Guerras digitales y tiranos del oro negro
Todos los ¨¦xitos y fracasos de este siglo XXI ocurrir¨¢n en la Red
Donald Rumsfeld, secretario de Defensa con George W. Bush y uno de los art¨ªfices de la segunda guerra de Irak, se hizo c¨¦lebre por una afinada distinci¨®n anal¨ªtica (parece un trabalenguas pero no lo es) entre lo ¡°conocido conocido¡±, lo ¡°conocido desconocido¡± y lo ¡°desconocido desconocido¡±. Esta ¨²ltima categor¨ªa es la que debe mantener despiertos por la noche a los analistas. Piensen ahora en lo digital y en la cantidad de ¡°desconocidos desconocidos¡± que orbitan en torno a ese mundo.
Se ha convertido en un lugar com¨²n decir que el siglo XXI ser¨¢ (en realidad ya es) asi¨¢tico. Pero es un error: el siglo XXI ser¨¢ (ya es) digital y todos los ¨¦xitos y fracasos, victorias y derrotas tendr¨¢n lugar en formato digital y ocurrir¨¢n en la Red. As¨ª pues, no hay nada que nos impida pensar que los historiadores del futuro podr¨ªan llegar a escribir que la tercera guerra mundial empez¨® con una serie de escaramuzas digitales donde los contendientes se tantearon mutuamente para probar y refinar sus armas cibern¨¦ticas, ensayar sus estrategias de combate en la Red y explorar las vulnerabilidades de sus adversarios.
Desde el asalto a las instalaciones subterr¨¢neas del programa nuclear iran¨ª por medio de Stuxnet, un gusano inform¨¢tico introducido en un l¨¢piz de memoria que logr¨® desbaratar el funcionamiento de las centrifugadoras de uranio iran¨ªes, hasta el ataque aparentemente orquestado por Corea del Norte contra Sony, pasando por las m¨²ltiples agresiones contra servidores de seguridad de empresas e instituciones occidentales originados en China y Rusia o las capturas masivas de datos de los cables de fibra ¨®ptica y servidores de las grandes empresas del sector por parte de las agencias de seguridad estatales o grupos de hackers privados, parece evidente que la Red ser¨¢ el pr¨®ximo campo de batalla y que las guerras del futuro ser¨¢n antes digitales que f¨ªsicas.
As¨ª pues, la tercera guerra mundial podr¨ªa haber empezado, pero igual no nos hemos dado cuenta. Se?alarlo podr¨ªa parecer alarmista, pero en realidad ser¨ªa solo una forma de prudencia originada en la obviedad, frecuentemente olvidada, de que como tendemos a pensar el futuro con las lentes del pasado nos solemos equivocar, y mucho, en nuestras predicciones.
Mientras el futuro se dibuja en el horizonte, el presente que nos trae 2015 nos obliga a realizar predicciones m¨¢s ajustadas y cercanas en torno a lo conocido desconocido. Porque sin duda alguna, la mayor incertidumbre de 2015 gira en torno al efecto geopol¨ªtico de los bajos precios del petr¨®leo. Las leyes de la petropol¨ªtica postulan que unos altos precios del petr¨®leo suelen traer aparejada una mayor asertividad de los tiranos petroleros, tanto hacia adentro, pues disponen de recursos adicionales y legitimidad para consolidar su apoyo social y reprimir a la oposici¨®n, como hacia fuera, pues esos mismos recursos permiten ampliar su presencia exterior, comprar influencia y prestigio internacional e incluso rearmarse militarmente.
El petr¨®leo sigue siendo, hoy por hoy, un important¨ªsimo activo geopol¨ªtico, tanto desde el punto de vista del poder duro, esto es, de la capacidad de coacci¨®n, como del poder blando, esto es, de la capacidad de persuasi¨®n. As¨ª que, por exactamente las mismas razones, deber¨ªamos suponer que unos bajos precios del petr¨®leo van a disminuir la capacidad de acci¨®n de los tiranos petroleros que en el mundo hay, especialmente aquellos con pol¨ªticas exteriores m¨¢s conflictivas o bases de poder m¨¢s d¨¦biles. Con la excepci¨®n de Arabia Saud¨ª, art¨ªfice de los precios bajos y que no enfrenta riesgos internos o externos significativos, es l¨®gico suponer que Rusia, Ir¨¢n o Venezuela van a experimentar turbulencias importantes. Turbulencias que tambi¨¦n van a afectar a las democracias petroleras, como M¨¦xico o Brasil, que financian su gasto social o cuadran sus cuentas con cargo a los ingresos del petr¨®leo. Por tanto, paradoja total para abrir el a?o: mientras el pr¨ªstino y silencioso mundo de lo digital se abre paso, seguimos atrapados por algo tan f¨ªsico, ruidoso y sucio como el petr¨®leo y las tiran¨ªas.
S¨ªgueme en @jitorreblanca y en el blog Caf¨¦ Steiner en elpais.com.
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