Bochorno hist¨®rico
Espa?a se ha ido llenando de placas, calles y estatuas dedicadas a pol¨ªticos de dudosa ejemplaridad
Hay en Espa?a tanta prisa por halagar a los poderosos que se les levanta un pedestal a la menor oportunidad. Resultado: este pa¨ªs se ha ido llenando de monumentos y placas a pol¨ªticos de turbia trayectoria. En ese af¨¢n tan patri¨®tico por hacer la pelota se llega con frecuencia a extremos que producen verdadera verg¨¹enza. Ah¨ª est¨¢ la talla que le mand¨® construir el alcalde ped¨¢neo de Verdeg¨¢s, Vicente Garc¨ªa, a Sonia Castedo, la que fuera alcaldesa de Alicante y que renunci¨® el pasado 22 de diciembre por estar imputada por cinco delitos en dos casos de corrupci¨®n urban¨ªstica. Los versos que acompa?an a la impagable estatuilla tienen un lirismo que combina la pura baboser¨ªa con una manifiesta falta de imaginaci¨®n: ¡°Valiente mujer naciste, correcta t¨² te portaste, luchando por Alicante, entre todos destacaste¡±.
La iniciativa del alcalde de Verdeg¨¢s tiene hasta cierto punto alguna l¨®gica, aunque sea de esas l¨®gicas cargadas del m¨¢s burdo sentimentalismo: Vicente Garc¨ªa est¨¢ casado con la ni?era de Sonia Castedo y eso, acaso, podr¨ªa explicar semejante p¨¦rdida del decoro. Pero es que hay toneladas de cemento que se han malgastado en levantar estatuas y homenajes a grandes pr¨®ceres que luego se ha visto que actuaron con una indignante falta de escr¨²pulos, y sin coartada sentimental alguna.
En el aeropuerto de Castell¨®n se levant¨® una dif¨ªcilmente clasificable estatua inspirada en su promotor, Carlos Fabra, expresidente de esa Diputaci¨®n y actualmente en prisi¨®n por fraude fiscal (¡°Me encanta saber que inspiro a los artistas¡±, dijo en su d¨ªa). En la provincia de Barcelona hay una estatua en Pr¨¨mia de Dalt dedicada a Jordi Pujol, que confes¨® haber ocultado dinero en para¨ªsos fiscales durante m¨¢s 30 a?os. Ourense est¨¢ lleno de homenajes a Jos¨¦ Luis Baltar, el expresidente de su Diputaci¨®n, condenado por prevaricaci¨®n. Y existen otras iniciativas para honrar a pol¨ªticos que han protagonizado sonoros esc¨¢ndalos, como Jaume Matas o Francisco Granados, por s¨®lo citar a algunos.
Si tiene sentido levantar una estatua a un pol¨ªtico es porque su gesti¨®n fue ejemplar. Apresurarse demasiado en glorificarlos puede hundir a este pa¨ªs en un bochorno de ribetes hist¨®ricos.
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