Crisis de la eurozona
El amargo jarabe alem¨¢n no contribuir¨¢ en 2015 ni al crecimiento ni a la estabilidad pol¨ªtica
Entre 2011 y 2012, en plena crisis de la eurozona, los Estados miembros de la UE forjaron un consenso pol¨ªtico para afrontar las turbulencias. En la actualidad, aunque el nerviosismo econ¨®mico vuelve a aumentar, ya no hay p¨¢nico pero tampoco unidad pol¨ªtica. Probablemente estemos ante un a?o dif¨ªcil para los pol¨ªticos y las econom¨ªas de todo el continente.
En primer lugar, durante este a?o continuar¨¢ el ascenso de los partidos antieuropeos en los Estados miembros. La primera se?al evidente de preocupaci¨®n vendr¨¢ de Grecia, donde es probable que la formaci¨®n populista de izquierdas Syriza, dirigida por Alexis Tsipras, gane las elecciones anticipadas y constituya un Gobierno a comienzos del a?o. En Espa?a, aunque las reformas estructurales acometidas durante los ¨²ltimos tres a?os ayudar¨¢n a impulsar a una de las econom¨ªas que m¨¢s crecer¨¢n en 2015, el desempleo seguir¨¢ siendo enormemente elevado, las elecciones de primavera acrecentar¨¢n a¨²n m¨¢s la presi¨®n nacionalista en Catalu?a y el mete¨®rico ascenso de Podemos, otro partido izquierdista antisistema, debilitar¨¢ al Gobierno espa?ol despu¨¦s de las elecciones generales. En Italia y Francia los votantes est¨¢n atentos y ejercer¨¢n m¨¢s presi¨®n sobre sus respectivos Gobiernos.
La prioridad de Merkel ser¨¢ alcanzar el equilibrio en el presupuesto federal
El resultado ser¨¢ la pr¨¢ctica interrupci¨®n del actual proceso de reformas en Europa. Y, como nos recuerda la creciente aceptaci¨®n de partidos contrarios a la UE como el Frente Nacional (FN) franc¨¦s, el Partido por la Independencia del RU (UKIP) e incluso Alternativa para Alemania (AfD), el euroescepticismo ha echado profundas ra¨ªces incluso en aquellos pa¨ªses que m¨¢s se han beneficiado del mercado com¨²n. A medida que las econom¨ªas se ralenticen en los meses venideros, los debates pol¨ªticos sobre c¨®mo recuperar el crecimiento no tardar¨¢n en alcanzar su punto culminante, pero con pocos resultados.
Con todo, el principal problema de Europa en 2015 no emanar¨¢ de la disidencia populista dentro de los Estados, sino de las crecientes tensiones entre sus Gobiernos. En pocas palabras, no es probable que asistamos a una relajaci¨®n de las tensiones populistas en Europa porque las pol¨ªticas actuales, partidarias de la austeridad en detrimento de los est¨ªmulos econ¨®micos, no van a cambiar. ?Por qu¨¦? Porque esas pol¨ªticas las dirige Alemania y la canciller Angela Merkel no tiene ninguna buena raz¨®n para cambiar de rumbo. Este a?o, el liderazgo alem¨¢n en Europa no se enfrentar¨¢ a rivales importantes. El hecho de que el presidente franc¨¦s, Fran?ois Hollande, registre ¨ªndices de descontento nunca vistos reduce su influencia en los debates europeos. Para ganar las elecciones de mayo, el primer ministro brit¨¢nico, David Cameron, continuar¨¢ conduciendo a Reino Unido hacia un refer¨¦ndum sobre la permanencia en la UE. Una Alemania fuerte, una Francia d¨¦bil y un Reino Unido ausente garantizar¨¢n el mantenimiento del statu quo.
En el a?o entrante, la principal prioridad de Merkel ser¨¢ alcanzar el llamado ¡°cero negro¡±, el equilibrio en el presupuesto federal, al que, a pesar de la ralentizaci¨®n del crecimiento y el miedo a que la zona euro est¨¦ cayendo en la deflaci¨®n, se subordinar¨¢n todos los dem¨¢s objetivos econ¨®micos. La disciplina fiscal interna atizar¨¢ entre los votantes alemanes el anhelo de austeridad fiscal en el extranjero, as¨ª que probablemente no haya est¨ªmulos de relevancia para el conjunto de la UE. Puede que con el tiempo el amargo jarabe germano sirva para algo, pero en 2015 no contribuir¨¢ ni al crecimiento ni a la estabilidad pol¨ªtica en Europa. Posiblemente, el Banco Central Europeo tienda a principios de a?o hacia la expansi¨®n cuantitativa, pero la oposici¨®n alemana limitar¨¢ su eficacia.
La pol¨ªtica de mano dura contra Mosc¨² va a generar m¨¢s
inquietud en Europa
Tenemos adem¨¢s los desaf¨ªos en pol¨ªtica exterior. La confrontaci¨®n con Rusia se agravar¨¢ en 2015, porque el presidente Putin no cree que pueda dar marcha atr¨¢s en Ucrania y porque Estados Unidos y Europa siguen siendo partidarios de unas sanciones que pesar¨¢n sobre la econom¨ªa rusa y que alentar¨¢n a su l¨ªder a proteger su popularidad interna meti¨¦ndose con Occidente. Mientras el crecimiento econ¨®mico se reduce en Europa, este a?o la pol¨ªtica de mano dura que Alemania lidera contra Mosc¨² generar¨¢ m¨¢s inquietud entre los europeos m¨¢s preocupados por el impacto de las sanciones en sus propios pa¨ªses. Eso tambi¨¦n contribuir¨¢ al deterioro de la unidad transatl¨¢ntica en un momento en el que las actitudes antiamericanas tambi¨¦n est¨¢n aumentando en Europa por las pr¨¢cticas de espionaje de EE?UU. Para acabar de complicar las cosas, el n¨²mero de ciudadanos europeos que est¨¢ luchando en Irak y Siria, y el tama?o de las comunidades musulmanas que residen en pa¨ªses de Europa, hacen que la amenaza terrorista de los radicales isl¨¢micos sea aqu¨ª mucho m¨¢s peligrosa que en ninguna otra regi¨®n, aparte de Oriente Pr¨®ximo.
Un dirigente sensato sabe que nunca hay que desaprovechar una crisis y, en plena crisis de la deuda, los dirigentes europeos colaboraron para evitar la cat¨¢strofe. El Banco Central Europeo, los l¨ªderes alemanes y Gobiernos de la franja meridional como Italia, Espa?a, Portugal y Grecia han demostrado visi¨®n y coraje para guiar a Europa en medio de una peligrosa tormenta. Pero la conciencia de la crisis ya ha amainado, sin que se haya acabado el trabajo. Por eso 2015 ser¨¢ un a?o tan importante para Europa y por eso es cada vez m¨¢s dif¨ªcil encontrar a gente que vea el futuro del continente con optimismo.
Ian Bremmer es presidente del Eurasia Group y profesor de investigaci¨®n global en la Universidad de Nueva York. Pueden seguirlo en Twitter en @ianbremmer o @eurasiagroup.
Traducci¨®n de Jes¨²s Cu¨¦llar Menezo.
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