Del centenario de Barthes al de Dad¨¢
Este a?o, a diferencia de los que van desde 2007 a 2014, valdr¨¢ la pena
Una enorme bola de fuego, claramente visible, luminosa, resplandeciente, cruz¨® el cielo de Espa?a exactamente en el momento en que el Rey pronunciaba su primer discurso navide?o televisado, en el que, como el lector recordar¨¢, manifestaba su preocupaci¨®n ¡ªla de tantos¡ª por la corrupci¨®n, el paro y el desafecto separatista, y en el que manifestaba la urgencia de una regeneraci¨®n ¨¦tica.
Dur¨® poco m¨¢s que un minuto. Se trataba de un ¡°b¨®lido rozador¡±, o sea, una roca que ingresa en la atm¨®sfera terrestre y la abandona a toda velocidad para continuar su camino alrededor del Sol. La feliz coincidencia augura bienaventuranzas, augurio que ser¨¢ confirmado durante todo el a?o por una intensa serie de fen¨®menos c¨®smicos: dos cometas, cuatro eclipses y cinco lluvias de meteoros. ?Y no es un signo especialmente significativo el hecho de que en 2015 un artefacto humano, una sonda de la NASA que parti¨® de cabo Ca?averal en el a?o 2006, llegar¨¢ a 4.800 millones de kil¨®metros de la Tierra, a Plut¨®n, desde donde nos enviar¨¢ un mont¨®n de datos apasionantes? La sonda se llama New Horizons.
Subido a hombros de Roland Barthes, reputado int¨¦rprete de los signos de la contemporaneidad de quien se cumple el centenario, digo que este a?o, a diferencia de los que van desde 2007 a 2014, valdr¨¢ la pena. (En sinton¨ªa con los l¨ªderes de los dos grandes partidos. Rajoy tuitea que ¡°Espa?a ya sale¡± del agujero, y S¨¢nchez est¨¢ convencido de que ¡°el PSOE gobernar¨¢ el cambio que tanto necesita Espa?a¡±. Tampoco los de Podemos, figura pol¨ªtica emergente, podr¨ªan irradiar m¨¢s entusiasmo).
En cuanto a la corrupci¨®n, una vez ha sido detectada y denunciada en todas las instituciones, desde la Casa Real a los tres poderes, poco m¨¢s puede aflorar. Por m¨¢s despreciable que nos parezca la gente que se regocija con la desgracia de otros, con Carlos Fabra en la c¨¢rcel de Aranjuez y Jaume Matas en la de Segovia, I?aki Undargarin y Cristina de Borb¨®n procesados, lo mismo que Rodrigo Rato, Miguel Blesa y toda la c¨²pula de Caja Madrid, con toda la familia Pujol lista para desfilar ante el juez y ante la comisi¨®n de investigaci¨®n parlamentaria, la Junta puesta boca abajo, etc¨¦tera, y con lo sencillo que gracias a Internet y a la an¨®nima indignaci¨®n resulta detectar informaci¨®n sensible y publicarla, no cabe duda de que todas las instituciones han hecho examen de conciencia y prop¨®sito de enmienda. Seremos menos laxos, m¨¢s rigurosos, y esta ejemplaridad constituir¨¢ una fuerza moral nacional.
El desaf¨ªo secesionista est¨¢ desinfl¨¢ndose y entrar¨¢ en deflaci¨®n a partir de mayo
El desaf¨ªo secesionista est¨¢ desinfl¨¢ndose y entrar¨¢ en deflaci¨®n a partir de las elecciones municipales de mayo, cuando CiU pierda la alcald¨ªa de Barcelona, si es que no se ve obligada a convocar auton¨®micas antes. Pol¨ªticamente hablando, Mas es un muerto que camina por los melanc¨®licos salones de los pasos perdidos.
En cuanto al tercer y m¨¢s grave problema, las previsiones econ¨®micas para este a?o son moderadamente positivas, crecer¨¢ el PIB, despegar¨¢ el cr¨¦dito, bajan los impuestos, sube el n¨²mero de cotizantes y se observa un crecimiento, aunque muy moderado, del empleo.
As¨ª pues, estos asuntos que nos abruman ya son poco m¨¢s que anacronismos y por eso despu¨¦s de las elecciones generales podremos salir de la burbuja asfixiante del presente. Volveremos a tomar conciencia, por ejemplo, del analfabetismo en Historia y Literatura ¡ªdisciplinas fundamentales para entender el mundo y contextualizar sus fen¨®menos¡ª. Pensaremos a lo grande, en el gran escenario; en que la existencia de los para¨ªsos fiscales es inaceptable, en las dimensiones globales de esta crisis y su relaci¨®n con los maravillosos avances tecnol¨®gicos de los que disfrutamos ¡ª?Google, YouTube, Amazon, Apple, Microsoft! ?Qu¨¦ ilusi¨®n en los ojos de los chicos y chicas cuando reciben el regalo de su primer m¨®vil!¡ª mientras van destruyendo profesi¨®n tras profesi¨®n y capa social tras capa social hasta la liquidaci¨®n de las clases medias y la implosi¨®n total del mercado de trabajo.
Esta revoluci¨®n contempor¨¢nea parece que no le interese a nadie salvo como una fatalidad: como esos africanos que se cuelgan de la valla o se ahogan en el mar o llegan por fin a nuestra miseria esplendorosa, y a los que una vez no podemos rechazarlos, les damos una manta y un bocadillo. Y qu¨¦ m¨¢s podemos darles, si tampoco nos queda apenas nada. As¨ª llegaremos a 2016: el centenario de Dad¨¢.
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