¨® la alternativa¡ª, torea muy poco, pero ah¨ª sigue a la espera del pr¨®ximo contrato.
Por el contrario, Morante de la Puebla se ha retirado dos veces y la primera de ellas lo hizo por ¡°problemas s¨ªquicos¡±, seg¨²n sus propias palabras. Una lesi¨®n en una rodilla en un partido de f¨²tbol ben¨¦fico fue la causa de la primera retirada de Espartaco. Vicente Ruiz El Soro cambi¨® las plazas de toros por los quir¨®fanos de medio mundo tambi¨¦n por una rodilla destrozada al saltar al callej¨®n en La Maestranza sevillana.
C¨¦sar Rinc¨®n se vio obligado a retirarse a causa de la hepatitis c que contrajo en una transfusi¨®n sangu¨ªnea. Y hay quien se retira para ingresar en un convento, como fue el caso de Juan Garc¨ªa Monde?o, torero m¨ªstico y valiente, quien el 30 de agosto de 1964 sorprendi¨® a toda Espa?a con la noticia de que colgaba el traje de luces e ingresaba en un convento burgal¨¦s de frailes dominicos; la sorpresa continu¨® dos a?os despu¨¦s cuando lo que colg¨® fueron los h¨¢bitos y volvi¨® para triunfar de nuevo como torero.
Unos se van s¨²bitamente, como Rivera; otros no se retiran oficialmente, sino que dejan de torear, y algunos lo anuncian a bombo y platillo un a?o antes y aprovechan la temporada del adi¨®s para hacer caja.
Carlos Abella, director del Centro de Asuntos Taurinos de Asuntos Taurinos de la Comunidad de Madrid, alude a las retiradas estrat¨¦gicas, que suelen producirse cuando hay escasa renovaci¨®n en el escalaf¨®n y las figuras saben que seguir¨¢n interesando un tiempo despu¨¦s. Ese ser¨ªa el caso de Antonio Ord¨®?ez, que regres¨® varias veces, o de Luis Miguel Domingu¨ªn, que se march¨® por primera vez en 1953, ¡°cansado de estar en primera fila¡±, seg¨²n Abella.
?Y las vueltas? La experiencia certifica que, entre los toreros, se cumple al pie de la letra el aforismo de que segundas partes nunca fueron buenas. As¨ª, la mayor¨ªa de los que regresaron no consiguieron igualar el ¨¦xito cosechado en su etapa anterior.
MIURA CON MIURA
El primer torero contratado para la pr¨®xima Feria de Abril se llama Eduardo D¨¢vila Miura (Sevilla, 1974). Estaba retirado desde el 12 de octubre de 2006. Asegur¨® entonces que su marcha era definitiva. Hace unos pocos d¨ªas, anunci¨® que volver¨¢ para enfrentarse a los legendarios toros de su familia, con motivo del 75 aniversario de la presencia continuada del m¨ªtico hierro de Miura en la feria sevillana. ?Solo vuelves por un d¨ªa?, le han preguntado. 'Eso es dif¨ªcil de responder', ha contestado.
Ni Juan Belmonte, que se retir¨® y volvi¨® dos veces, ni Antonio Ord¨®?ez, ni Luis Miguel Domingu¨ªn, ni Antonio Bienvenida, ni Paco Camino, ni El Cordob¨¦s, entre otros muchos, consiguieron reverdecer los laureles del pasado en su vuelta a los ruedos. Ellos y otros toreros m¨¢s recientes, como Ni?o de la Capea ¡ª que fue recibido por el rey don Juan Carlos con motivo de su despedida definitiva ¡ª, fracasaron en su sorprendente reaparici¨®n. Como Ortega Cano que se empe?¨® en prolongar su carrera m¨¢s all¨¢ de lo aconsejable y acab¨® haciendo el rid¨ªculo. El Soro ha vuelto y nadie sabe cu¨¢nto durar¨¢ su arriesgada e incomprensible aventura. Y, Espartaco torea en Cartagena de Indias en lo que, qui¨¦n sabe, pudiera ser el comienzo de otra vuelta inesperada. Solo cuatro toreros han podido presumir de apasionar de nuevo a los aficionados cuando ya peinaban canas: Manolo V¨¢zquez, que volvi¨® con 51 a?os y lleg¨® a abrir la Puerta del Pr¨ªncipe; Anto?ete, el m¨¢s guadianesco y uno de los m¨¢s grandes; y C¨¦sar Rinc¨®n, el pundonor hecho carne. Jos¨¦ Tom¨¢s se retir¨® en 2002 con sensaci¨®n de fracaso; regres¨® en 2007 y al a?o siguiente se convirti¨® en torero de leyenda en Las Ventas. Una grav¨ªsima cornada en Aguascalientes en 2010, una voltereta en el campo en 2012 y su singular car¨¢cter lo han convertido en un prototipo de torero de ida y vuelta. Ahora, escondido y silencioso, como siempre, nada se sabe sobre su futuro.
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